4 de diciembre 2019 - 00:00

Putin avaló una ley que permite acusar de espionaje a periodistas

La medida afecta además a civiles y bloggeros que compartan el contenido en sus plataformas. Denuncian censura.

RECÍPROCO. Los analistas afirman que la ley avalada por Vladímir Putin es una represalia a una similar aprobada en Reino Unido, que consideró como “agentes extranjeros” a Russia Today y Sputnik News. 

RECÍPROCO. Los analistas afirman que la ley avalada por Vladímir Putin es una represalia a una similar aprobada en Reino Unido, que consideró como “agentes extranjeros” a Russia Today y Sputnik News. 

Moscú - El Gobierno ruso estrechó aún más los controles sobre la legislación que ya tilda a los medios de comunicación que reciben fondos del exterior como “agentes extranjeros”.

Congelado durante más de un año en el Parlamento, el proyecto de ley fue revitalizado tras las protestas de los últimos meses en Moscú y aprobado por la Duma en segunda y terca instancia. Luego recibió la firma presidencial y su puesta en funcionamiento.

A partir de ahora, incluso personas particulares -tanto periodistas y bloggers como ciudadanos comunes- pueden ser incluidos en la categoría de “espías”. El tema es complejo, y más aún porque con la nueva ley bastará compartir en internet el material producido -o simplemente publicado- por “agentes extranjeros” para estar involucrados en actividades de espionaje.

Los periodistas extranjeros acreditados en el ministerio del Exterior, es decir los corresponsales, pueden, sin embargo estar tranquilos: la norma, aclaró esa dependencia, no está destinada a ellos.

Distinto es el caso, naturalmente, de las grandes cadenas de noticias internacionales -como la BBC, Reuters, Deutsche Welle o la red liderada por la estadounidense Radio Liberty- que poseen sitios de Internet y canales televisivos en ruso.

Aquí la legislación se aplicará a sus anchas. Y, por otra parte, al menos oficialmente, el punto de inflexión nació ya hace años justamente para responder, ojo por ojo, a las limitaciones impuestas en el Reino Unido o en Estados Unidos a medios pro Kremlin como RT y Sputnik.

Quien sea calificado como “espía” deberá informar sobre el material distribuido, bajo pena de sanciones, y deberá crear entidades legales específicas vinculadas al Ministerio de Justicia.

Está claro que, dada la situación, los rusos lo pensarán dos veces antes de compartir una publicación en las redes sociales si lleva consigo la “letra escarlata” de un “espía”. Esto limitará la difusión de material juzgado incómodo por el Gobierno.

Además, la medida concede amplia discrecionalidad de interpretación y esto, lo que según analistas políticos, es claramente deseado. “Es imposible implementarla literalmente, no es técnicamente factible monitorear todas las violaciones: esta ley fue creada para castigar de manera selectiva a quienes quiera penalizar de cualquier manera”, aseveró Andrei Kolesnikov, del Carnegie Center, en diálogo con el Moscow Times.

El caso más llamativo puede ser el del líder de la oposición extraparlamentaria rusa, Alexei Navalny, dado que su Fondo Anti Corrupción ya fue incluido en la lista de los “agentes extranjeros”, por sospechas de donaciones internacionales.

La nueva ley da un paso más. En palabras del gran escritor antifascista italiano Carlo Levi, más que actuar contra Navalny “en sí mismo” la ley irá a actuar sobre el Navalny que está “en mí”. O, mejor dicho, sobre la nueva generación de aspirantes a rebeldes rusos.

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