Máxima tensión en Turquía por un sangriento intento de golpe de Estado
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Pese al estado de sitio declarado por los sublevados, cientos de personas se volcaron a las calles, según imágenes difundidas en Twitter, aunque inicialmente no quedó completamente claro si salían a celebrar el levantamiento o respondían al pedido del presidente Erdogan de defender el orden constitucional.
Hubo manifestaciones en Estambul, Izmir y Ankara, donde posteriormente una de las fiscalías capitalinas anunció que el saldo final había sido de 42 muertos (entre civiles y policías) y más de 200 heridos. Pero las manifestaciones en rebeldía contra el intento de golpe fueron debilitando a sus autores.
El aeropuerto de Atatürk en Estambul, el mayor de Turquía y el tercero mayor de Europa, estuvo paralizado a consecuencia de la intentona golpista, pero entretanto los militares que lo habían ocupado se retiraron y miles de manifestantes contrarios a la maniobra entraron en el edificio. También de la televisión turca TRT se retiraron los soldados.
No obstante, un grupo de soldados golpistas ocuparon la emisora de noticias CNNTürk a las 03.40 hora local (21.30 hora argentina) y cortaron su emisión por media hora.
Cerca de las 4 de la mañana (22 hora argentina), Erdogan improvisó una conferencia de prensa en el aeropuerto de Estambul, aunque aún circulaban noticias cruzadas sobre aviones que alzaban el vuelo en la base de Eskisehir.
En la rueda de prensa, el presidente acusó a su rival y exsocio político Fethulah Gulen, quien reside en Pennsylvania, de darle órdenes a los golpistas, que son una "minoría dentro del ejército" y se mostró convencido de que iba a controlar la situación en breve.
"Bombardearon el lugar donde me encontraba poco después de que me hubiera ido. No pensaron que haría todo el viaje a Estambul", aseguró, según informaban diversos medios turcos y la BBC.
Tras calificar el intento de "regalo de Dios" que le permitirá limpiar las Fuerzas Armadas, levantó la conferencia de prensa mientras algunos periodistas informaban en sus cuentas Twitter que aún no se había restablecido la tranquilidad en el espacio aéreo en torno al aeropuerto.
La intentona comenzó cuando una fracción del ejército de Turquía aseguró en un comunicado de prensa que se había hecho con el poder en todo el país, alegando el carácter antidemocrático del gobierno de Erdogan.
Poco después el comando de los antidemocráticos declaró la ley marcial luego de haber tomado algunos edificios como el palacio presidencial, el canal de televisión público TRT y el aeropuerto internacional Atartuk en Estambul.
Erdogan, que estaba de vacaciones, afirmó que él seguía siendo el jefe del Estado Mayor Conjunto y llamó a los ciudadanos a salir a las calles a defender la democracia, en declaraciones por la red social Facetime transmitidas por el canal de televisión privado CNN Turk.
Entretanto, un "Consejo de Paz en la Nación" hizo transmitir un mensaje por la TRT en el que afirmaba que "el Ejército se hizo cargo totalmente (del país) para restaurar la democracia" y se comprometía a mantener los compromisos internacionales.
Aviones militares y tanques invadieron la capital despertando la atención de los habitantes y turistas, mientras grupos de soldados tomaban los aeropuertos internacionales de Ankara y Estambul, que cancelaron todos los vuelos. Además, los accesos a las principales ciudades, entre ellos los puentes que cruzan el Bósforo, en Estambul, fueron cerrados.
Una ONG indicó que las redes sociales habían sido bloqueadas y los teléfonos e Internet funcionan de manera intermitente.
Según la emisora CNNTürk, en el Hospital Haydarpasa Numune, situado en el lado asiático de la ciudad, se contabilizaron al menos seis fallecidos y unos cien heridos.
Los medios turcos informaron que militares rebeldes dispararon contra la multitud que protestaba contra el levantamiento y trataba de cruzar uno de los puentes que unen la parte asiática de la ciudad con la europea, y que había sido tomado por los golpistas.
Además, los rebeldes bombardearon el parlamento, en Ankara, donde hubo al menos 12 heridos, dos graves. También en Ankara murieron 17 agentes de policías en una explosión en la sede de las fuerzas especiales del cuerpo.
Además, la emisora pública TRT aseguraba -poco después del aterrizaje de Erdogan- que cinco militares sublevados que participaron en la ocupación de su sede fueron neutralizados por un grupo de civiles, según difundió la agencia de noticias EFE.
A medida que se desarrollaban los acontecimientos, crecía el repudio internacional al golpe, que abarcó desde el presidente de EEUU, Barack Obama, hasta algunos de los países que más han confrontado últimamente con Washington, como Rusia e Irán.
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