Disminuyen las protestas en Brasil tras casi diez días de tensión
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Las protestas menguaron considerablemente.
Los participantes se dividieron en subgrupos para discutir las propuestas presentadas por el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra, las Marcha de las Putas (colectivo que defiende la no discriminación de las mujeres por su conducta sexual y vestimenta), Anonymous DF (hackers brasileños que realizan acciones a través de internet), la Unión Nacional de Estudiantes, entre otras organizaciones.
Paralelamente, unos 200 niños de varias edades, acompañados de sus padres, realizaron una protesta frente al Congreso Nacional, en la cual pintaron con las manos una gigantesca bandera de Brasil y cantaron el himno nacional.
Según la agencia oficial de noticias ABR, muchos "brasileñitos" dijeron que supieron de la manifestación infantil a través de las redes sociales y les pidieron a sus padres que les permitieran participar.
En el estado de Sao Paulo, las manifestaciones salieron de la capital provincial y se trasladaron a Ribeirao Preto (a unos 340 kilómetros de Sao Paulo), donde reside el polémico presidente de la comisión de Derechos Humanos y Minorías de la Cámara de Diputados, Marco Feliciano, fundador de una iglesia neopentecostal y blanco de duras críticas por sus posturas homofóbicas y racistas.
La razón de la protesta frente a su casa es que la comisión que preside aprobó la semana pasada un proyecto de ley que permite a los psicólogos realizar tratamientos destinados a "curar" la homosexualidad, conocido como "cura gay".
Tras la aprobación del proyecto, que para entrar en vigor depende todavía de su aprobación en otras comisiones y en el plenario de la Cámara Baja, el repudio a la "cura gay" se sumó a las varias reivindicaciones de los manifestantes en todo el país.




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