Paradoja: demócratas sufren en el sur negro
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Barack Obama ayer, durante un acto de campaña. Los estados
del sur, de amplia población negra, por ahora no lo favorecen
en intención de voto. Esa comunidad lo vota masivamente,
pero su figura no atrae allí al electorado blanco.
Insistió en que el racismo surge cuando uno menos lo espera. «Hace unos meses estaba en la plaza de Oxford y unos jóvenes blancos me gritaron: 'Negro, salí de la plaza'», afirmó
Crockett, quien indicó que el grupo se refirió a él como «nigger», un término para referirse en forma despectiva a la gente de color. «Mis amigos y yo les devolvimos los insultos y después nos quedamos a comer en un restorán del centro», explicó.
Wilkie ve en esos y otros episodios una señal de que las heridas de la Guerra Civil todavía no han cicatrizado del todo y anticipa que el factor racial puede jugar un papel importante el 4 de noviembre en estados como Misisipi, el de mayor porcentaje de afroamericanos del país, 37% de la población. Las encuestas indican que Obama se hará con la mayoría aplastante del voto negro, pero ese respaldo no será suficiente para ganar en Misisipi, donde McCain goza de una cómoda ventaja.
Wilkie destaca, de todos modos, que el factor racial no es el principal causante de que Obama esté rezagado en la mayoría del sur: con la excepción de Virginia, Carolina del Norte y Florida, donde la situación es reñida, la región se inclina por los conservadores.
El sur de Estados Unidos ha sido un sólido bastión republicano desde que en 1964 el presidente demócrata Lyndon Johnson dio luz verde a la Ley de Derechos Civiles. Johnson ratificó un año después la Ley de Derecho al Voto, que otorgó a los afroamericanos el pleno derecho al sufragio.
Curiosamente, durante la mayor parte de los siglos XIX y XX los estados sureños respaldaron mayoritariamente a los demócratas, al ver al Partido Republicano como una organización norteña.
Los republicanos se opusieron en 1860 a que la esclavitud se extendiese más allá de los estados en los que ya existía. La victoria de Abraham Lincoln y los republicanos ese año provocó la secesión del sur y la consiguiente guerra civil.
Pero a partir de 1964 los republicanos iniciaron la conquista de los votantes blancos conservadores del sur. Ese año el candidato presidencial republicano, Barry Goldwater, que había votado contra la Ley de Derechos Civiles y que perdió las elecciones, ganó el voto del «sur profundo», como se conoce a los estados donde se encontraban las plantaciones de algodón.
Howard Dean, presidente del Partido Demócrata, afirmó que «durante muchos años a los demócratas los asustaba ir al sur», pero insistió en que la región «ha cambiado mucho en 40 años y es un gran error descartarla».
El hecho de que Luisiana haya elegido a varios legisladores demócratas y la reñida batalla por Virginia, un estado que no había estado en juego en más de cuatro décadas, hace que los demócratas alberguen la esperanza de volver a adentrarse en un coto vedado.
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