5 de enero 2024 - 00:00

De Armenia a la Argentina: llegó buscando paz y hoy triunfa en el rubro de la cosmética capilar

Gago Martirosyan arribó al país en 1999 escapando de la guerra. En 2012 fundó la firma Hairssime. Más de diez años después, exporta a Estados Unidos, Uruguay y Paraguay.

Gago Martirosyan, fundador de Hairssime.

Gago Martirosyan, fundador de Hairssime.

Gago Martirosyan tiene 48 años. Ingeniero industrial de profesión, llegó al país en 1999 escapando de la guerra que asolaba a Armenia, su tierra natal. Tras instalarse en la Argentina y trabajar en distintos rubros, se alió a su hermano, peluquero, y comenzó su tránsito por el mundo de la cosmética capilar.

En 2012, fruto de esa experiencia, fundó Hairssime, una firma que ofrece productos de coloración, decoloración, haircare y styling, entre otros, para peluqueros y estilistas.

Actualmente la compañía tiene 35 empleados y está en pleno proceso de expansión. Estados Unidos, Uruguay y Paraguay son algunos de los lugares donde se comercializa Hairssime. Ese plan incluyó el desembarco de Guillermina Valdés como embajadora de la firma así como también la creación y puesta en marcha de un estudio fotográfico propio.

Tras un buen 2023, Martirosyan trabaja ahora en el desarrollo de otras marcas, como PRISMAX, y en la elaboración de una línea para un mercado selectivo. “Para Hairssime, el único camino es estar fuerte afuera también. No solamente poner un pie, sino trabajar para que la marca pueda desarrollarse mucho más”, explica a este medio.

Periodista: ¿Cómo fue el 2023 para Hairssime?

Gago Martirosyan: Fue un año difícil y bueno. Tuvimos muchos insumos en falta, que nos complicó para fabricar, pero más allá de eso las ventas no bajaron. Hubo consumo. Podríamos haber vendido mucho más si no nos faltaban los insumos, pero la verdad es que cerramos un buen año. No estuvo mal.

P.: ¿Los afectó a ustedes solos la falta de insumos?

G.M.: Afectó a todo el rubro, sobre todo a los importadores. El tema importaciones no es nuevo. Siempre digo que podemos estar mucho mejor. En algunas entrevistas me preguntan cuánto vendemos, pero la pregunta es cuánto podemos vender. La gente consume, está contenta con la marca. Somos una marca muy actual, que marca tendencia. Los consumidores están contentos, tenemos mucho feedback con ellos. Eso nos pone contentos.

P.: ¿Cuál es el modelo de consumidor de Hairssime?

G.M.: Principalmente los consumidores son los peluqueros. Nosotros les damos la herramienta de trabajo. Ellos son fieles a nosotros. También recibimos sus llamadas cuando les falta material y nos dicen 'no lo puedo reemplazar'. Eso te dice algo, te pone la piel de gallina. Acá estamos. Actualmente hay altas y bajas, pero en general estamos bien.

P.: La marca tiene más de una década, ¿en qué momento cree que está?

G.M.: Para una marca, diez o doce años no son mucho, pero nosotros sentimos que recorrimos una camino importante, donde estamos compitiendo con grandes marcas; marcas que están desde hace muchos más años no solo en el mercado sino también en el mundo. Cuando vemos las comparaciones que hacen, nos ponemos contentos. Nosotros competimos con un segmento muy difícil, que es el profesional. El profesional testea y mide todo el tiempo los productos. Eso te da un margen para decir “che, estamos bien”. Cuando vos le preguntás a un empresario o comerciante, te va a decir que lo suyo es lo mejor. En lo que marca el profesional no hay mucha tutía: ya te dice todo con eso.

P.: ¿Cuántos empleados tiene Hairssime?

G.M.: Hoy somos 35 personas. Vamos a ver qué va a pasar en el mercado. Si podemos crecer más o no. Estamos poniendo un pie en Estados Unidos, donde llegamos en 2022. Ahora que el mercado se abrió un poco, vamos a ver si podemos instalarnos en países vecinos. Ese es el proyecto que tenemos para los próximos años.

P.: ¿Qué países de la región le interesan?

