"Necesitamos aprender de los niños", aseguró el Papa Francisco durante un encuentro con chicos de 84 países en el Aula Pablo VI. El Sumo Pontífice agregó: "Siempre me alegro cuando conozco a un niño, porque cada vez me enseña algo nuevo y me recuerda lo hermosa que es la vida en su sencillez, ¡y lo hermoso que es estar juntos!".
Papa Francisco propuso llenar el mundo de "rugidos" de niños y no de las bombas y las armas
Durante un encuentro con niños de 84 países, el Sumo Pontífice hizo referencia la situación que están viviendo los países de Medio Oriente.
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El Papa Francisco participó de una reunión con niños de todo el mundo.
Jorge Bergoglio reapareció públicamente pocas horas después de admitir problemas de salud. El motivo del evento fue el Encuentro “Los niños encuentran al Papa”, organizado por el Dicasterio para la Cultura y la Educación, que tiene como tema "Aprendamos de los niños y de las niñas".
Luego de conocer a los participantes, Francisco destacó las muestras de alegría con las que lo recibieron. "Éstos son los rugidos con los que queremos llenar el mundo: no los de las bombas, sino los de su alegría y su risa feliz".
Haciendo referencia a los conflictos que se dan actualmente en el mundo, especialmente el que sucede entre Israel y Gaza, el Papa dirigió sus pensamientos a "aquellos niños que lamentablemente sufren actualmente la guerra, el hambre, las enfermedades, los desastres climáticos y la pobreza".
“¡A los que están en peligro porque la gente mala hasta les pone armas en la mano! Los niños no deben tener armas en la mano. Deben tener juguetes, libros, cuadernos y muchas otras cosas lindas y buenas, ¡pero no armas!”, exhortó Francisco, al mismo tiempo que alentó a los niños presentes a repetir en voz alta con él: “¡La vida es un regalo! ¡Dios nos ama! ¡Todos somos hermanos!”.
“Han venido aquí de todas partes del mundo, como muchos hermanos que se reúnen en una casa grande. Es la casa grande que Jesús nos dio, la gran familia de la Iglesia, abierta a todos los niños del mundo. Porque así debe ser", recordó.
“Dondequiera que vaya, cada niño en este mundo debe sentirse siempre como en casa, siempre aceptado con mucho amor, con una hermosa sonrisa, con un abrazo, con una caricia”, agregó el Obispo de Roma.
“Y a todos los niños que sufren, dijo Francisco, quisiera decirles, junto a ustedes, que no están solos, que los llevamos en el corazón, oramos por ellos y nos comprometemos a hacer todo lo posible para que pronto encuentren esperanza y serenidad y para que vuelva la sonrisa a sus rostros. ¡Que la sonrisa vuelva al rostro de cada niño y niña de la tierra!”, finalizó Francisco.
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