Tiene más de 130 años y sus vecinos temen que esté embrujada: cómo es la mansión más emblemática de Buenos Aires

Esta mansión que alguna vez supo ser un símbolo de grandeza, hoy está abandonada y en decadencia. Enterate todos los detalles.

Todos los detalles de la mansión embrujada de Recoleta

En el centro de Recoleta, junto al Palacio Duhau, se encuentra una de las mansiones más famosas por sus historias de misterio en Buenos Aires. Fue construida hace 130 años y en su época fue una de las edificaciones más notables de la ciudad, aunque actualmente se encuentra casi deshabitada y en deterioro.

En 1890, Alejandro Hume, un empresario del sector ferroviario, ordenó la construcción de esta mansión situada en la intersección de la Avenida Alvear y Rodríguez Peña. Aunque actualmente sigue habitada, su uso actual está lejos de la intención original, y la edificación permanece sin modificaciones significativas desde su creación.

La historia de la mansión embrujada de Recoleta

Las historias de terror comenzaron cuando los vecinos del barrio y la zona notaban que la mansión emanaba cierta onda tenebrosa y de misterio. A pesar de que en algún momento la casona fue un emblema del poder y se vivieron situaciones o pasaron personas tan importantes como las siguientes:

• En 1893, fue sede de una las primeras muestras de arte en Buenos Aires.
• En 1913 el famoso paisajista Carlos Thays diseñó los jardines privados de la residencia, que aún se conservan en buenas condiciones.
• La declararon Monumento Histórico Nacional en 2002.

Hoy en día no es ni la mitad de lo que supo ser; muchos vecinos relatan que suceden cosas extrañas en ese hogar, pero sus dueños Carlos Alfonso Biocca Iavicoli y María Susana Maguire Duhau de Biocca aseguran que todo eso no es más que un cuento y que jamás sucedió nada extraño.

Cómo es la mansión más tenebrosa de Buenos Aires

Aunque la mansión fue símbolo de lujo y opulencia, ahora está deshabitada y deteriorada, es famosa por las historias de fenómenos paranormales y apariciones fantasmales. El arquitecto que diseño la casona fue Carlos Ryder, también responsable de otras obras destacadas en Buenos Aires como la Iglesia Metodista en la Avenida Corrientes.

La mansión tiene dos niveles, una planta principal y una primera planta en la que están los dormitorios, además de un semi-sótano y habitaciones de servicio conectadas. Uno de sus espacios más destacados es la piscina, que fue una innovación para la época de su construcción.

Actualmente la casona esta totalmente enrejada para que no se pueda ver al fondo y el muro se pintó de un color amarillo, todo esto se hizo según los dueños con el objetivo de que la mansión pase desapercibida.