Rusia y clima, retos para Bush en Europa
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El jefe de Estado de los EE.UU. visitará durante el transcurso de la semana a Bulgaria, República Checa y Polonia, países en donde se instalarían los radares del polémico sistema. Bush intentará convencer allí a Putin de que el proyecto estadounidense de desplegar en Europa su escudo antimisiles no es en contra de Rusia. Además, abordará el estatuto de Kosovo, otro motivo de querella.
En los últimos días, Bush, presionado por la actitud rusa, reconoció desacuerdos entre ambos gobiernos y admitió la preocupación de su país sobre el estado de la democracia en Rusia.
Las declaraciones de Bush forman parte de un amplio esfuerzo antes del G-8 para poner de manifiesto que su voz, ensombrecida en los EE.UU. por la guerra en Irak y las críticas de la oposición demócratas, sigue liderando en el mundo y que, a pesar de los conflictos del pasado, se preocupa por la concertación y la solidaridad internacional.
Sin embargo, le aguarda un panorama difícil. En declaraciones al diario italiano « Corriere della Sera», Putin reiteró ayer su oposición al escudo y advirtió de un posible redespliegue de misiles rusos contra blancos en el Viejo Continente. «Si el potencial nuclear estadounidense se extiende en el territorio europeo, tendremos que tener nuevos blancos en Europa», aseveró.
Putin aseguró que la medida tendría como objetivo « equilibrar los instrumentos de defensa con instalaciones de ofensiva más eficientes». «Pero sabemos que ello podría conducir a una nueva carrera armamentística de la que, sin embargo, no somos responsables», agregó Putin.
La cumbre del G-8, de la que participarán los siete países más industrializados (EE.UU., Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Canadá) más Rusia, tendrá como uno de los temas más importantes y ríspidos el calentamiento global. Sin embargo, Merkel descartó la posibilidad de lograr un avance al respecto. «No, probablemente no logremos un acuerdo», respondió Merkel.
Blair, no obstante, se mostró optimista. «Puede ser posible un progreso de alcance histórico», recalcó.
Mientras tanto, en Rostock la población se recuperaba de las violentas manifestaciones realizadas el sábado en las que 520 personas resultaron heridas, 30 de gravedad, y 165 fueron arrestadas.
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