8 de noviembre 2025 - 00:00

Los cuatro errores más comunes al empezar a invertir (y cómo evitarlos)

Cada vez más argentinos se animan a invertir, pero el entusiasmo sin preparación puede jugar en contra. Los errores más frecuentes y cómo evitarlos para construir una estrategia sólida desde el inicio.

Invertir bien no es adivinar el próximo activo ganador, sino entender tus objetivos, tu horizonte y tu perfil de riesgo.

Invertir bien no es adivinar el próximo activo ganador, sino entender tus objetivos, tu horizonte y tu perfil de riesgo.

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Invertir no es complicado. Lo que lo complica, la mayoría de las veces, son las decisiones que tomamos sin entender del todo lo que estamos haciendo. En los últimos años, miles de argentinos se animaron a dar sus primeros pasos en el mercado financiero. Y eso, sin dudas, es una excelente noticia: significa que hay un cambio de mentalidad hacia la planificación y el ahorro.

Pero también, con esa ola de entusiasmo, llegaron algunos errores muy frecuentes que pueden costar caro. A continuación, un repaso por los más comunes y cómo evitarlos:

1. Invertir sin entender en qué se está invirtiendo

El primer error, y el más común, es invertir sin comprender realmente en qué.

Mucha gente compra activos solo porque “lo vio en una noticia”, “lo escuchó en un video” o “se lo recomendó un amigo”. Pero invertir no es copiar lo que otros hacen, sino tomar decisiones informadas y coherentes con los propios objetivos.

Cuando no se entiende qué hay detrás de un instrumento -sea un bono, una acción o un fondo común de inversión- se corre el riesgo de asumir más volatilidad de la que se está dispuesto a tolerar. Y ante la primera caída, la reacción típica es vender por miedo. Así, la inversión deja de ser estrategia y pasa a ser impulso.

2. No tener una estrategia

Otro error muy habitual es no tener una estrategia clara. Comprar activos sueltos porque “están baratos” no es planificar. Tampoco lo es armar una cartera con veinte instrumentos diferentes sin entender cómo se relacionan entre sí.

Una buena estrategia responde tres preguntas simples:

  • ¿Cuál es mi objetivo con esta inversión?

  • ¿En qué plazo puedo mantener mi dinero invertido sin tocarlo?

  • ¿Qué nivel de riesgo me deja dormir tranquilo?

Solo con esas respuestas es posible construir una cartera diversificada, equilibrada y coherente, que no dependa del azar ni del humor del mercado.

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3. Dejarse llevar por las emociones

La emoción es el peor consejero financiero. El miedo y la euforia son los enemigos del criterio.

Muchos inversores venden en pánico cuando el mercado cae o compran con FOMO (miedo a quedarse afuera) cuando un activo ya subió demasiado. Otros se dolarizan por impulso, reaccionan a una noticia o a un titular sin analizar el contexto.

El resultado: compran caro, venden barato y repiten el ciclo. La clave está en mantener la calma y actuar en base al plan, no al estado de ánimo. El mercado premia la paciencia, no la ansiedad.

4. Saltarse las bases

Antes de pensar en rentabilidad, hay que pensar en estabilidad. Arrancar a invertir sin un fondo de emergencia es un error que se paga caro.

Ante cualquier imprevisto -una reparación, una pérdida de trabajo, un gasto médico- se termina desarmando la cartera en el peor momento. Lo ideal es tener entre tres y seis meses de gastos cubiertos en instrumentos líquidos, y recién después invertir el excedente. Así, las inversiones se mantienen en el tiempo y no se tocan por necesidad, sino por estrategia.

Educación y propósito: las verdaderas bases de una buena inversión

Todos estos errores tienen algo en común: la falta de claridad. Y la claridad se construye con educación, autoconocimiento y planificación.

Invertir bien no es adivinar el próximo activo ganador, sino entender tus objetivos, tu horizonte y tu perfil de riesgo. La educación financiera no es un lujo: es una herramienta de libertad.

Mi consejo es simple: formate antes de invertir. Aprendé, preguntá, analizá. No hace falta ser experto para invertir bien, pero sí hace falta criterio.

En Maca en el Mercado comparto todos los días herramientas simples para que más personas puedan tomar decisiones financieras con conciencia, estrategia y propósito. Porque al final del día, invertir no se trata solo de hacer crecer tu dinero, sino de hacerlo trabajar para tu libertad.

Asesora financiera y creadora de Maca en el Mercado

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