La innovación digital se mueve a pasos agigantados. Tal es así que muchas de las empresas del sector de la llamada “Economía del conocimiento” no llegan a cubrir la demanda de empleados que necesitan para potenciar su desarrollo. Bajo ese panorama, en 2020 nació Henry, una startup que brinda educación tecnológica a costo inicial cero y que permite abonar los cursos una vez que el estudiante consigue trabajo. Recientemente recibió una inversión de u$s10 millones y apunta a cuadruplicar su cantidad de alumnos.
Henry, la edutech para estudiar programación y pagar cuando conseguís trabajo, captó inversión de u$s10 millones
La firma cofundada por Luz y Martín Borchardt brinda educación tecnológica a costo inicial cero y permite abonar los cursos una vez que el estudiante consigue trabajo. Recientemente recibió una inversión con la que apunta a cuadruplicar su cantidad de alumnos.
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La recuperación económica de la Argentina registrada durante el 2021 - luego del desplome del 2020 – posibilitó una reactivación sostenida del empleo en buena parte del entramado productivo y de servicios. De acuerdo a cifras del INDEC, mientras en el gobierno de Mauricio Macri el desempleo osciló entre el 7,2% y el 10,6%, con la pandemia y las medidas adoptadas por Alberto Fernández se alcanzó el pico de 13,1%. Con la reapertura a partir de la vacunación masiva, la incorporación de empleados a la formalidad permitió comenzar una etapa de descenso sostenido hasta el 7% registrado durante el cuatro trimestre del 2021, el valor más bajo desde 2016.
Sin embargo la compleja crisis económica continúa y el espiral inflacionario que atraviesa el país golpea tan fuerte que incluso quienes logran conseguir un trabajo ven como su sueldo no alcanza para llegar a fin de mes. La novedad argentina de los tiempos que corren son los empleados formales pobres, una categoría que hasta ahora solo abarcaba a quienes desempeñan tareas en la informalidad.
Pero existe una salida y para llegar allí la tecnología ocupa un rol fundamental. Y la educación, un punto indispensable. Juntas, se transforman en un combo determinante que podría poner fin a buena parte de los problemas que atraviesan los argentinos y argentinas.
Según cifras de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI), en 2021 el sector no logró cubrir los 15 mil puestos vacantes existentes, pese a que dichos empleos ofrecen salarios se ubican entre los $130.000 y los $240.000, muy por encima del nivel promedio del sector privado argentino que a noviembre del año pasado se ubicaba en torno a los $80.000.
Con el objetivo de nutrir a la Economía del Conocimiento para cubrir la demanda de empleo, nació en 2020 la startup Henry, una firma de educación tecnológica que planea patear el tablero con un innovador método en el que los estudiantes solo pagan los cursos una vez que consiguen trabajo. “Henry nació en marzo de 2020, una semana antes de la pandemia, con la misión de desafiar el status quo y revolucionar el sistema educativo de Latinoamérica”, confesó a Ámbito Luz Borchardt, cofundadora y actual VP de la compañía.
La idea surgió de la mano de Martín Borchardt, actual CEO y cofundador de la startup. Previo a la edtech, el emprendedor había creado la fintech Nubi y durante el proceso sufrió en primera persona las dificultades para contratar y retener ingenieros de software en Latinoamérica. Fue allí que decidió hacer algo para formar nuevos talentos y resolver la brecha de habilidades (skill gap) que afecta a la región.
“El llamado skill gap es una realidad que, además, viene a cuestionar el sistema educativo tal como lo conocemos. El paradigma de la educación tal como la conocíamos está en crisis: las carreras tradicionales, por su extensión y currículas desactualizadas, ofrecen menos oportunidades de empleabilidad y no están preparadas para crear el talento tecnológico que se necesita” profundizó la actual VP de la startup.
Las oportunidades que ofrece el sector tecnológico “son enormes” y la demanda “no para de crecer”, dijo y agregó que “de acuerdo a un estudio de Microsoft y LinkedIn, se espera que para 2025 haya más de 10 millones de vacantes abiertas en la región”.
