19 de noviembre 2019 - 00:00

Crece la ansiedad por el inicio de la reestructuración de deuda

La importancia de que se inicie a la brevedad dicha compleja etapa es que el país enfrenta en los próximos meses abultados vencimientos, tanto en pesos como en dólares.

Palacio de Hacienda.

Palacio de Hacienda.

Noticias Argentinas

Los inversores vienen mostrando una creciente impaciencia respecto a la renegociación de la deuda, la cual formalmente aún no habría arrancado, dado que se reconoce la importancia y la urgencia que tiene asociado dicho proceso.

Ello se debe que el proyecto de reperfilamiento del oficialismo no logró avances parlamentarios, y la actual etapa de transición tampoco estaría por el momento comenzando la renegociación de manera coordinada entre las principales fuerzas.

La importancia de que se inicie a la brevedad dicha compleja etapa es que el país enfrenta en los próximos meses abultados vencimientos, tanto en pesos como en dólares, aún cuando los compromisos se concentran en títulos de legislación local.

De ahí que resulte urgente que rápidamente se pueda llegar a un acuerdo con los bonistas dado que las arcas públicas no estarían - en la actual coyuntura económica - en condiciones de realizar dichos desesmbolsos, al tener cerrado el ¨roll-over¨.

La impaciencia de los operadores, combinada con una creciente preocupación por evitar un default, se está viendo reflejada en la negativa dinámica que vienen mostrando los títulos públicos, al exhibir muchos ya paridades inferiores al 40%.

Esta dinámica no sólo muestra que las liquidaciones desde el exterior siguen pesando, en ausencia de una selectiva demanda que resulte suficiente, sino que además las expectativas sobre el ¨recovery value¨ vienen en descenso, aún cuando todavía no se conozcan los términos y condiciones que tendrá involucrada la oferta.

Aún así, la delicada situación económica del país eleva las chances de que modelos más amigables con los que se especulaba inicialmente - uruguayo, ucraniano - queden atrás, y en cambio se vaya descontando una reestructuración más dura.

Ello se debe que la oferta seguramente no sólo buscará extender los plazos, sino además recortar los cupones ya que dicha carga representa alrededor del 3% del PBI, en combinación posiblemente con la solicitud de un período de gracia.

No debería descartarse tampoco que la oferta incluya una quita de capital, toda vez que el nivel de endeudamiento se ubica alrededor del 90% del PBI, aún con cuando neteada de la deuda intrasector público se reduce hasta el 50% del PBI.

También los inversores están atentos al rol que jugará el FMI en la renegociación de la deuda, dado que el organismo podría a cambio de otorgar su ¨sello de aprobación¨ - especialmente valorado por los acreedores privados del exterior - solicitar un canje más agresivo, el cual podría justamente perjudicar a los bonistas.

La creciente incertidumbre respecto a las características de la reestructuración de la deuda, así como los tiempos para su negociación e implementación, están actualmente despertando una respuesta cautelosa en los inversores, tal como reflejan las castigadas paridades y el ¨termómetro¨ del riesgo país en los 2.500 pb.

Llevar adelante un rápido y eficiente proceso de renegociación estaría entre las prioridades de la nueva administración, toda vez que no habría avances en la actual transición, ya que el país requiere reanudar el acceso al crédito voluntario - al menos doméstico al inicio - así como financiar inversiones en sectores estratégicos.

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