G.M.: Nos interesa mucho Chile. En Uruguay y Paraguay estamos trabajando a través de distribuidores. Nos gustaría instalar directamente una filial ahí. Estamos teniendo muy buenas repercusiones. Todo el tiempo hay que trabajar para estar a la altura. Nuestro rubro siempre busca la tendencia: no podés dejar de trabajar en ningún momento, tenés que ser siempre actual. Cada vez las mujeres son mucho más exigentes y necesitás estar a la altura de otras marcas.

P.: ¿Qué particularidades tiene Argentina como mercado?

G.M.: Argentina tiene consumidores muy buenos. Las mujeres se cuidan mucho más. Eso se ve en la calle o cuando vas a un desfile. La gente se cuida más y todos los que estamos en el rubro cosmético nos exigimos cada vez más para estar a la altura. En 2019 lanzamos una línea tratamiento, que fue un antes y después para nosotros, porque llegamos a mucha más gente. Trabajando en Estados Unidos, que es un país difícil y mucho más exigente, nos está yendo bien para el tiempo que llevamos. Los consumidores que nos compraron vuelven a comprar. Durante este tiempo hicimos varios eventos, desfiles en Pinamar, un montón de cosas. Toda la gente lo ve con buenos ojos. Antes trabajábamos un nicho solo, apuntado a peluquería. Después abrimos un poco más.

P.: En ese marco aparece Guillermina Valdés como embajadora de Hairssime. ¿Por qué la eligieron?.

G.M.: Con el equipo analizamos que necesitábamos una imagen fuerte, que represente a la mujer de Hairssime. Analizamos tres o cuatro perfiles y ella era exactamente lo que queríamos presentar: una mujer trabajadora, firme, bella y elegante, que puede hablar con la lengua Hairssime.

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Guillermina Valdés y Gago Martirosyan.

Guillermina Valdés y Gago Martirosyan.

P.: ¿Cómo es el vínculo con ella?

G.M.: Muy bueno. Por eso mismo renovamos el contrato, ya vamos por el segundo año. Somos como familia. Hay confianza. Ella nos llama, nos avisa que falta producto, nos pide que le mandemos para la madre, que está contenta. Te das cuenta de que hay más que un compromiso, estamos re contentos. Ojalá que podamos renovar mucho más. En la oficina somos pocas personas y somos una gran familia. Todos tenemos un rol, donde cada uno pone lo mejor. Cuando competimos con grandes empresas, que tienen 500 empleados, nos damos cuenta de que somos mucho más fuertes que ellos. Acá la gente no viene a matar horario sino a dar lo mejor que sí. Eso te da fuerza.

P.: ¿Cómo es el ecosistema de la marca?

G.M.: En la pandemia, cuando estaba todo cerrado, los primeros que me llamaron fueron los chicos que trabajan acá, diciéndome todo lo que teníamos que hacer. Yo de tecnología, cero. Ahí empezamos a hacer los vivos en las redes. Eso salió todo de ellos, que entendieron que no podíamos quedarnos con las manos cruzadas. Mucha gente nos conoció por las redes sociales, por los vivos. Juli, nuestra directora técnica, hizo capacitaciones gratis. Tuvimos muchas repercusiones en YouTube. Eso le da fortaleza al equipo.

P.: ¿Qué características tiene que tener un buen líder?

G.M.: El líder tiene que ser la energía, el motor del resto. Yo trato de poner lo mejor todos los días para el equipo y veo el feedback con ellos. Veo que damos los pasos con seguridad, están pendientes de lo que yo hago y ellos también están seguros de lo que hacen. Reciben tu apoyo. Ahí va el liderazgo. Tratás de contener a todos de una manera no controlada sino suelta. Cuando tratamos de organizar algo, me dicen 'che, ¿qué te parece de organizar algo?' y yo les contesto que si no probamos, no sabemos. Hay que confiar en el equipo, mostrando el liderazgo, obviamente, pero sin dejar de ser una gran familia: saben que estamos pendientes pero también que tienen autoridad para tomar decisiones.

P.: Dentro de esos proyectos está su propio estudio fotográfico.

