25 de abril 2024 - 15:06

Los mercados y Javier Milei: canto de primavera en otoño

Este lunes, aun antes que el Javier Milei diera su último discurso por cadena oficial (y hasta las primeras operaciones del martes) era notable la insistencia del “establishment mediático” por vender el 6,66% que había trepado el S&PMerval como prueba de la confianza en lo que iba a decir y finalmente dijo el Presidente. Pero: ¿fue esto una verdadera muestra de apoyo de los inversores o un “Canto de Primavera en otoño”?

¿Fue esto una verdadera muestra de apoyo de los inversores o un “Canto de Primavera en otoño”?

¿Fue esto una verdadera muestra de apoyo de los inversores o un “Canto de Primavera en otoño”?

Desde que tenemos mercados financieros y existe la propaganda, los políticos y sus publicistas han usado y abusado de los movimientos del mercado financiero.

Cuando los precios suben buscan venderlo a la sociedad como la mejor prueba de la confianza que tiene en ellos la sociedad y el “establishment” económico. Claro que cuando bajan, en lo que sería entonces una muestra de desconfianza, callan.

Lo sucedido el lunes viene bien para hablar de los límites a eso que podemos llamar “la confianza del mercado”. Pero antes, un repaso.

Finanzas I

Cuando alguien quiere comprar un melón o un ladrillo, lo que quiere es comprar es un melón o un ladrillo. Como la producción de melones o la fabricación de ladrillos es acotada, cuando son mas los que quieren comprar un melón/ladrillo que los melones/ladrillos en existencia, deberán competir entre sí, el precio tenderá a subir y alguno se quedará sin su melón/ladrillo.

Si los compradores son menos, la competencia será entre los vendedores, alguno de ellos se quedará sin vender y el precio tenderá a bajar. Que sobren o falten ladrillos/melones cuando quiero/ofrezco melones/ladrillos no me afecta. Así funciona la ley de oferta y demanda con los “activos reales”.

Supongamos ahora que, en lugar de un melón o un ladrillo, la alternativa es comprar -invertir en- las acciones de una empresa productora de melones o una fabricante de ladrillos. Acá la gran diferencia es que, salvo casos particulares, cuando invierto el objetivo es conseguir/comprar el mayor rendimiento posible, no consumir ese activo.

Pero como el rendimiento es algo que recibiré en el futuro, esto entraña una serie de incertidumbres, así que no se trata de un rendimiento “puro” sino de uno ajustado por riesgo. Cuando invierto lo que compro -o vendo- es en última instancia una relación riesgo/retorno.

Si me parece que, considerando el riesgo que conlleva, ganaré más dinero con la productora de melones, compro/mantengo las acciones de esa productora, si me parece que ganaré más con la fábrica de ladrillos, será la ladrillera… y si me parece que lo mejor es una tercer alternativa o simplemente quedarme con el efectivo, esto es lo que hago.

Entonces no es el que los demandantes unitarios sean más que los vendedores lo que hace subir el precio de estos activos (o viceversa), sino que el ultimo comprador y el ultimo vendedor acuerden que un precio más elevado/bajo que “el de mercado” -la relación riesgo/retorno- los beneficia a ambos. Ergo, basta que alguno de los dos considere que no sale beneficiado para que no se realice la operación.

Es por esto por lo que en finanzas tendemos a decir que los mercados de “activos físicos despejan por el precio” y los de “activos financiero despejan por el volumen”.

Tal vez el mejor ejemplo pase por la vieja creencia que una suba/baja de precios sin un incremento del volumen operado tiene “patitas cortas”, mientras una suba/baja con un aumento del operado reflejaría un creciente optimismo/pesimismo por parte de los inversores.

El valor de la información

En finanzas, la información no son las noticias… aunque a veces lo sean y muchas otras lo parezcan. La información es aquella novedad no anticipada capaz de alterar el precio de los activos financieros o si se quiere, apuntando más de cerca, la percepción del riesgo de los inversores.

