¿Las reservas del Central ya alcanzan un nivel suficiente?

Entre los países emergentes que sufrieron crisis financieras en mayor o menor medida (caso Chile), las reservas acumuladas en los bancos centrales superan el máximo monto de reservas alcanzadas antes del estallido de disrupciones tales como el tequila (México) o las asiáticas y la rusa, o la reciente crisis argentina de 2001-2002. La excepción es Chile, cuyas reservas «apenas» superan en 9% las de mediados de 2001. En el otro extremo, Rusia posee reservas que son 14 veces las mantenidas antes de la crisis, pero esto también puede explicarse por los altos precios del petróleo que han producido un superávit fenomenal de cuenta corriente que ha sido adquirido por el Banco Central.
La Argentina tiene 60% más de reservas que antes de la crisis, pero la comparación nuevamente en este caso debe ser matizada. Antes de 2001 era necesario tener tantas reservas como dinero emitido por lo que el nivel requerido era muy superior al actual, donde esa restricción no existe ya que el BCRA cuenta con un poderoso instrumento para emparejar el dinero emitido con las reservas: simplemente con producir una depreciación del tipo de cambio se consigue este efecto. Como consecuencia, el nivel comparable hoy debería ser sustancialmente menor.
En términos de las cuotas del FMI, que es un parámetro aproximado de lo que el organismo internacional podría prestar, puede observarse que la Argentina tiene reservas equivalentes a 12,5 veces su cuota, una relación similar a la de Chile. Además, debe tenerse en cuenta que recientemente el gobierno argentino canceló sus obligaciones con el FMI por un monto equivalente a casi tres veces su cuota, liberando la posibilidad de volver a tomarlos en caso de necesidad. La suma implicaría que la Argentina hoy tendría recursos equivalentes a lo que recibieron como transferencia récord Turquía y Corea del Sur. Nótese, sin embargo, que otros países superan en varias veces la relación de la Argentina y de Chile, con el caso extremo de Corea, con reservas que son 54,6 veces la cuota. Si se consideran los costos de mantener reservas, no debe inferirse de aquí que el BCRA tiene reservas en defecto, sino al contrario, que posee las suficientes para hacer frente a una crisis financiera de magnitud.
Una comparación usual para medir la magnitud de las reservas es ponerlas en relación con las potenciales obligaciones en moneda extranjera a las que tiene que hacer frente un país en el corto plazo. Esta relación, conocida como regla de Guidotti-Greenspan (por el ex secretario de Hacienda argentino y el ex presidente de la Reserva Federal, respectivamente), indica que las reservas que deben mantenerse en el BCRA deberían ser iguales a los vencimientos dentro de los 12 meses de las obligaciones públicas y privadas. La Argentina supera esta exigencia en 22%, ubicándose por debajo del resto de los países de la muestra.
¿Esto implica que el BCRA debería continuar aumentando su stock de reservas internacionales? Por ejemplo, si quisiera alcanzar la relación de Chile, Corea o México (2,1 veces) debería tener reservas por u$s 70.000 millones o si buscara la de Brasil debería tener reservas por u$s 147.000 millones.
Es decir, la acumulación debería continuar por un buen tiempo con el consiguiente riesgo de desbalance monetario. Sin embargo, lo importante para señalar es que la deuda pública y privada de corto plazo de la Argentina es excesiva: los datos oficiales indican que hacia fines de 2006, la deuda de corto plazo era cercana a los u$s 33.000 millones, principalmente privada.
Comparado en términos del PBI en dólares, este endeudamiento de corto plazo es superior al de cualquier país de la muestra, por lo que la alternativaa acumular reservas es intentar reducir el endeudamiento de corto plazo.
En resumen, las reservas en el BCRA parecen ser más que adecuadas frente a cualquier comparación usual, pero están por debajo de las de muchos países. Esto no significa que deba continuar la acumulación de dólares en el Banco Central porque la muestra de países también encierra realidades diferentes, particularmente en lo referente a la demanda de pesos (cuanto mayor la demanda de dinero doméstico, mayor la posibilidad de acumular reservas) y en lo referente al endeudamiento de corto plazo.
No obstante, parece inferirse que los países han buscado objetivos diferentes de los de la «autoprotección». En el caso específico argentino, detrás de este argumento quizá sólo se busque mantener el tipo de cambio nominal (y real en la medida de lo posible) elevado, sino, ¿por qué se canceló deuda de bajo costo y de casi renovación automática como la tomada con el FMI, reduciendo la liquidez en el BCRA?
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