25 de febrero 2008 - 00:00

Otra alternancia familiar: asumió Raúl Castro en Cuba

El relevo presidencial entre hermanos -prácticamente la única modificación en la primera transición de liderazgo cubano desde 1951- transcurrió sin sorpresas. Así, la nueva era que se aguardaba con la llegada de Raúl Castro quedó soslayada con nombramientos de la vieja guardia de la " revolución". La disidencia y EE.UU., escépticos.

Raúl Castro asumió la dirigencia de la isla en una sesión histórica. La confirmación de la continuidad de Raúl -prevista por los analistas- y la aparición un tanto más inesperada de José Ramón Machado Ventura en el segundo cargo en importancia del país demuestran una consolidación de la «vieja guardia» en la conducción política de la isla.
Raúl Castro asumió la dirigencia de la isla en una sesión histórica. La confirmación de la continuidad de Raúl -prevista por los analistas- y la aparición un tanto más inesperada de José Ramón Machado Ventura en el segundo cargo en importancia del país demuestran una consolidación de la «vieja guardia» en la conducción política de la isla.
La Habana (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - El Parlamento cubano eligió ayer como sucesor de Fidel Castro a su hermano Raúl, quien prometió «asegurar la continuidad de la revolución». Se cumplieron las previsiones sin ningún tipo de sorpresas.

El general, de 76 años y presidente interino durante los últimos 19 meses, ha sido nombrado nuevo presidente del Consejo de Estado, para suceder así en ese cargo a su hermano, de 81. José Ramón Machado Ventura, médico de 77 años, es el nuevo primer vicepresidente de la cúpula cubana, en la que prácticamente sólo ha cambiado Fidel Castro.

Raúl pronunció un discurso vestido de civil en el que quiso remarcar que la decisión de su hermano «asegura la continuidad de la revolución» en la isla. Acto seguido, pidió (y obtuvo) permiso de la Cámara para que «las decisiones trascendentales para el futuro del Estado, como la defensa, la política exterior y el desarrollo socioeconómico», fuesen consultadas con su hermano, el histórico dirigente cubano. La Cámara contestó a la petición con una interminable ovación.

Entre otras cosas, el nuevo dictador de Cuba anunció que reestructurarán la administración y anticipó que se producirá una reducción de los organismos del Estado para «hacer más eficiente la gestión». «Hoy se requiere una estructura más compacta y funcional, con menor número de organismos y una mejor distribución de las funciones que cumple», indicó.

Asimismo, aseguró que Cuba estudia una posible revalorización del peso, la moneda oficial del país.

Durante los últimos meses, Raúl Castro ha estado insistiendo en la necesidad de hacer reformas estructurales, aunque sin abandonar el régimen socialista, y se declaró crítico con el «exceso de prohibiciones» que hay en la isla. Serán vicepresidentes del Consejo de Estado Carlos Lage, Juan Almeida, Esteban Lazo, Abelardo Colomé Ibarra y Julio Casas Regueiro, todos ya dirigentes conocidos del régimen, y el secretario será José Miyar Barruecos.

Anteriormente, Ricardo Alarcón había sido reelegido como presidente del Parlamento cubano. Jaime Crombet Hernández-Vaquero fue asimismo ratificado vicepresidente de la Asamblea Nacional, mientras Miriam Brito fue propuesta como secretaria de ese órgano, informó el diario oficial «Granma».

  • Transición

    Es la primera transición en el liderazgo cubano desde que los Castro derrocaron al dictador Fulgencio Batista el 1 de enero de 1959 y el mensaje es diáfano: todo sigue igual.

    Al principio de la sesión parlamentaria, los diputados José Miguel Miyar Barruecos y Carlos Valenciaga fueron designados para recoger el voto del convaleciente líder cubano, Fidel Castro, y llevarlo a la sesión de la Asamblea Nacional. Esos dos parlamentarios fueron elegidos para que «visitaran al compañero Fidel, para validar su certificado de elección como diputado, tomar su juramento y trasladar la boletas correspondientes para que ejerza su derecho al voto», explicó la presidente de la Comisión Electoral, María Esther Reus.

    El líder cubano manifestó su deseo de que en la Asamblea hubiese un «voto unido» -por todos los candidatos-. Cuando Reus inició la sesión a las 10, hora local, al pasar lista a los diputados citó en primer lugar a Fidel Castro, y toda la sala se puso en pie y le tributó una ovación. La actividad en las calles de La Habana durante toda la jornada ha sido la misma de cualquier domingo, salvo en torno al Palacio de Convenciones.

    Dirigentes de la oposición descartan que el relevo genere alguna apertura en la isla, pero los moderados estiman que será la oportunidad para que se apliquen reformas pedidas por la población. «La sociedad cubana no aceptará un cambio sólo cosmético que disfrace la situación actual. Cuba pasa por un período de 50 años de totalitarismo y no nos interesa ahora el 'socialismo buenito'», dijo el disidente Oswaldo Payá a un periódico brasileño.

    Por su parte, Estados Unidos se mostró cauteloso tras la designación. «Hay posibilidad y potencialidad de cambio en Cuba, pero esos cambiostienen que nacer dentro de Cuba», aseguró en un tono moderado el jefe de la diplomacia estadounidense para América latina, Tom Shannon. El diplomático norteamericano reconoció, no obstante, que la llegada del hermano menor, de 76 años, a la cabeza del Estado sólo «formaliza algo que ha sido de facto por 19 meses», en alusión al tiempo que pasó desde que Fidel le delegó el poder provisionalmente a fines de julio de 2006 por razones de salud.

    «Aun así es un momento significativo en Cuba, en términos de que es la primera vez en la historia de la Cuba moderna que este país ha tenido un cambio en sus líderes políticos», afirmó Shannon,-que volvió a exigir cambios- en la isla, antes de que se modifique la política de Washington.

    En una declaración previa al nombramiento de Raúl Castro, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, ya había subrayado el momento «significativo» que vivía la isla, antes de exigir al país vecino, sometido a un embargo por parte de Washington desde 1962, que inicie un proceso de transición democrática.

    «Urgimos al gobierno cubano a iniciar un proceso de cambio democrático y pacífico, liberando a todos los presos políticos, respetando los derechos humanos y creando un camino claro hacia elecciones libres y justas», afirmó.
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