¿No soportás la impuntualidad? La psicología reveló por qué las personas suelen llegar tarde

Detrás del hábito de llegar tarde no siempre hay desinterés sino que, a veces, la explicación está en el modo en que una persona percibe el paso del tiempo.

Está es la razón por la que las personas son impuntuales según la psicología.

La impuntualidad suele ser motivo de enojo y frustración, especialmente para quienes valoran mucho el respeto por el tiempo ajeno. Ya sea una reunión, una cita o una simple salida entre amigos, llegar tarde puede interpretarse como una falta de compromiso, de consideración o incluso como un acto de egoísmo. Sin embargo, no todas las personas que incumplen los horarios lo hacen con mala intención sino que muchas aseguran que "no lo pueden evitar", como si fuera parte de su forma de ser.

Este comportamiento repetido, tan cotidiano como conflictivo, llamó la atención de la psicología, que comenzó a estudiarlo desde un enfoque más profundo. ¿Qué hay detrás de la falta de puntualidad? ¿Es una cuestión de personalidad, una costumbre mal aprendida o una señal de algo más complejo?

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¿Qué significa no ser puntual?

Desde el punto de vista psicológico, la impuntualidad no es simplemente una mala costumbre, sino que puede estar asociada a diferentes rasgos de personalidad y formas particulares de percibir el tiempo. Algunas personas, especialmente las más creativas, impulsivas o dispersas, tienden a subestimar el tiempo que les llevará realizar una actividad o llegar a un lugar. Esto se conoce como "falacia de la planificación", un sesgo cognitivo que afecta la estimación temporal.

Además, para ciertas personas, el tiempo no se vive como una línea recta, estructurada y medida en minutos exactos, sino como una sucesión de momentos más flexibles. En muchos casos, esto está relacionado con la forma en que fueron educados, el entorno cultural o su nivel de tolerancia a la frustración. La impuntualidad, entonces, puede ser una manifestación de desorganización, pero también de ansiedad, autoexigencia o procrastinación.

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Otro factor relevante es el deseo, ya sea consciente o no, de mantener cierto control sobre la situación. Llegar tarde puede ser una forma de marcar poder, llamar la atención o evitar momentos incómodos. A veces, incluso, está relacionado con el perfeccionismo, con las personas que demoran su salida porque sienten que no pueden irse sin haber cumplido con cada detalle de su rutina. En estos casos, la impuntualidad no es indiferencia, sino exceso de presión interna.

En definitiva, no ser puntual puede tener múltiples causas y significados, y no siempre refleja desinterés por los demás. La psicología invita a mirar más allá de la molestia inicial y considerar que, muchas veces, la impuntualidad es solo el síntoma de algo más profundo que vale la pena comprender antes de juzgar.