25 de junio 2002 - 00:00

Bush no atendió llamado telefónico de Cardoso

El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, sufrió en carne propia la política para la región de su par norteamericano, al fracasar en su intento de ser atendido telefónicamente por George W. Bush, cuando lo llamó para quejarse por las declaraciones del secretario del Tesoro, Paul O'Neill.

La revelación fue hecha hoy por los diarios Folha de Sao Paulo y O Estado de Sao Paulo, los que indicaron que Cardoso quiso comunicarse con Bush el viernes por la tarde y que en los días sucesivos, el mandatario norteamericano tampoco respondió al llamado.

Horas antes de ese mismo viernes, O'Neill había aumentado la desconfianza de los inversores en la economía brasileña al manifestarse en contra de una nueva ayuda del Fondo Monetario Internacional, asegurando que sería como "tirar dinero de los contribuyentes norteamericanos en la incertidumbre electoral de Brasil".

"En el momento del llamado Bush estaba en Orlando, Florida, hacia donde se había dirigido para ayudar a su hermano, el gobernador Jeb Bush, a recaudar fondos para su campaña a la reelección", señaló Folha.

Fuentes del gobierno norteamericano citadas por ese diario dijeron que Bush no pudo contestar el llamado de Cardoso "porque estaba ocupado".

"No sé qué pasó por la cabeza de Bush, pero estoy seguro de que habría atendido si el llamado hubiera sido del jefe de gobierno español, José María Aznar", dijo a Folha Sidney Weintraub, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

Según Folha, Cardoso realizó otros intentos durante el fin de semana, pero sólo logró ser atendido por la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice.

De acuerdo con la versión dada por el propio Cardoso el lunes en Río de Janeiro, Bush estaba en el avión presidencial y por "problemas técnicos" no pudo recibir el llamado.

Analistas locales suelen destacar que la relación política entre Cardoso y Bush no es de las mejores.

Cardoso ha criticado con dureza la política exterior de Bush en sus últimas giras internacionales, mientras que Bush prefiere consultar con otros mandatarios latinoamericanos, como el presidente de México, Vicente Fox, problemas de la región tales como la severa crisis económica de Argentina.

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