El Hipódromo de Palermo esconde un restaurante muy particular que propone un escenario único en Buenos Aires. De la mano de dos franceses instalados en Nueva York nace Bagatelle, un lugar concebido para el disfrute e inspirado en el bon vivant del sur de Francia. Tal fue el éxito de Bagatelle en Nueva York que rápidamente abrieron sedes en todo el mundo, llegando a ciudades como Los Cabos, Saint Tropéz, Courchevel, Londres, St Barths, Tulum, Rio de Janeiro, Sao Pablo, Dubai, Bahrain, Jeddah y finalmente Buenos Aires.
El restaurante escondido en el Hipódromo de Palermo donde los camareros bailan con los comensales
Con sedes en todo el mundo, Bagatelle se consolida como un lugar exclusivo que irrumpe en la escena porteña con una propuesta novedosa.
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Su propuesta se basa en la cocina mediterránea con toques de autor, de la mano del chef Julián del Pino. Sofisticados platos provienen de la cocina empezando con entradas como la Pizza a la trufa, plato característico de Bagatelle, presente en todas sus sedes, Lengua a la vinagreta con ensalada de papas, remolacha y alcaparras, o tartare de atún con guacamole, vinagreta de jalapeño, chips de batata. Pasando a los principales hay opciones para todos los gustos, carnes, pescados, pasta y vegetarianos, entre los que se destacan el salmón a la mediterránea con hummus y ensalada griega, el Cordero en su jugo con gnocchi de queso de búfala o el Asado braseado con hongos y papines. El dulce final propone cinco postres livianos para poder encarar el resto de la velada.
La cocina se marida con una delicada coctelería de autor comandada por el bartender Aaron Alfonzo D Montijo Angarita, quien realiza una amplia variedad de cócteles con bebidas de primera línea, jugos naturales y licores artesanales. A su vez, la barra cuenta con todas las bebidas necesarias para preparar cócteles clásicos o mezclas especiales al gusto del cliente. Se destaca el D'Soie para los amantes del dulzor, a base de Lillet Blanc, ron dorado y cordial de frambuesa; el Fummé con Johnnie Walker Black Label, Campari clarificado, vermouth bianco, pimienta negra y curry “salted caramel”; y el Wine Fashion que integra vino Gran Chardonnay de bodega Rosell Boher, licor de higo y bitter “spicy chocolate”. Todos los cócteles se sirven en una delicada cristalería de Natchmann, Spiegelau y Chef&Sommelier. El champagne francés es otra insignia de la marca, imponiéndose como la bebida elegida por excelencia a modo de celebración y festividad, y también se ofrecen vinos españoles, franceses y argentinos de reconocidas bodegas.
A partir de las 23hs las luces se bajan y la música se sube para invitar a los comensales a levantarse de sus mesas para bailar al son del Dj de Turno, con remixes clásicos y hits actuales del House y Electro Pop. El comensal que pide una botella de champagne es bienvenido por los camareros, disfrazados de algún personaje, que llegan a la mesa al son de un tema que celebra la elección, abriendo la botella y brindando. Y así transcurre la noche, con clientes que piden champagne y reciben a los camareros con bengalas en mano y disfrazados siempre de un personaje diferente, alegrando la noche, mientras la gente baila encima de sus sillas al son de la música.
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