El modelo
La academia ofrece dos carreras de rápida salida laboral como Desarrollo Full Stack y Data Science. Ambos cursos tienen una duración de cuatro meses y quienes apliquen para ellos no deben abonar nada. Recién afrontan el primer pago una vez que se egresan y consiguen su primer trabajo.
Al ingresar a un empleo, la academia comenzará a recibir mensualmente un 15% del salario hasta cubrir las 24 cuotas o los u$s4.000, aquello que ocurra primero. Además, el graduado no deberá afrontar los pagos en caso de que su salario no supere los u$s500 o pierda su trabajo. Y si en cinco años no hubiera logrado cubrir alguno de los requisitos, la deuda quedará cancelada automáticamente.
Así lo explicó la cofundadora: “Diseñamos un modelo de financiamiento que tiene otra lógica: los estudiantes pagan solo una vez que consiguen un empleo en tecnología. En este sentido, nuestro éxito radica en la cantidad de graduados que logran conseguir un trabajo. Actualmente, el 90% de nuestros graduados consigue un empleo en menos de 6 meses. El 86% está trabajando remotamente para países de todo el mundo”.
Inversiones
Días atrás, el modelo de Henry recibió un fuerte respaldo al recibir una inversión serie A por u$s10 millones, coliderada por Kayyak Ventures y Seaya Cathay y la participación de Dila Capital, Amarena y Eduardo della Maggiora, YCombinator y Draper University, entre otros inversores. Para la VP de la empresa es “un hito” que “nos va a permitir escalar en toda la región, con mucho foco en México y Colombia, y agrandar el equipo sumando talento que esté alineado y comprometido con nuestro propósito”.
“Latinoamérica se posiciona como una de las regiones más prometedoras para exportar talento calificado en tecnología al mercado global – consideró Borchardt -. Según un informe de Deel, de julio a diciembre de 2021, la tasa de crecimiento de contratación hacia Latinoamérica creció un 156%, siendo el rol de desarrollador el más buscado por las empresas a nivel global”.
La alta demanda de empleos del sector y la inversión recibida los motiva a continuar creciendo. Es por eso que, según adelantó, evaluarán sumar nuevas carreras tecnológicas, principalmente aquellas que sean muy requeridas y que le permita a los estudiantes insertarse rápidamente en el mercado laboral.
Para la emprendedora, el apoyo coloca a la compañía cada vez más cerca de sus objetivos. “En 2022 esperamos aumentar por cuatro el número de graduados”, destacó y añadió que “para 2025 tenemos el ambicioso objetivo de formar a 100.000 personas de toda la región”.
Por otro lado, señaló que actualmente más de 1.000 empresas de todo tamaño ya contrataron al menos un graduado de Henry “y hemos logrado un aumento promedio de los ingresos de nuestros graduados de más del 300%, generando un alto impacto social. No hemos dejado de crecer todos los meses para poder cambiar la vida de cada vez más personas”.
En el último tiempo, Argentina vio nacer a innumerable cantidad de empresas tecnológicas que aspiran a revolucionar la manera en la que interactuamos entre nosotros y con el planeta. Todos los sectores de la economía buscan innovar para no quedarse rezagados. Es allí donde nuestro país cuenta con un diamante en bruto que comienza a ser pulido: el talento humano.
Para Borchardt somos “uno de los países más prometedores del mundo para contratar talento y exportarlo al mundo” por distintos motivos: la capacidad de los trabajadores, el buen nivel de inglés, la ventaja de compartir uso horarios similares con compañías de la región y de EEUU y los salarios accesibles.
Sobre el final, la cofundadora de HENRY aseguró que “se espera que para 2025 haya más de 2 millones de vacantes abiertas en puestos de tecnología solo en Argentina” lo cual abre un panorama más que positivo para el país. Y respecto al futuro de la empresa en ese escenario, afirmó sin dudar: “Queremos ser la academia de tecnología con mayor calidad, volumen e impacto social de Latinoamérica”.
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