19 de febrero 2008 - 00:00

Elecciones en Pakistán: reconoció la derrota partido de Musharraf

Simpatizantes del partido de la asesinada Benazir Bhutto salieron a las calles a festejar.
Simpatizantes del partido de la asesinada Benazir Bhutto salieron a las calles a festejar.
El partido del presidente pakistaní, Pervez Musharraf, reconoció la derrota en las elecciones de ayer, anunció hoy el vicepresidente del partido.

"Aceptamos el resultado y decidiremos nuestra estrategia una vez que el conteo (de votos) haya concluido", dijo el ex ministro de Información, Durrani, vicepresidente de la Liga musulmana pakistaní-Q.

Al referirse a las causas de la derrota, Durrani dijo que se trató de "un voto de protesta", e invitó nuevamente a todos los partidos a la "reconciliación nacional".

Los últimos datos de la comisión electoral indican que el Partido Popular Pakistaní (PPP), de la asesinada Benazir Bhutto, obtuvo 82 bancas, mientras la Liga Musulmana (LMP-N) del ex premier Nawaz Sharif se alzó con 63. En tanto, el partido de Musharraf, la Liga Musulmana Pakistaní-Q (LMP-Q), obtuvo sólo 36. Los diputados electos son 272.

Setenta escaños están reservados para las mujeres y las minorías, asignados de modo proporcional. También fueron derrotados los partidos radicales islámicos de la coalición Muttahida Majlis-i-Amal.

"Fue un referéndum contra Musharraf", dijo hoy el vice presidente de la Liga Musulmana de Sharif. "Decidiremos qué hacer junto al PPP, pero es posible un acuerdo para un gobierno de coalición, algo que ya conversamos con Nawaz", agregó.

En una conferencia de prensa ofrecida más temprano en Lahore, Sharif había dicho que estaba dispuesto a trabajar "con los otros partidos" para "derrotar para siempre a la dictadura".

Agregó que los jueces destituidos por el presidente pakistaní "deben ser reincorporados" para que decidan sobre "la legitimidad de la elección del presidente".

"El rol de los militares en la política deberá terminar para siempre", concluyó Sharif.

Una eventual alianza entre ambos partidos de la oposición es el peor escenario para el presidente pakistaní, ya que ambos contarían con los votos suficientes para destituirlo y para restaurar la Constitución nacional de 1973, prescindiendo de las enmiendas que reforzaron el poder de Musharraf.

Este llegó al poder hace nueve años a través de un golpe de Estado y pretendía que estas elecciones fuesen un referéndum para su gobierno.

En noviembre pasado, Musharraf impuso leyes especiales por un período de seis semanas y destituyó a dos tercios de los jueces de la Corte Suprema, que tenían atribuciones para declarar inconstitucionales las elecciones de octubre, consideradas fraudulentas por la oposición, en las que venció con más del 90 por ciento de los votos.

Se espera que el resultado de las votaciones de ayer promuevan una transición hacia un gobierno civil.

Los analistas políticos concuerdan que el voto, a pesar de la baja afluencia a las urnas -se estima en alrededor de 35 o 40 por ciento-, expresa la profunda insatisfacción de los 160 millones de pakistaníes, el 73 por ciento de los cuales vive con menos de dos dólares diarios.

"El hecho de que las elecciones se hallan desarrollado pacíficamente y que no se hallan registrados grandes fraudes, abrió un nuevo capítulo" en el país, dijo hoy Ahmed Bilal Mehboob, un ingeniero que dirige la ONG Pildat, fundada hace seis años, que lucha por la transparencia legislativa.

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