13 de junio 2002 - 00:00

Polémica por complot nuclear en Washington

Polémica por complot nuclear en Washington
Washington (ANSA, EFE) - El gobierno estadounidense y las autoridades de seguridad bajaron el tono ayer al presunto desbaratamiento de un plan terrorista con bombas radiológicas para detonar en Washington, que había sido anunciado el lunes por el secretario de Justicia, John Ashcroft, quien ahora está siendo cuestionado por la prensa y desacreditado incluso por funcionarios de la administración Bush.

De todos modos, el presidente George W. Bush afirmó que José Padilla, el estadounidense de ascendencia puertorriqueña y convertido al Islam por su esposa, detenido en relación con ese supuesto plan, es «uno de los malos, asesinos o asesinos potenciales, que está donde merece estar, bajo custodia». Cuando hace dos días se informó sobre la detención de Padilla, quien tomó el nombre de Abdullah al Muhajir, Ashcroft describió un plan terrorista completo, con amplísima difusión en la prensa mundial. Pero luego el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, dijo que no cree «que haya habido un plan real, más allá de algunas exageraciones de parte de Al Muhajir, quien vino aquí obviamente para planificar algunas acciones».

El director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller, y el subsecretario de Justicia, Larry Thompson, también hicieron declaraciones en las cuales mencionaron sospechas sobre Padilla, mucho más vagas que la descripción detallada que había hecho Ashcroft. Según ellos, el plan estaría sólo «en una fase preliminar».

El diario «USA Today» indicó que «el tono ominoso de Ashcroft sorprendió a la Casa Blanca y a los jerarcas policiales, en Estados Unidos y en el exterior».

• Escepticismo

El británico «The Independent» citó que en el gobierno de Tony Blair se tomó con escepticismo el anuncio del gobierno de Bush, porque no hallaron «ninguna prueba» del eventual plan radiológico ni «ninguna precisión» sobre el mismo.

Ashcroft procuró ayer defender su gestión y las condiciones de detención de Padilla,
quien está siendo interrogado por funcionarios del Pentágono sin asistencia legal de ningún tipo, a pesar de que el presidente Bush había asegurado en noviembre pasado que los estadounidenses no serían sometidos a los procesos militares planeados para los terroristas internacionales. «No hemos violado la Constitución. Los Estados Unidos se desenvuelven «sin invadir ni dañar los derechos que garantizan nuestra libertad». Ashcroft insistió en que el detenido «recibió entrenamiento en Pakistán y Afganistán en el uso de explosivos y llevó averiguaciones sobre contaminación».

• Traslado

El domingo a la noche, Padilla fue confiado a la justicia militar y trasladado a una base naval de Carolina. «La posición del gobierno es inaceptable, nuestra Constitución garantiza que los sospechosos deben ser informados de los cargos, poder enfrentar a sus acusadores, consultar a un abogado y tener un juicio rápido», sostuvo «The New York Times».

En tanto, en el marco de la estrategia antiterrorista, el presidente Bush firmó una ley para mejorar las defensas del país contra la viruela y el ántrax, entre otras armas bioterroristas. «Estamos bajo ataque, ésa es la realidad», dijo Bush al explicar la medida. La norma aumentará las existencias de vacunas contra la viruela y otras drogas y asigna 1.600 millones de dólares a hospitales y organismos de salud pública.

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