4 de agosto 2025 - 15:12

Cómo mantener el buen clima laboral en tiempos de cambios y reestructuraciones

Tras grandes reestructuraciones, los colaboradores esperan que sus líderes comuniquen con rapidez y sinceridad, incluso si no tienen todas las respuestas, ya que la falta de comunicación clara agrava la pérdida de confianza más que la decisión en sí.

El equipo necesita que se le hable con claridad, humanidad y a través de canales que permitan el ida y vuelta: reuniones presenciales, espacios virtuales, instancias de consulta abiertas y accesibles.

El equipo necesita que se le hable con claridad, humanidad y a través de canales que permitan el ida y vuelta: reuniones presenciales, espacios virtuales, instancias de consulta abiertas y accesibles.

Las reestructuraciones, ajustes de personal o recortes son todas acciones que transforman a una organización: sacuden la confianza, la moral y el sentido de seguridad del equipo que permanece.

En ese marco, un informe de Great Place To Work (GPTW) analizó algunos de los principales aspectos que deben tenerse en cuenta en este contexto.

Durante 2025, en un entorno de negocios que exige agilidad y adaptación permanente para enfrentar la incertidumbre global, cada vez más empresas enfrentan el desafío de gestionar estos cambios sin perder de vista el bienestar de las personas.

Lo que surgen como consecuencia son preguntas desafiantes que a veces no encuentran respuesta: ¿cómo comunicarte con tu equipo después de una decisión difícil? ¿Qué rol tiene el liderazgo para recomponer el vínculo y cuidar la experiencia del colaborador? Y la lista sigue.

Si bien no hay fórmulas mágicas, existen acciones concretas para gestionar exitosamente esta problemática corporativa. Cuando una parte del equipo se va, es esencial acompañar a quienes permanecen y asumen el compromiso de seguir apostando por la organización.

La importancia de lo que se dice y de lo que no

Tras una reestructuración, cada palabra cuenta. La manera en que una organización comunica lo sucedido puede marcar la diferencia entre un equipo que se siente parte del proceso y otro que se paraliza por la incertidumbre. Pero no solo importa lo que se dice: también impacta lo que no se dice.

El silencio prolongado, las frases ambiguas o los mensajes evasivos suelen abrir paso a los rumores, la ansiedad y el miedo. Frente a un contexto sensible, las personas necesitan saber que su organización no solo está tomando decisiones, sino que también está disponible para explicar, escuchar y responder. Cuando eso no sucede, el vacío se llena con desconfianza.

Es el momento de asumir la comunicación como un proceso, en lugar verla como un anuncio de una única vez. Esto implica mantener canales abiertos, dar lugar a las preguntas y ofrecer actualizaciones frecuentes.

El rol del líder en tiempos difíciles

Las reestructuraciones modifican organigramas. Pero, principalmente, redefinen vínculos. En este escenario, los líderes tienen un rol clave. Su cercanía, capacidad de escucha y coherencia entre lo que dicen y hacen se vuelven esenciales para recomponer el lazo con sus equipos.

Cuando hay presencia activa del liderazgo no solo desde la dirección, sino también desde los mandos intermedios, las personas sienten que hay un timón al que seguir.

Un líder visible y empático no tiene todas las respuestas, pero sí ofrece contención, claridad y dirección. Y eso, en tiempos difíciles, es lo que más se valora.

Es esencial entrenar a los líderes para acompañar emocionalmente a los equipos tras los despidos. Esto incluye establecer expectativas claras sobre las nuevas responsabilidades, cerrar brechas de habilidades y conectar el trabajo diario con el propósito organizacional.

Transparencia, empatía y escucha para la comunicación post-ajuste

Comunicar después de una reestructuración no es solo enviar un correo o dar un discurso. Es sostener una conversación genuina con el equipo para compartir lo que pasó, por qué se decidió y cómo se seguirá adelante.

Al respecto, el informe resaltó que la transparencia evita suposiciones, la empatía reconoce el impacto emocional de la situación, y la escucha activa abre la puerta para reconstruir los vínculos dañados.

El equipo necesita que se le hable con claridad, humanidad y a través de canales que permitan el ida y vuelta: reuniones presenciales, espacios virtuales, instancias de consulta abiertas y accesibles.

Tras grandes reestructuraciones, los colaboradores esperan que sus líderes comuniquen con rapidez y sinceridad, incluso si no tienen todas las respuestas, ya que la falta de comunicación clara agrava la pérdida de confianza más que la decisión en sí.

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