La industria ceramista argentina atraviesa un derrumbe sin precedentes. El caso más reciente es el de Cerámica Cortines, en Luján, que despidió a 130 trabajadores en dos tandas de 65, invocando el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo para abonar solo la mitad de las indemnizaciones. Sin embargo, los empleados aseguran que ni siquiera recibieron ese pago reducido y desde hace días bloquean los accesos a la planta en reclamo. La empresa ya había presentado en abril un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) que incluía suspensiones, retiros voluntarios y la reducción del 40% de su personal.
Fábricas de cerámica bajo presión: caída de la actividad y despidos masivos
Cortines, ILVA y Cerro Negro reducen personal e invocan el artículo 247. El sector perdió más del 50% de su producción desde 2021.
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Fábrica bonaerense de cerámicos presentó un procedimiento preventivo y planea reducir 40% su planta de empleados
Cortines ya despidió a 130 trabajadores en dos tandas.
El impacto es devastador para la comunidad: Cortines fue durante medio siglo un motor económico para Luján y hoy la parálisis arrastra a comercios, proveedores y familias enteras. El malestar se traduce en protestas que incluyen acampes, cortes y fuerte presencia policial en las inmediaciones de la planta.
ILVA y el antecedente de los 300 despidos
El conflicto no es aislado. A comienzos de septiembre, ILVA Porcellanato cerró su planta en Pilar y despidió a sus 300 empleados bajo la misma modalidad: invocó el artículo 247 y decidió pagar solo la mitad de las indemnizaciones. La compañía ni siquiera se presentó a las audiencias convocadas por el Ministerio de Trabajo bonaerense, lo que agravó la tensión.
Los trabajadores mantienen un acampe desde hace casi un mes frente a la fábrica y denuncian que la empresa no solo incumple con los pagos, sino que además lanzó nuevas búsquedas laborales para cubrir los mismos puestos, pero con condiciones más precarias: menos salario, sin antigüedad y con contratos temporarios. Para los gremios, se trata de un intento de “reemplazo a bajo costo” que amenaza con convertirse en práctica extendida en el sector.
La situación es especialmente crítica porque ILVA había invertido recientemente en maquinaria de última generación, lo que alimenta la sospecha de que el cierre no responde a una crisis estructural sino a una estrategia de reducción de costos y reestructuración laboral.
Cerro Negro, Alberdi y el efecto dominó
En Olavarría, Canteras Cerro Negro, del grupo Sociedad Comercial del Plata, recortó 96 puestos y mantiene negociaciones para seguir achicando su personal. En algunos casos, la empresa aplicó suspensiones al 80% del salario durante 60 días, pero no logró recomponer los niveles históricos de producción.
Por su parte, Cerámica Alberdi también adoptó suspensiones y llegó a pagar el aguinaldo en cuotas, mientras que en Cerámica Piú, en Tigre, ya se ejecutaron 15 despidos con la proyección de alcanzar los 40. En todos los casos, las compañías se respaldan en la misma figura legal que habilita indemnizaciones reducidas.
Los gremios denuncian que más del 90% de la industria ceramista está en crisis, con consecuencias sociales profundas. Miles de familias ven peligrar sus ingresos en un contexto donde la construcción se desploma y la obra pública está prácticamente paralizada.
Causas estructurales y horizonte incierto
La caída de ventas es evidente. Documentos internos de Cortines muestran que la producción pasó de 11,1 millones de metros cuadrados en 2021 a 4,8 millones en 2024, lo que implica una baja del 57%. En lo que va de 2025, apenas se produjeron 850.000 metros, un número que anticipa un escenario aún más crítico.
Los indicadores del sector de la construcción confirman esta tendencia. El Índice Construya (IC) registró en agosto una baja del 5,5% interanual en ventas de insumos y un retroceso del 8,6% respecto de julio.
Para el Grupo Construya, la recuperación que se observaba en 2024 dio paso a una contracción marcada por la suba de tasas de interés, el freno de la obra pública y el encarecimiento de los créditos.
La apertura de importaciones y el aumento de costos internos profundizan la presión sobre las empresas, que trasladan el ajuste a sus trabajadores. Para los sindicatos, la utilización masiva del artículo 247 busca consolidar un esquema de indemnizaciones a la baja y abrir la puerta a contrataciones precarias.
El impacto excede al sector. En localidades como Luján, Pilar u Olavarría, el cierre de plantas golpea de lleno al entramado económico regional: desde pequeños comercios hasta transportistas, proveedores y profesionales ligados a la construcción.
Un sector en emergencia
Los trabajadores advierten que la situación “es peor que durante la pandemia” y que, de no haber una intervención estatal más firme, la industria ceramista podría enfrentar un vaciamiento irreversible. En Cortines ya se anticipa una tercera tanda de despidos para octubre y los gremios alertan sobre un efecto cascada en otras fábricas.
Por ahora, la respuesta oficial es limitada a audiencias de conciliación que muchas veces las empresas ni siquiera acatan. Sin un cambio de tendencia en la demanda y sin políticas industriales activas, la crisis promete extenderse.
El futuro de la cerámica argentina, un rubro que fue símbolo de industrialización y empleo en el interior bonaerense, queda así bajo un signo de interrogación. Mientras tanto, los despidos se multiplican y los conflictos sociales crecen al ritmo de las persianas que bajan.





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