A poco más de cuatro décadas de su independencia, en 1776, Estados Unidos diseñó una guía conceptual para su política exterior: la “Doctrina Monroe”. El presidente estadounidense James Monroe estableció que, si capitales y gobiernos europeos disputaban mercados en América, la novel nación debería intervenir por distintos medios para impedirlo. Otro presidente de ese país, John Adams, lo sintetizó de la manera siguiente: “América para los (norte)americanos”.
El monroeista RIGI y la APEA (o el nuevo ALCA)
El presidente estadounidense James Monroe estableció que, si capitales y gobiernos europeos disputaban mercados en América, debería intervenir por distintos medios para impedirlo. El RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones) no es un punto más de la antipopular Ley Bases: es la esencia desnacionalizadora del modelo económico que propone Milei.

Simón Bolívar lo comprendió en tiempo real: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias, en nombre de la libertad”.
APEA (el ALCA en el nuevo escenario)
Si bien desde aquel momento hasta nuestros días se han sucedido una serie de acciones formales e informales en este sentido, Estados Unidos propuso un proyecto de Unión Aduanera para todo el continente americano por primera vez en 1885. No pudo concretarse, en parte por la posición de Argentina que entonces estaba vinculada de manera estrecha a Inglaterra.
En 2022, el presidente Joe Biden propuso la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEA), rememorando la Alianza para el Progreso (ALPRO) y el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Biden fue claro: “Vamos a fortalecer nuestras cadenas de suministros para que sean más resilientes ante shocks inesperados”.
Estados Unidos siempre ha propuesto el mismo tipo de “alianza” para imponer la “Doctrina Monroe” de un modo u otro. Lo principal de estas “alianzas” siempre reside en condicionar a los países latinoamericanos, tenerlos bajo el mismo espacio geoeconómico y político y avanzar lo máximo posible sobre sus economías.
Un RIGI para Monroe
El RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones) no es un punto más de la antipopular Ley Bases: es la esencia desnacionalizadora del modelo económico que propone Milei. Está alineado con el Plan Paley en relación a las necesidades de recursos naturales de Estados Unidos y sus localizaciones geográficas, detallado por el economista Juan Fal en su tesis doctoral.
En “Las venas abiertas de América Latina”, Eduardo Galeano afirmó: “La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder […] Nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros […] La economía norteamericana necesita los minerales de América Latina como los pulmones necesitan el aire”.
Marcelo Berbel, en “El Embudo”, escribió: “No hablemos de agua pesada/regalías, minerales/nada viene, todo sale/estrujando la ordeñada/La cuestión está estudiada/para dejarnos de luto/usando cualquier conducto/se llevan hasta la tierra/si nuestro sudor sirviera/ya habría algún sudoructo”.
El RIGI es saqueo, desindustrialización y pérdida de soberanía. También es anexión, porque Argentina estará en función de las necesidades estadounidenses mediante la importación de capitales y de bienes.
Por si alcanzara la presidencia algún Néstor Kirchner o al menos se dieran disputas con holdings trasnacionales locales en la justicia argentina, la jurisdicción del RIGI será en el CIADI, tribunal transnacional hegemonizado por Estados Unidos.
Por estos motivos, es incorrecto concentrar la atención en los pequeños cambios que se le puedan hacer al RIGI. El foco debe estar en la esencia que queda en pie.
Milei: más monroeista que Monroe
A diferencia de la “Doctrina Monroe” original, la disputa de Estados Unidos en la actualidad no es solo con capitales europeos, sino también con chinos, el BRCIS, etc.
En circunstancias de pérdida de hegemonía estadounidense y fragmentación mundial que ofrece oportunidades de desarrollo para Argentina, Milei se alinea con Estados Unidos en su enfoque de Cadenas Regionales de Valor. Y no solo eso: en sus visitas asiduas a esa nación se entrevista directamente con los representantes de los capitales más grandes del mundo para ofrecer nuestros recursos naturales. Intenta mostrarles que es más monroeista que Monroe.
Cual Jonás, como pueblo argentino cometimos errores de distinto tipo, se avecinó una tormenta y entramos al cuerpo de un pez gordo que puede devorarnos. No debemos cometer el error de esperar a que la ballena nos expulse de su interior: desde este momento debemos trabajar para salir de las entrañas del monstruo.
(*) Economista UBA-UNDAV. - @Pablo_Ferrari77
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