29 de abril 2021 - 00:00

El Covid-19 y los niños

De acuerdo a investigaciones, es probable que los niños con Covid-19 no se enfermen tan gravemente como los adultos. Sin embargo, como portadores asintomáticos que asisten a los centros escolares, pueden propagar la infección y llevar el virus a sus hogares.

El cierre de escuelas por causa del Covid-19 aún afecta a 19 países, alertó la ONU. 

El cierre de escuelas por causa del Covid-19 aún afecta a 19 países, alertó la ONU. 

Pixabay

A más de un año de la irrupción del SARS-COV2 todavía quedan demasiados interrogantes sobre la dinámica infectiva del virus.

En el caso de los niños, al principio de la pandemia se decía que los menores de 16 años eran prácticamente refractarios a todo tipo de infección por el SARS-COV2. Poco tiempo después el Dr. Anthony Fauci, Director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos decía: Si bien los síntomas del Covid-19 son generalmente más leves en niños que en adultos, con una probabilidad mucho menor de que requieran hospitalización e incluso algunos niños han muerto, resalto.

A pesar de la profusa evidencia de que la Covid-19 rara vez mata a niños pequeños, 420 bebés han muerto de Covid-19 en Brasil, cifra casi diez veces mayor que la de Estados Unidos, el país con mayor número de muertes por la enfermedad, según datos oficiales.

Además de las cifras que ponen en evidencia la gran mortalidad infantil en Brasil, la nación sudamericana también registra un número significativo de niños hospitalizados por Covid-19.

Solo este año, fueron hospitalizados debido a la enfermedad 617 bebés menores de un año, 591 niños de uno a cinco años y 849 entre seis y 19 años, según el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud del país vecino.

Los expertos explican que no existe una respuesta única al problema.

La falta de control en el manejo de la pandemia y la carencia de un diagnóstico adecuado, combinada principalmente con comorbilidades y vulnerabilidades socioeconómicas, tal vez sean la causa.

En las últimas semanas, son varios los países, además de Brasil, que vienen observando el aumento de casos en la población de menores de 20 años.

Según científicos del Instituto Robert Koch (RKI) de Berlín, El coronavirus se está propagando con especial rapidez entre niños y adolescentes debido a la variante británica B.1.1.7. Cada vez más niños y adolescentes sufren cursos severos, que tienen que ser tratados en unidades de cuidados intensivos.

Incluso cuando los menores han superado el Covid-19, es posible que se presenten enfermedades tardías o consecuencias a largo plazo.

Franklin Mendoza, coordinador UCI pediátrica del Instituto Nacional del Niño de San Borja, Perú, advirtió del aumento de la agresividad del coronavirus en niños.

Indicó que el requerimiento de UCI en menores se incrementó significativamente durante la segunda ola. Precisó que los daños pulmonares ahora son mucho más severos.

El especialista señaló que estos cuadros clínicos no se reportaron durante la primera ola y se debería a la circulación de las nuevas variantes.

Jorge Hernández, infectólogo pediatra, del Hospital del Niño Morelense, México, informó: “Hemos visto mayores casos de Covid-19, esta nueva variante se ha demostrado que si tiene más afección en la población pediátrica que va de 2 a 16 años. Estamos teniendo 2-3 niños por semana, cuando antes era quizás 1 o 2 por mes”.

En nuestro país, la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza (Aclisa), reporta en su Informe epidemiológico semanal de los casos positivos en la franja etaria de entre 10 y 19 años incrementaron un 64% respecto del año anterior y abarcan el 6,71%. Y concluye “La distribución etaria comparativa en cuanto a la incidencia de Covid-19 entre este año y el anterior expresa lo que ya se viene advirtiendo: un incremento de casos entre los más jóvenes"

Recientemente, el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla ha coordinado el mayor estudio multicéntrico europeo sobre los efectos cardiovasculares de la infección por Covid-19 en niños y adolescentes y ha relacionado al virus con el síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C) en estos sectores de la población.

En el estudio, publicado y avalado por la segunda revista mundial con mayor impacto en Cardiología, Circulation, han participado más de 100 investigadores de 17 países y 55 centros médicos. Sus autores han analizado las manifestaciones cardiovasculares más frecuentes en el síndrome inflamatorio multisistémico asociado al coronavirus, en lo que es una nueva enfermedad que se ha descrito tras la irrupción de la pandemia en pacientes pediátricos.

Como ya lo habíamos destacado en nuestra nota “El cuidado de los niños ante los riesgos del Covid-19” publicada en el N°31 de la Revista “Il Mio Papa”, el síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C) asociado al coronavirus produce un cuadro con fiebre alta, compromiso de estado general, asociado a signos de inflamación a nivel de varios órganos o sistemas, que pueden evolucionar de manera grave, requerir hospitalización y eventualmente tener un desenlace fatal.

