15 de marzo 2004 - 00:00

Renovador, pero un admirador declarado de Felipe González

Renovador, pero un admirador declarado de Felipe González
José Luis Rodríguez Zapatero, quien se consagró ayer como presidente del Gobierno español -en su primer intento-, es la cara visible de la profunda renovación llevada a cabo en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) tras los años de Felipe González.

Rodríguez Zapatero, quien pese a la renovación que encarna es un declarado admirador de Felipe González, nació en Valladolid y se crió en León. Se afilió al PSOE con 18 años, ocho años después se convirtió en el diputado más joven del momento y, desde entonces, ha revalidado en todas las elecciones su escaño como diputado.

Aunque siendo adolescente tuvo su primer contacto directo con la política al asistir a un mitin de González, sus raíces izquierdistas se remontan muchos años atrás, pues procede de una familia marcada por el fusilamiento, en 1936, a manos de las tropas franquistas, de su abuelo, miembro del ejército republicano.

• Trayectoria

Con la idea de la obligación de dejar el mundo «cuando nos marchemos, un poco mejor» de lo que estaba al llegar, Rodríguez Zapatero empezó a escalar posiciones desde las organizaciones socialistas en la provincia de León para, en 1990, ingresar en el Comité Federal del PSOE.

El líder socialista, que antes de dedicarse de lleno a la vida parlamentaria fue profesor de Derecho Constitucional, ha respaldado algunos de los acuerdos y normas más relevantes de los últimos años en España: el Pacto contra el Terrorismo, el Pacto sobre la Justicia y la Ley de Partidos Políticos, que permitió abrir el proceso de ilegalización de Batasuna, considerada el brazo político de ETA.

En la campaña, el PSOE inundó España con carteles con su imagen junto a las siglas ZP (Zapatero, presidente) y los lemas
«Merecemos una España mejor» y «Soluciones ahora». Con ese objetivo, apareció junto a figuras del socialismo español -González lo acompañó en algunos actos- y para confeccionar su programa electoral se rodeó de un grupo de «notables», como el comisario europeo de Asuntos Económicos Pedro Solbes, o el ex enviado especial europeo para Medio Oriente Miguel Angel Moratinos.

Zapatero había asegurado la semana pasada -antes del atentado de Madrid- que sólo formaría gobierno si lograba la mayoría de los votos en los comicios. Los ataques terroristas modificaron de plano un panorama en el que el PP parecía encaminarse hacia una cómoda victoria.

Aunque
sus críticos le reprochan una excesiva seriedad y su falta de carisma, los analistas notaron que Zapatero fue endureciendo su discurso hacia el gobierno con el correr de la campaña electoral, sobre todo en relación con la invasión de Irak.

• Contactos peligrosos

Rodríguez Zapatero también debió pelear contra una serie de crisis desatadas en su partido, como ocurrió cuando se revelaron los contactos secretos de ETA con los independentistas catalanes, socios del PSOE en el gobierno de Cataluña.

El nuevo PSOE ya había acariciado el éxito en la Comunidad de Madrid en las regionales de mayo pasado, cuando estuvo a punto de hacerse con el Ejecutivo tras firmar un pacto de gobierno con la coalición Izquierda Unida (IU). Pero la traición a última hora de dos de los diputados socialistas derivó en una grave crisis institucional que llevó a una nueva cita con las urnas en la que, esta vez, el PP se hizo con la presidencia regional de Madrid.

Casado con
Sonsoles Espinosa, José Luis Rodríguez Zapatero es padre de dos hijas, Laura y Alba.

Dejá tu comentario

Te puede interesar