4 de enero 2007 - 00:00

¿Parálisis para Bush? Demócratas asumen hoy mayoría en Congreso

George W. Bush, rodeado ayer por parte de su gabinete en los jardines de la Casa Blanca.El presidente teme que el Congreso dominado por la oposición paralice desde hoy a su gobierno,por lo que pidió despolitizar la agenda legislativa.
George W. Bush, rodeado ayer por parte de su gabinete en los jardines de la Casa Blanca. El presidente teme que el Congreso dominado por la oposición paralice desde hoy a su gobierno, por lo que pidió despolitizar la agenda legislativa.
Washington (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - A más de una década de su última mayoría parlamentaria, los demócratas toman hoy oficialmente el control del Congreso de Estados Unidos, decididos a exigir cuentas al presidente George W. Bush, empezando por su política en Irak.

Un nuevo grupo de casi 500 legisladores -un tercio del Senado de 100 miembros y toda la Cámara de Representantes de 435 asientos-jurará hoy, como resultado de la elección parlamentaria del 7 de noviembre en la que los republicanos fueron abrumadoramente derrotados, debido en gran parte al descontento de los electores con la guerra.

Audiencias sobre cómo terminar con la creciente violencia sectaria en Irak y los errores del gobierno al entrar en el conflicto bélico están entre los principales temas de la agenda de la nueva mayoría demócrata, cuando Bush se prepara para anunciar un importante cambio en la política sobre ese país.

Según se filtró a la prensa, el mandatario planea enviar al menos 30 mil soldados más a Irak, una opción que ya fue duramente criticada por los demócratas y que también despertó reticencias por parte de notorios legisladores republicanos.

El cambio de poder en el Congreso llega con la primera mujer que ejercerá el cargo más alto en el Legislativo, la demócrata Nancy Pelosi -tercera en la línea sucesora-, que reemplazará al republicano Dennis Hastert como presidenta de la Cámara de Representantes.

Consciente de que se avecinan tiempos complejos y temiendo que las disputas partidarias paralicen su administración, Bush pidió ayer colaboración al Congreso. «A todos nos han confiado cargos públicos en un momento trascendental de la historia de nuestra nación, y juntos tenemos cosas importantes que hacer. Es tiempo de dejar de lado la política y enfocarnos en nuestro futuro», dijo el presidente.

Bush también anticipó que presentará el mes que viene un presupuesto para los próximos cinco años, que haría permanente el recorte tributario y balancearíael presupuesto del gobiernopara 2012. En una columna de opinión publicada ayer en el diario «Wall Street Journal», Bush dijo estar listo para trabajar con la oposición, pero advirtió que esta asociación podría llevar a un «punto muerto».

Todo indica que los demócratas, que recuperaron el control de ambas cámaras del Congreso tras 12 años de dominio republicano, pretenden usar plenamente su nueva influencia, un intento de posicionarse para la elección presidencial del año próximo.

El presidente entrante de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Joe Biden, está organizando hasta 12 audiencias sobre la guerra de Irak, a las que la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, fue llamada a testificar.

Asimismo impulsará una agenda de «cien horas» en las cuales quiere aprobar una serie de nuevas leyes a contramano de la voluntad del presidente. Estos proyectos van desde el aumento del salario mínimo al estímulo de la investigación científica con células madre, pasando por la reducción de los costos de las medicinas prescriptas a los pacientes más pobres y nuevas reglas para hacer más transparente la conducta de los parlamentarios, como la prohibición de recibir regalos y viajes financiados por lobbystas.

Sin embargo, no todos los vientos soplan a favor de los demócratas. La mayoría de la Cámara alta todavía está en duda debido a que el senador electo en Dakota del Sur, Tim Johnson, se recupera lentamente de una grave cirugía cerebral. «La siguiente etapa de este proceso tomará varios meses», aseguraron los médicos que lo atienden. Los demócratas poseen 51 escaños sobre 49 republicanos en el Senado. Si Johnson debe abandonar la cámara, esa diferencia se compensaría con el vice Dick Cheney, presidente del Senado.

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