La incidencia de Covid-19 grave en niños es menor que en adultos; sin embargo, MIS-C ha sido reconocido en todo el mundo durante los últimos meses, desafiando el paradigma de que los niños no se ven gravemente afectados por el SARS-CoV-2.

Por definición, MIS-C solo ocurre en individuos menores de 21 años de edad.

Series de casos han descrito niños con fiebre, dolor abdominal y enfermedad mucocutánea (exantema, conjuntivitis, lesiones bucales) y muchos desarrollan dilatación de las arterias coronarias, similar a la enfermedad de Kawasaki. Casi la mitad de los pacientes diagnosticado con MIS-C son mayores de 10 años, sin embargo, la edad promedio para la enfermedad de Kawasaki es de 2 años. Además, la trombocitopenia es más común en MIS-C, mientras que la trombocitosis se observa típicamente en la enfermedad de Kawasaki.

Actualmente se desconoce por qué algunos niños desarrollan MIS-C. Muchos niños con MIS-C no tienen antecedentes de una infección respiratoria sintomática y la prueba del SARS-CoV-2 es negativa por reacción en cadena de la polimerasa, pero han desarrollado anticuerpos IgG específicos del SARS-CoV-2, lo que sugiere que la infección inicial ocurrió al menos 2 semanas antes del desarrollo de MIS-C. Los estudios epidemiológicos han demostrado que las incidencias regionales más altas de MIS-C están asociadas con los brotes más grandes de Covid-19 en Italia, el Reino Unido y la ciudad de Nueva York; Los picos regionales y regionales en los diagnósticos de MIS-C ocurren aproximadamente 4 semanas después del pico de diagnóstico de Covid-19. Estas observaciones han llevado a la hipótesis de que MIS-C es atribuible a un estado inflamatorio posinfeccioso que ocurre varias semanas después de una infección primaria con SARS-CoV -2.

Una reciente investigación llevada a cabo por el Instituto de Neurología de University College de Londres (UCL), en Reino Unido, ha revelado que la mitad de los jóvenes que desarrollaron este grave síndrome presentaban síntomas neurológicos como dolores de cabeza, anomalías en la voz, convulsiones o alucinaciones cuando ingresaron en el hospital. Estos síntomas se unen a otros ya conocidos, como fiebre, dolor abdominal, vómitos o diarrea, erupción en la piel, dolor de cuello, labios rojos y secos, ojos rojos, sensación de cansancio e hinchazón de manos y pies.

“Todavía estamos aprendiendo cómo afecta el síndrome a los niños y qué debemos tener en cuenta. Descubrimos que muchos niños experimentaron síntomas neurológicos que afectaban tanto al sistema nervioso central como al periférico”, explica el autor principal de la investigación, el doctor Omar Abdel-Mannan, del Instituto de Neurología Queen Square de la UCL.

Además de este síndrome, que hay que decirlo, si bien es dramático, afortunadamente es poco frecuente, los científicos coinciden en que si no se vacuna a los niños no habrá fin de la pandemia, pues el papel de los niños en la transmisión del virus, es más importante de lo que se creía en un principio.

Un informe publicado en The Journal of Pediatrics y realizado por la Universidad de Harvard, revela que “En el estudio más completo de pacientes pediátricos con Covid-19 hasta la fecha, los investigadores proporcionan datos críticos que muestran que los niños juegan un papel más importante en la propagación comunitaria de Covid-19 de lo que se pensaba anteriormente”, señala el artículo. El informe agrega que sobre todo el fenómeno se da en los dos primeros días de que los pequeños hayan sido infectados.

De acuerdo a la investigación, es probable que los niños con Covid-19 no se enfermen tan gravemente como los adultos. Sin embargo, como portadores asintomáticos que asisten a los centros escolares, pueden propagar la infección y llevar el virus a sus hogares.

Los niños tienen que ser vacunados en algún momento. Por supuesto que habrá que asegurarse de que las vacunas sean seguras y eficaces para ellos.

Los niños actualmente juegan un papel importante en la continuación de la pandemia, de modo que hasta que no se vacune a los niños no se terminará fácilmente con la pandemia.

Mientras tanto, continuamos atravesando el espinoso sendero de esta pandemia, sabiendo que aún falta mucho esfuerzo para llegar al final, sabiendo que hemos pasado muchas frustraciones pero que no faltan tampoco esperanzas, pero sabiendo fundamentalmente que debemos ser absolutamente responsables, pues toda conducta que tomemos hoy repercutirá indefectiblemente en el mañana.

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