8 de octubre 2022 - 00:00

Surgen alternativas de inversión para los pesos del dólar soja

La industria de Fondos Comunes de Inversión (FCI) ha sido una herramienta necesaria y así lo confirman los flujos de inversiones.

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El BCRA logró acumular reservas netas por más de USD 5.000 millones durante septiembre con el esquema de “Dólar Soja”, para eso tuvo que comprar US$ 7.800 millones al sector sojero y vender USD 2.800 millones al resto del mercado. Este programa implicó una emisión total de $1,17 billones de pesos (28% de la Base Monetaria). Esta emisión de pesos es comparable en magnitud a la intervención del BCRA en el mercado de bonos entre junio y julio, momento en que compró títulos del Tesoro por una cantidad similar.

Si bien en ambos casos se generó una fuerte inyección de pesos, la manera en que derraman sobre el resto de la economía es muy diferente. En el caso de la compra de bonos del BCRA, se trató de inversores que cambiaron la asignación de sus activos, pasaron de tener títulos del Tesoro a depósitos en el sistema financiero. En cambio, en el dólar soja, el efecto derrame es mayor, porque los productores usaron esos pesos para comprar insumos, cancelar pasivos, invertir en equipos o insumos para la nueva campaña, etc. Por lo tanto, el efecto derrame y la liquidez que generan sobre la cadena de pagos es mayor.

Pero el esquema de “dólar soja” ofreció la posibilidad de liquidación a $200 solamente por 30 días y las aplicaciones de pesos se distribuyen en un período de tiempo más amplio, apareciendo aquí una necesidad clara de los productores de invertir esos excedentes temporales para mantener su poder adquisitivo hasta el momento de su aplicación al negocio.

Es aquí donde la industria de Fondos Comunes de Inversión (FCI) ha sido una herramienta necesaria y así lo confirman los flujos de inversiones.

Si analizamos los flujos, los productores han canalizado hacia las cuentas “dollar linked” que habilitó el BCRA casi USD 550 millones (cuenta chacarero), la industria de FCI recibió un flujo positivo en el mes de $270.000 millones, mayoritariamente hacia fondos de liquidez (Money Market). El resto de los pesos se quedaron en el sistema financiero, inclusive con fuerte aumento de las cuentas a la vista ($300.000 millones en Cajas de Ahorro, $552.000 millones en Cuentas Corrientes) y $740.000 millones en Plazo Fijos. Aunque parte de esos fondos se originan en la propia industria de FCI, que invierte en cuentas remuneradas y plazos fijos.

En la medida en que esa liquidez se vaya estabilizando, existe la posibilidad de que empiece a producirse una migración hacia otro tipo de inversiones de mayor rendimiento o cobertura, porque mientras una caja de ahorro tiene rendimiento muy bajo, un plazo fijo para una persona jurídica rinde 5,5% mensual, los instrumentos del Tesoro de corto plazo como las Ledes están en rendimientos del 6,2% mensual.

La industria de FCI tiene para ofrecer dos factores diferenciales para lograr captar esos pesos en las próximas semanas. La primera tiene que ver con la histórica diferencia de liquidez, mientras el Plazo Fijo obliga a esperar 30 días, los FCI tienen opciones de rendimiento similar con rescate a las 24 hrs. Pero sin dudas el principal factor diferenciador está dado por los fondos de cobertura. En un escenario donde todavía hay incertidumbre, las opciones de inversiones en FCI con cobertura contra la inflación o contra la depreciación del tipo de cambio oficial ganan atractivo.

En nuestro proceso de asignación de activos estamos muy atentos al horizonte temporal de la inversión, para identificar los períodos en los cuáles podemos estar viendo preferencia por activos CER o mayor necesidad de cobertura cambiaria, considerando la oferta y demanda de divisas y las implicancias del proceso electoral del año próximo.

Gerente general de MegaQM.

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