Es por esto por lo que muchas noticias que a priori uno supondría que debieran impulsar o deprimir los precios, no lo hacen o tienen incluso un efecto adverso (son noticias, no información). Esto se ha visto con las guerras, los ataques guerrilleros y los asesinatos presidenciales. La invasión rusa a Ucrania, el ataque de Hamas a Israel, o el más reciente de Irán, son ejemplo de eventos inesperados que no afectaron los mercados.

Entre nosotros, tan solo para mencionar unos pocos, tenemos: la victoria de Carlos Menem el 14 de mayo de 1989, la renuncia anticipada de Raúl Alfonsín el 15/6/1989, Menem despidiendo a Domingo Cavallo el 26 de julio de 1996, el “Megacanje” de De la Rua el 18 de diciembre de 2000, el “Corralito” el 1 de diciembre de 2001, el “Cepo” el 28 de octubre de 2011, la liberación del “Cepo” el 16 de diciembre de 2015, etc. Ninguno de estos eventos se vio acompañado por un movimiento anormal en el precio de las acciones.

Incluso, muchos de los principales hitos en lo que va de la actual administración tampoco afectaron al mercado, al menos no de una manera significativa (en este sentido, lo mejor se dio con el dato de la inflación de febrero que resultó inferior a lo que esperaban los analistas).

Fig 1 Eventos primers 100 dias de JAvier Milei.JPG
Seis de los once principales eventos desde que asumió Milei fueron acompañados “no favorablemente” por el mercado bursátil (el día del evento se dio una baja promedio de 0.12% y en la rueda posterior 0.86%)

Seis de los once principales eventos desde que asumió Milei fueron acompañados “no favorablemente” por el mercado bursátil (el día del evento se dio una baja promedio de 0.12% y en la rueda posterior 0.86%)

¿El mercado celebra?

Cuesta armar el caso que el discurso de este lunes constituyese un hito en la gestión de Javier Milei, que merezca el recuerdo de la historia. De hecho, su contenido informativo fue prácticamente nulo.

Aun así, poniendo el carro delante de los caballos los vendehúmos de siempre lo ensalzaron señalándolo como la causa de la suba accionaria del lunes. Si bien la variación resultó importante (el S&PMerval sumó 6.66% en pesos y 4.6% en dólares), siendo la cuarta mayor desde que Milei ganase la elección en noviembre pasado (en dólares la treceava mayor), no resultó “anormal” (si cupiese, no reflejó nada parecido a un “festejo”).

Fig 2 LAs mayores subas desde la victoria.JPG
La victoria de LLA del 19 de noviembre fue acompañada por una suba extraordinaria del Merval. Las otras cinco grandes subas estuvieron dentro de lo “normal”, es decir, fueron menores a 3 desviaciones estándar.

La victoria de LLA del 19 de noviembre fue acompañada por una suba extraordinaria del Merval. Las otras cinco grandes subas estuvieron dentro de lo “normal”, es decir, fueron menores a 3 desviaciones estándar.

Desde que a fin de 1989 comenzó a calcularse de manera diaria, el retorno diario de la “Cartera Teórica” promedia 0.16% (la mediana es 0.14%), con una desviación estándar de 2.79% (σ; sigma). Si la distribución de las variaciones fuese perfectamente “normal” esto implicaría que el 6.66% que trepó el lunes estuviese en torno a las 2.3 desviaciones, es decir algo que debiera darse al menos una vez cada 57 veces. La realidad es que en estos 35 años tuvimos subas iguales o mayores a la de del lunes en 133 oportunidades, esto es 1 cada 64 ruedas o algo menos de cuatro por año.

Ajustando en moneda dura, lo sucedido incluso llama menos la atención. El retorno diario es de 0.06% en dólares (mediana 0.08%) con una desviación estándar de 2.89%. El 4.6% del lunes está entonces debajo de las dos σ. La realidad es que subas iguales o mayores tuvimos en 357 oportunidades, esto es en 1 de cada 24 ruedas o poco más de 10 veces por año.

Los seres humanos tendemos a humanizar aquello que no entendemos, a sobre simplificarlas y de tanto en tanto a aplicarles alguna licencia poética. Nace así la idea de un mercado “que festeja”, o “esta de duelo”. Mientras no perdamos de vista la realidad esto puede sernos útil como un atajo cognitivo, pero si realmente lo creemos…, estaremos en problemas (desde el lunes, el Merval cae 2.7%).

