Brown había visto caer su popularidad luego de que se supiera que enviaba correos electrónicos difamatorios contra diputados conservadores.
El primer ministro británico Gordon Brown, cuya popularidad está por los suelos, resultó salpicado después de que el Daily Telegraph publicara detalles sobre cómo él y miembros de su gabinete utilizan dinero público para costearse su estilo de vida.
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Titulado "La verdad sobre los gastos del gabinete", el artículo del diario, que acrecentó la polémica en torno a las compensaciones de los parlamentarios, reveló por ejemplo que Brown pagó 6.577 libras (unos 7.350 euros) a su hermano Andrew por los servicios de limpieza de una vivienda que tiene en Londres.
Tras esa revelación, Downing Street precisó en un comunicado que Gordon Brown compartía con su hermano una empleada que limpiaba sus respectivas residencias en Londres.
Los pagos los hacía Andrew, y el primer ministro le pagaba a su hermano la parte que le correspondía por la limpieza de su departamento, indicó el comunicado.
"Los pagos los hizo directamente Andrew Brown a ella por el trabajo en ambos pisos. Gordon Brown le devolvió su parte. Por supuesto que Andrew Brown no recibió ningún beneficio financiero", señaló el comunicado, que recalca que el primer ministro acató las regulaciones sobre las compensaciones de los parlamentarios.
Aunque no hay nada ilegal, las filtraciones sobre los gastos disfrutados por Brown y sus principales ministros a costa de los contribuyentes británicos no ayudarán al gobierno laborista ni a su líder a recuperar popularidad o credibilidad.
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