G.M.: Eso fue algo loco que hicimos desde el equipo. Necesitábamos un estudio de fotografía. Cuando hicimos una campaña con el diseñador Fabián Zitta, buscábamos estudio y no había. Nosotros necesitábamos dos salas. Fuimos a uno en Palermo y pregunté cuál era el mejor estudio de Buenos Aires. Ahí dijimos que teníamos que hacer algo mucho mejor, más grande. Esa fue un poco la guía. Hicimos un estudio para nosotros, que nos ayudó un montón. Está dando sus frutos. Los chicos están trabajando en un lugar mucho más cómodo. Todas las ideas que tienen las vuelcan ahí en el momento. Nosotros pensamos que es un proyecto que va a funcionar poco, cuando lo necesitamos, pero todo lo contrario. Tres de los cinco días de la semana está ocupado. Funciona como un laboratorio. Toda la gente que pasó por ese estudio -fotógrafos y artistas- se quedó enamorada del lugar. Nos pidieron prestado, nos ofrecieron que lo alquilemos pero no quisimos. El equipo se siente muy seguro para trabajar. Eso hizo la diferencia con otras marcas. Es un extra que aporta.

P.: En cuanto a su perfil personal, ¿por qué eligió a la Argentina?

G.M.: En Armenia pasábamos muchas crisis, no económicas sino por las guerras. Yo hice el servicio militar y, por suerte, salió bien. Mi hermano menor sufrió. Mi madre tuvo diabetes. Estábamos en guerra y no sabíamos si uno volvía o no. Yo perdí a muchos amigos y compañeros. Un día decidí salir del país para buscar paz. Acá tenía un amigo que me invitó a trabajar en un proyecto. Llegué en el 99, en un momento de crisis. Estaba todo caro, dolarizado. El proyecto salió bien, fui encontrando otros laburos. Trabajé una joyería, me puse un negocio. Así empecé a poner un pie acá.

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"Nosotros, como empresarios, no tenemos que dejar de invertir para poder luchar contra cualquier crisis y mantenernos", dice Gago Martirosyan.

P.: ¿Lo ayudó que la comunidad armenia sea tan grande en Argentina?

G.M.: Al principio, sí. Cuando trabajaba en la joyería me ayudó mucho. Después busqué mi camino y con mi hermano empezamos a trabajar juntos. Pusimos una peluquería y ahí empezamos a trabajar en el rubro.

P.: ¿Qué le llamó la atención de la cosmética capilar?

G.M.: Mi hermano era peluquero y siempre me gustó trabajar en el ámbito de mujeres, la estética, el cabello. Todo eso me llamó mucho la atención.

P.: Hoy en día hay un boom muy importante de peluquerías y barberías.

G.M.: Sí, hay una moda. Nosotros trabajamos muy poco de barbería. Creemos que las mujeres consumen mucho más, aunque hoy en día los hombres también empezaron a consumir. Nosotros siempre pensamos unisex, no solamente apuntamos a barberías porque creemos que es un nicho muy chiquito.

P.: ¿Cómo es invertir en la Argentina?

G.M.: Es difícil, pero en realidad ningún país es fácil. Hay que trabajar. Nosotros, como empresarios, no tenemos que dejar de invertir para poder luchar contra cualquier crisis y mantenernos. A veces nos puede ir bien y a veces no también. Hay que confiar, invertir y luchar. Venimos haciendo esto hace muchos años, siempre con altas y bajas, pero nos va bien por suerte. Yo creo que, en cierto modo, a todos los que laburamos nos va bien. A veces más, a veces menos.

P.: ¿Qué expectativas tiene para 2024?

G.M.: La expectativa es dejar las raíces firmes acá. Ya sabemos que vienen seis o siete meses difíciles, eso está cantado. Tenemos que tratar de mantenernos firmes y dar pasos adelante para ver cómo empezar a instalarnos en el mundo con firmeza. Ya estamos en Estados Unidos, tenemos que trabajar mucho más fuerte allá. También poner un pie mucho más fuerte en los países limítrofes en los que estamos llegando. Siempre tenemos preparado algo. El año pasado no pude tomar vacaciones. Con la falta de insumos, trabajamos mucho más.

Ahora estamos desarrollando otra marca más, un poco más económica, pensando lo que puede venir. También una marca más premium. No estamos de brazos cruzados, estamos laburando todo el tiempo, pensando qué puede funcionar mejor en qué momento. Para Hairssime, el único camino es estar fuerte afuera también. No solamente poner un pie, sino trabajar para que la marca pueda desarrollarse mucho más. Eso creo que puede traer repercusiones en Argentina, para darle más confianza al consumidor. Lo que necesita el consumidor es la confianza. Eso fue lo que nos dio Guillermina Valdés. Decir 'che, acá estoy', que se note que no es una marca cualquiera.

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