17 de octubre 2025 - 17:53

Día Mundial de la Lucha contra el Dolor: ¿Todos los dolores son iguales?

Muchos pacientes que vienen al consultorio me dicen que prefieren tolerar el dolor sin realizar ningún tratamiento o tomar alguna medicación. Sin embargo, ese no es un camino recomendable.

El tratamiento del dolor varía según el tipo de dolor que estamos tratando y en general hay dos formas de manejo.

El tratamiento del dolor varía según el tipo de dolor que estamos tratando y en general hay dos formas de manejo.

Aprovechando que hoy es el Día Mundial de la Lucha contra el Dolor, nos podemos preguntar si todos los dolores son iguales. Y la respuesta es que no, ya que podemos clasificarlo en diferentes tipos. Por ejemplo, podemos dividirlo entre agudo y crónico.

El dolor agudo (que ocurre durante los primeros meses) es el que más conocemos todos y se trata de una respuesta normal del organismo frente a una injuria. Por ejemplo, nos golpeamos y luego nos duele el sitio lesionado.

Por otro lado, el dolor crónico es aquel que se mantiene por más de tres meses y es una enfermedad en sí donde los síntomas dolorosos pueden mantenerse aunque uno ya haya resuelto la causa del dolor original. En otros casos de dolor crónico la causa subyacente aún continúa activa igualmente.

Muchos pacientes que vienen al consultorio me dicen que prefieren tolerar el dolor sin realizar ningún tratamiento o tomar alguna medicación. Sin embargo, ese no es un camino recomendable y tiene una razón: las neuronas que transmiten el dolor, cuando reciben el mismo estímulo doloroso por mucho tiempo, se acostumbran y pueden comenzar a enviar el estímulo doloroso solas, existiendo lo que se conoce como sensibilización central. Esto se mantiene después, aunque la causa inicial del dolor ya esté resuelta. Es decir, así como el dolor agudo es una respuesta útil del cuerpo avisando de un daño, el dolor crónico es una enfermedad y carece de utilidad.

¿Cómo se clasifica el dolor?

Además, podemos clasificar el dolor según el tipo: somático, neuropático o visceral.

El primero es el típico dolor que conocemos: nos lesionamos y la señal del dolor viaja por las neuronas desde el sitio del daño hasta el cerebro, donde la sensación de dolor se hace consciente para nosotros.

En el dolor neuropático, el daño está en las mismas neuronas que transmiten la información del dolor hacia el cerebro (en algún lugar de la vía) y se acompaña de otros síntomas sensitivos como hormigueos, mayor o menor sensibilidad en la zona afectada, etc.

Por último, el dolor visceral es el que ocurre en los órganos, es difícil de localizar y es transmitido por otra vía hacia el cerebro, llamado sistema nervioso autónomo.

¿Cómo se quita el dolor?

El tratamiento del dolor varía según el tipo de dolor que estamos tratando y en general hay dos formas de manejo del mismo que se complementan: tratamiento farmacológico (o sea, tomando diferentes analgésicos) o tratamiento intervencionista del dolor, que es el que realizo yo. Este último consiste en procedimientos que realizamos para tratar de mejorar el dolor o la calidad de vida de la persona incluyendo: bloqueos (con inyecciones de anestésico local y/o corticoides directamente sobre estructuras nerviosas o articulaciones), radiofrecuencia (donde se queman estructuras nerviosas con un electrodo aguja) o neuromodulación (mediante el implante de bombas de morfina en la columna o neuroestimuladores tanto en la columna como en el cerebro o estructuras nerviosas periféricas).

Dr. Damián Bendersky (M.N. 130405). Neurocirujano (Instagram: @consultoriodedolor, web: www.consultoriodedolor.com.ar)

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