Lo esencial, invisible a los ojos… del mercado

Eso que llamamos “el mercado financiero” no es otra cosa que el accionar de incontables personas, impulsadas por incontables razones. Por cada uno que compra hay alguien que vende, por cada uno que acierta y gana dinero, hay otro que yerra y lo pierde. Así que, aunque algunos eventos pueden ser más relevantes, nunca existe “un único motivo” que explique lo que está pasando.

De hecho, los movimiento de los precios que traslucen la existencia de un evento puntual conllevando una autentica información de peso (capaz de modificar el componente del riesgo o del retorno futuro de nuestro activo) son muy pocos.

En principio, apelando solo a lo estadístico, podríamos pensar en las variaciones del Merval mayores a 8.5% y menores a -8.2% en pesos (8.8% y -8.6% en dólares), es decir +/- 3 σ, como las que reflejan una sorpresa real. Si queremos ser más estrictos nos queda el recurso de los “cisnes negros” o +/- 6 σ, eso es eventos que debieran darse apenas 1 cada 506.8 millones de veces, o cuando la variación del Merval excediese +16.9%/-16.6% (o +17.4%/-17.3% en dólares).

Lo interesante es que en prácticamente todos los mercados bursátiles del mundo se ha encontrado que el número de “cisnes negros” excede con creces lo que postula la teoría estadística clásica. De hecho, para nuestra plaza, se registran en promedio 0.94 por año.

Las mayores bajas y las mayores subas

Esto nos obliga a “salir de l caja”. Ya vimos que muchos de los eventos más significativos de la política y la economía argentina no tuvieron un reflejo inmediato y ostensible sobre el mercado bursátil. La pregunta entonces es ¿Las variaciones más significativas del mercado bursátil, tuvieron un correlato informativo?

Para esto, ya que como vimos las estadísticas clásicas no nos sirven, tomamos las 20 mayores subas y bajas (en pesos y dólares) y las asociamos con las principales noticias político-económicas del día anterior, de ese día y del día posterior, que surgen de las tapas de Ámbito y la del diario de mayor circulación de interés general del país.

Como la interpretación de estos cuadros entra en lo subjetivo, voy a dejar a cada lector el trabajo de analizar hasta qué punto los eventos de esos días justifican esos “grandes movimientos bursátiles”.

Fig 3 MAyores subas del MErval.JPG
Las mayores subas del Merval en pesos y dólares. Las subas se asocian mayoritariamente a eventos locales

Las mayores subas del Merval en pesos y dólares. Las subas se asocian mayoritariamente a eventos locales

En algún caso la cosa será clara, en otros lo que sucedió fue en contra de lo que era previsible y en muchos quien sabe. Si quiere hacer un ejercicio interesante, arranque por los eventos y gradúelos en función de lo que usted supone debería ser la respuesta lógica del mercado. Seguramente se sorprenderá.

¡Ah!, las líneas no coloreadas corresponden a las variaciones en pesos o dólares que no tuvieron un correlato en la otra divisa, lo que se dio 8 veces entre las subas y 11 entre las bajas, lo que habla del efecto “cambiario”.

Fig 4 MAyores bajas del MErval.JPG
Las mayores bajas en pesos y dólares. El Merval ha actuado más de una vez como una lupa a las crisis externas

Las mayores bajas en pesos y dólares. El Merval ha actuado más de una vez como una lupa a las crisis externas

Es tentador pensar que somos capaces de interpretar porqué el mercado financiero se mueve como lo hace, especialmente luego que sucedieron los hechos. Pero la realidad es que ni siquera asi podemos hacerlo, al menos no de manera total.

Comencé estas líneas con un hipérbaton a uno de los poemas más conocidos de Rubén Darío, así que en pos de la humildad cabe no olvidar lo que nos advirtio el Bardo de Avon hace mas de 400 años: "Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que han sido soñadas en tu filosofía" (Acto 1, escena 5, Hamlet, William Shakespeare).

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