23 de julio 2007 - 00:00

Dolor y bronca en misa por víctimas

Familiaresde lasvíctimas delaccidenteaéreo delmartes enSan Pablocortaron lacallealedaña alaeropuertode Congonhas,la queatravesó elaviónsiniestrado,en señal deprotesta.
Familiares de las víctimas del accidente aéreo del martes en San Pablo cortaron la calle aledaña al aeropuerto de Congonhas, la que atravesó el avión siniestrado, en señal de protesta.
San Pablo - Dos mil personas colmaron ayer la catedral de Sé con escenas de emoción, dolor y llanto, al participar de la misa oficiada por el arzobispo Odilo Scherer en memoria de las víctimas de la peor tragedia aérea brasileña, ocurrida el martes en San Pablo.

«Rogamos por todas las víctimas del accidente, que vivan para siempre en un buen lugar en el reino de la luz que no se apaga», dijo el arzobispo de San Pablo en las instancias finales de la misa, frente a decenas de familiares, situados en las primeras filas de la catedral, muy cerca del altar.

«Y los angelitos..., los angelitos ya están en el cielo», expresó con voz quebrada una mujer de unos 50 años, vestida toda de negro en señal de luto, que no quiso identificarse, en alusión a los bebés, niños y adolescentes que viajaban en el avión accidentado.

Al inicio de la ceremonia religiosa se leyeron, uno por uno y pausadamente, los nombres de los 187 ocupantes del avión de TAM que se estrelló el martes y de las personas desaparecidas en el local impactado, mientras los familiares levantaban las fotos de la víctimas en cuanto eran mencionadas.

  • Asistentes

    Estaban presentes el alcalde de la ciudad, Gilberto Kassab, los secretarios del Estado de San Pablo Ronaldo Marzagao (Seguridad Pública) y Luiz Antonio Marrey (Justicia); Mauro Bologna, presidente de la aerolínea TAM, propietaria del Airbus 320 accidentado, y otras autoridades.

    Cuando Scherer pidió que los fieles se saludasen y se deseasen paz, se produjeron conmovedoras escenas entre parientes de las víctimas que no consiguieron contener el llanto al abrazarse fuertemente unas con otras en una sentida expresión de solidaridad.

    «Yo quiero que tengan más cuidado con la vida de las personas. Los políticos tiene que tener más responsabilidad y la gente tiene que dejar de sufrir», dijo entrecortada por sollozos Aparecida Teixeira, de 39 años, viuda de uno de los pasajeros del avión de TAM.

    Al intentar aterrizar en la pista principal de la terminal de Congonhas, a una velocidad inusual, el Airbus 320 giró a la izquierda, salió del aeropuerto, localizado en plena zona urbana, y explotó al estrellarse contra un edificio de la propia compañía, que rápidamente quedó envuelto en llamas.

    En medio de la eucaristía, cuando los feligreses comulgaban,el alcalde Kassab anunció a la prensa que ordenará la construcción de un plaza, en el lugar de la tragedia, en homenaje a las víctimas.

    «Quiero expresar mi solidaridad y mis condolencias a todas las personas, a todas las familias que perdieron a algunos de sus miembros y amigos en este accidente», expresó el arzobispo al finalizar la ceremonia religiosa, pero recordó a los participantes que « nuestras vidas están en las manos de Dios».

  • Desahogo

    Los fieles no se conformaban: «En manos de Dios y de los que administran el gobierno, los aeropuertos y las líneas aéreas, que nos ocultan lo que realmente pasa», se desahogó Decio da Luz Moreira, de 41 años, conductor de ómnibus presente en la misa, sin ocultar su indignación ni su dolor.

    «Si nuestros destinos dependen del Señor, espero que todas las víctimas estén en el Cielo, porque ellas eran inocentes; el accidente tuvo causas y las causas tienen culpables. Que Dios ayude a todos», manifestó entre llantos María Aparecida da Freitas, de 63 años, al salir de la catedral visiblemente conmovida.
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