Por Área de diversidades de Grow-género y trabajo
A 13 años de la Ley de Identidad de Género: el trabajo también es un derecho
Luego de más de una década de la aprobación de la Ley de Identidad de Género, el acceso al trabajo digno sigue siendo una deuda con las personas trans y travestis en Argentina.
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13 años después de la sanción de la Ley de Identidad de Género, el reclamo por inclusión laboral trans sigue vigente en todo el país.
El 9 de mayo de 2012, Argentina aprobó una ley que marcó historia. La Ley de Identidad de Género permitió, por primera vez, que las personas trans y travestis pudieran acceder al reconocimiento de su identidad sin tener que judicializarse ni pasar por diagnósticos médicos. Fue una conquista del movimiento, pero también una apertura hacia un país más justo, donde la identidad no sea motivo de exclusión. Ese paso fue clave para que muchas personas pudieran existir legalmente, pero aún queda mucho por hacer para que también puedan vivir con dignidad.
El trabajo. Una deuda pendiente
El acceso al trabajo sigue siendo una deuda enorme. Si comparamos los datos del Primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica (2023) con los datos del INDEC, la desocupación entre personas trans y no binarias más que duplica la media nacional. Desde Grow – género y trabajo, sabemos que el empleo no solo garantiza ingresos, sino también estabilidad, autonomía y sentido de pertenencia. Por eso, insistimos en que no hay bienestar posible si en los espacios laborales hay silencios, discriminación o invisibilidad. El derecho a ser quien una es, también debe garantizarse en el día a día del trabajo.
La Ley Diana Sacayán – Lohana Berkins, que en 2021 estableció el cupo laboral travesti trans en el sector público, fue una herramienta fundamental. Pero los prejuicios, la falta de formación y la resistencia al cambio siguen siendo obstáculos en muchas empresas. Es hora de revisar cómo se recluta, cómo se acompaña, cómo se conversa al interior de los equipos. Porque incluir no es solo contratar: es comprometerse con la construcción de espacios donde todas las personas puedan desarrollarse.
El rol de las organizaciones
Mientras atravesamos un contexto de fuertes retrocesos en la agenda de género y diversidad, el acceso a derechos y el rol del Estado como garante de los mismos, desde Grow-género y trabajo acompañamos a las organizaciones que quieren dar un paso a ocupar un lugar en la transformación: revisar sus políticas, repensar sus prácticas, generar protocolos concretos para garantizar que nadie tenga que ocultarse, son algunas de las acciones que como ONG, hace más de 14 años ayudamos a implementar.
Las personas trans y travestis existen en todos los ámbitos, y muchas veces también en nuestras oficinas, aunque no lo sepamos. Por eso, hablar de inclusión no es un gesto simbólico: es una acción urgente. Empezar a abrir esa conversación es un primer paso para transformar.
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