23 de septiembre 2022 - 15:20

Elecciones en Brasil: los empresarios darán su voto a Bolsonaro

La agenda neoliberal del presidente sigue siendo atractiva pese a los reparos por su talante golpista. El 70% rechaza a Lula.

Jair Bolsonaro saluda una columna de tractores en el desfile por la Independencia.

Jair Bolsonaro saluda una columna de tractores en el desfile por la Independencia.

Foto: EFE

En busca de la reelección, el mandatario ultraconservador concentra 62% de la intención de voto del empresariado, lejos del 24% de su rival, el expresidente de izquierda, según un sondeo del Instituto Datafolha difundido el jueves.

Esa preferencia contradice la del electorado en general, donde Lula da Silva reúne 47%, con ventaja de 14 puntos porcentuales, conforme a la encuesta.

Los empresarios valoran especialmente el avance en la agenda neoliberal del gobierno de Bolsonaro. Lliderada por el ministro de Economía, Paulo Guedes, esa política se refleja en privatizaciones como la de la compañía eléctrica Eletrobras, y numerosas concesiones, como la otorgada en saneamiento a la empresa Aguas do Rio.

Los empresarios apreciaron además la reforma del sistema de pensiones y el impulso de una reforma tributaria, pendiente en el Congreso.

Apoyo de grandes y pequeños empresarios

Los grandes empresarios como Joao Cox, miembro de consejos directivos de varias compañías, como Embraer, prefieren "una agenda liberal, porque la iniciativa privada es la que genera empleos e impulsa la economía",

Mientras que los pequeños empresarios valoran que Jair Bolsonaro se opusiera a los cierres por la pandemia de Covid-19, que mató a más de 685.000 personas en Brasil, según Daniela Campello, especialista en ciencia política de la Fundación Getulio Vargas.

El repunte económico pospandemia también juega a favor del presidente en este sector. La mayor economía latinoamericana creció 4,6% en 2021 tras caer en 2020 y el mercado proyecta una expansión de 2,65% este año.

El empresariado, además, ve con recelo la alternativa a Bolsonaro: un 70% rechaza al expresidente Lula da Silva (2003-2010), según Datafolha. Las preocupaciones aluden a "un mayor intervencionismo económico y su compromiso con los trabajadores", incluso con promesas de revisar la reforma que flexibilizó algunos derechos laborales en 2017, analiza Campello.

El agronegocio, bastión de Jair Bolsonaro

Por sectores, el agronegocio sigue siendo el gran bastión bolsonarista. En los festejo del día de la Independencia, el 7 de septiembre, una columna de tractores participó en el tradicional desfile militar en Brasilia.

De hecho, el principal donante particular de la campaña de Bolsonaro (un millón de reales, USD 195.000) es el productor de granos Oscar Cervi.

El sector, que aporta casi 28% del PBI, destaca avances en infraestructura logística y un buen desempeño pese a la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, dice Luiz Carlos Correa Carvalho, presidente de la Asociación Brasileña del Agronegocio.

Y es clave la postura de Bolsonaro contra los reclamos indígenas en la disputa legal sobre tierras agrícolas, en manos del Supremo Tribunal Federal (STF). Lula "dejó claro que apoya la invasión de tierras y hasta tildó al agro de 'derechista y fascista', por lo que el productor lo considera una amenaza", indica Correa Carvalho.

Otro temor del agro es que Lula da Silva decida imponer "impuestos a las exportaciones", siguiendo el modelo del gobierno de Argentina, añade un consultor bajo anonimato.

Voces disonantes

Pero también hay detractores. Por ejemplo, Luis Stuhlberger, un exitoso empresario, quien aseguró que "nunca más" votará al "psicópata" de Jair Bolsonaro.

"El apoyo del empresariado está más dividido" ahora que en 2018, explica Christopher Garman, director ejecutivo para las Américas de Eurasia Group.

Grandes asociaciones empresariales, entre ellas las de la industria automotriz, química y de comercio exterior, se manifestaron a la AFP "apartidarias", tras apoyar públicamente a Bolsonaro en el pasado.

También hubo gestos atípicos, como la difusión de un manifiesto en defensa de la democracia como respuesta a los ataques de Bolsonaro al sistema electoral por parte de la Federación de Industrias de Sao Paulo (Fiesp) y rubricado por la Federación de Bancos Brasileña (Febraban).

Según Garman, Bolsonaro perdió además "credibilidad por su manejo fiscal (aumentando el gasto) y una pésima reputación internacional por cuestiones ambientales". Eso, dice el analista, acabó inclinando a algunos líderes de multinacionales e inversores extranjeros hacia Lula.

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