La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó este miércoles que luchará "hasta el último minuto del segundo tiempo" para intentar evitar el juicio político que se votará el domingo en la Cámara de Diputados, insistió en que se trata de un golpe y convocó a un pacto nacional "sin vencedores ni vencidos" en caso de que pueda superar el proceso de destitución. Asimsimo, cuando fue consultada por su futuro fuera del gobierno sostuvo: "Me vuelvo a mi casa en Porto Alegre; tengo derecho a mi jubilación".
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"Voy a luchar hasta el último minuto del segundo tiempo. Tenemos todas las condiciones para derrotar al impechment", afirmó Rousseff a periodistas en el Palacio del Planalto, para explicar que continúa con confianza en que tendrá votos para evitar que la oposición llegue a los 342 necesarios para elevar el juicio al Senado y acelerar su caída.
Rousseff dijo que en caso de sobrevivir a la votación del domingo llamará "a un pacto con todas las fuerzas políticas sin vencedores ni vencidos, todas las fuerzas los empresarios, trabajadores y movimientos sociales".
Y, en caso de derrota en la Cámara de Diputados y en el Senado, confesó que "será una carta fuera del mazo", en referencia a que no tendrá más fuerza para participar en su pos-gobierno eventual. "Me vuelvo a mi casa en Porto Alegre; tengo derecho a mi jubilación", sostuvo cuando fue consultada por su futuro fuera del gobierno.
La mandataria, cuya base en el Congreso se ha desmoronado en las últimas horas, dio una señal sobre algún escenario futuro al afirmar que si bien no está de acuerdo, "respeta la idea" de llamar a nuevas elecciones como propone parte del Senado, ante la inminencia de un posible gobierno del vicepresidente Michel Temer que podría tener problemas de legitimidad.
Rousseff llamó "golpistas" a los empresarios que están financiando acciones a favor del impeachment, al afirmar que el delito que se le acusa -violar la ley de responsabilidad fiscal por créditos complementarios en el presupuesto- no constituye delito de responsabilidad.
La presidenta aseguró que hay "un golpe en marcha por parte de conspiradores" y afirmó que "habrá consecuencias para quien apoye el golpe" e identificó a sus ejecutores al vicepresidente Temer y al presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, quienes "actúan asociados".
• Temer dice estar "preparado" para asumir
El vicepresidente brasileño, Michel Temer, declaró estar listo para suceder a la mandataria Dilma Rousseff en caso de que sea apartada del cargo si fuera condenada en un juicio político, al tiempo que aseguró tener capacidad de diálogo para superar la crisis.
"Si el destino me lleva a esa función (Presidencia), y digo una vez más que debo aguardar los acontecimientos, claro que yo estaré preparado" aseveró Temer, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
Lo declaró un día después de que se filtró una grabación suya en la que pronunciaba un discurso en el que anunciaba las medidas de un gobierno de transición tras la eventual destitución de Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).
Al tomar conocimiento de ese audio Rousseff y el ex presidente Lula da Silva acusaron a Temer de ser "golpista" y "traidor".
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