Mientras la cifra oficial de muertos por los incendios forestales desatados el viernes en el sureste de Australia es de 25, la policía teme que hayan fallecido 40 personas dado que en la mañana del domingo pudieron analizar mejor restos de viviendas, cobertizos y vehículos.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Más de 150.000 hectáreas se quemaron en los bosques del norte de Melbourne, capital del estado australiano de Victoria. Los fuertes vientos y las altas temperaturas récord crearon allí condiciones propicias para las llamas, que arrasaron los bosques.
La policía indicó que más de 400 focos de fuego, muchos encendidos deliberadamente, arrasaron con cientos de viviendas y podrían haberse cobrado más de 40 vidas.
"A esta altura tenemos 25 muertos confirmados, lo que me da gran preocupación de que las cifras vayan a ser sustancialmente más altas a medida que pase el día, ya que vamos siendo capaces de ingresar a las zonas de fuego, tras los incendios, para hacer esas búsquedas", dijo el vicejefe de la policía Kieran Walshe, quien el sábado declaró que "ésta es una tragedia para el estado".
El premier de Victoria, John Brumby, dijo que fuertes ráfagas junto con altas temperaturas crearon las difíciles condiciones en las que un ejército de voluntarios de 30.000 personas, respaldadas por 37 aeronaves extintoras de fuego, puedan no ser suficientes.
"Algunos de esos fuegos sencillamente no fueron posibles de controlar", dijo respecto a la ciudad minera de Bendigo, donde se reportaron decesos. "Había bomberos que literalmente enfrentaban llamas de una altura de cuatro pisos".
Melbourne registró el sábado un calor récord para un día de febrero, al superar los 46 grados centígrados. En el interior de la ciudad portuaria de tres millones de personas, la temperatura incluso fue superior.
Estos incendios han recordado a los peores registrados en la región en 1983, cuando las llamas destruyeron miles de casas y causaron 75 muertes.
En el pueblo de Klinglake al menos seis personas murieron cuando las llamas arrasaron toda la localidad. Peter Mitchell, un residente de esa localidad, dijo a la radio local que confiaba en sobrevivir al infierno junto a otras 200 personas, que se habían refugiado en el parque de bomberos.
"Todo Kinglake está en llamas", dijo durante la llamada a la radio. "Hay llamas por todas partes, los tanques de gas estallan, los edificos están en llamas", dijo.
Dejá tu comentario