Merkel endurece su discurso inmigratorio de cara a las elecciones
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Esta es la novena reelección de Merkel como presidenta del partido. La última vez, en 2014, obtuvo el 96,75 de los votos.
La canciller fue muy criticada en 2015 y 2016 hasta en sus propias filas por su decisión de dejar entrar a Alemania unos 900.000 solicitantes de asilo. Esta decisión molestó a su partido y a su electorado tradicional.
"Acepto esta votación y me congratulo del resultado", dijo tras la votación. "Una situación como la del verano de 2015 no puede y no debe repetirse", añadió.
En el congreso, que sigue hasta el miércoles, se espera que la CDU se pronuncie sobre el endurecimiento en materia de expulsiones de solicitantes de asilo y abogue por la ampliación de la estadía en los centros de retención.
Al aspirar a su cuarto mandato, la canciller es la dirigente más longeva en los países occidentales y se aproxima a los récords nacionales de Konrad Adenauer (14 años) y su mentor Helmut Kohl (16 años).
Al anunciar a finales de noviembre su voluntad de presentarse a las elecciones de 2017, Merkel prometió encarnar la continuidad frente a las turbulencias mundiales, pero no dio detalles sobre su programa.
Se presentó, además, como un baluarte frente al ascenso del populismo en Alemania y en el mundo, y una defensora de los valores democráticos, poco después de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
El Brexit, la dimisión del primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el ascenso del Frente Nacional (extrema derecha) en Francia reforzaron la preocupación en Europa.
Merkel avisó de que, dado el contexto, la próxima campaña electoral será la más difícil desde la reunificación del país en 1990.
La dirigente se enfrenta, además, al rápido ascenso de la derecha populista y xenófoba, de Alternativa para Alemania (AfD), en un país que pensaba estar inmunizado contra esta amenaza, desde la caída de Hitler.
La formación ultraderechista, que obtendría el 13% de los votos según los sondeos, saca beneficio de los miedos de parte de la población, sobre todo en la ex-RDA, que se siente rebajada socialmente y que rechaza las élites.
La AfD adoptó un virulento discurso contra el islam y los migrantes, que seduce a amplios sectores de la población en países como Estados Unidos o Reino Unido.
Frente al descontento de muchos alemanes, la CDU quiere endurecer su discurso en materia de inmigración.
Pese a las tensiones, Merkel llamó a celebrar la campaña electoral de forma sosegada. "No quiero que la batalla electoral en Alemania se lleve a cabo con el tono que hubo por momentos en Estados Unidos. Queremos enfrentarnos con respeto", dijo al diario WAZ.
Desde que se anunció la candidatura de Merkel, la CDU mejoró sus perspectivas electorales. Un sondeo le atribuye un 37% de las intenciones de voto, frente al 22% de los socialdemócratas.
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