16 de diciembre 2023 - 00:00

Los importantes desafíos a los que se enfrentan los Directorios

Una mala gestión de los interesados secundarios puede amenazar el desempeño e incluso la existencia de la organización.

Recomendamos que los Directorios sean quienes reflexionen, determinen o validen un proceso de gestión de interesados completo y adecuado
Recomendamos que los Directorios sean quienes reflexionen, determinen o validen un proceso de gestión de interesados completo y adecuado

El presente texto es un extracto adaptado del libro “Directorios creando valor”, cuyos autores Pedro Vázquez y Alejandro Carrera, son profesores del IAE Business School, al frente de la Cátedra PwC de Gobierno Corporativo.

Los Directorios que comienzan a ocuparse más o menos sistemáticamente del cuidado de sus interesados clave, más allá de los accionistas, suelen enfocarse en los otros interesados primarios. Aquellos actores esenciales para la existencia de la organización y que usualmente tienen relaciones contractuales formales y voluntarias con la empresa, tales como los empleados, clientes, proveedores, bancos, etc.

Existen otros grupos de interés que, sin contar con relaciones contractuales formales ni transacciones voluntarias usuales con la organización, influyen o pueden ser influidos significativamente por ella. Estos son los que llamamos interesados secundarios, y sobre quienes nos detendremos en esta ocasión.

Los interesados secundarios pueden ser de naturaleza bastante heterogénea entre sí y tener una relevancia que depende de la organización en cuestión. Si bien no son tan próximos a la existencia del día a día de la empresa como es el caso de los interesados primarios, una mala gestión de los interesados secundarios puede poner en serios riesgos a la organización.

Entre los interesados secundarios están las autoridades reconocibles y de interacción frecuente, como las dependencias del Estado, la autoridad tributaria, los Entes reguladores específicos y las entidades sindicales. En entornos económicos altamente regulados por el estado, el Directorio deberá cuidar por el mantenimiento de relaciones efectivas y correctas con el sector público. En situaciones socioeconómicas inestables, en momentos críticos de la organización que requieren ciertos cambios considerables, y en aquellas actividades de mayor conflictividad laboral, es también parte del rol del Directorio asegurarse de la relación con las contrapartes clave del sector sindical y de la cartera laboral.

Además, entre los interesados secundarios se encuentran la prensa y las comunidades próximas. La opinión pública y la sociedad en general, depositan el último aval a la empresa a través de lo que hoy se ha dado en llamar “la licencia social”, está tomando un rol cada vez más relevante.

Finalmente, también se ha de considerar a los colegas/competidores con quienes se tiene la responsabilidad de que la competencia sea honesta y que los marcos regulatorios de la actividad contribuyan al bien común. Cámaras y asociaciones empresarias, entre otras instituciones intermedias, suelen ser actores relevantes en los que la empresa debe participar activamente.

Además de la distinción entre interesados primarios y secundarios, actualmente se está comenzando a postular la existencia de una tercera que son los interesados periféricos. El Directorio se enfrenta a desafíos importantes para vigilar y gestionar nuevos tipos de interesados que tienen y tendrán un efecto importante en la continuidad organizacional. Tienen la particularidad de tener un tipo de vínculo con la organización singular o diferente al habitual. La existencia de estos interesados periféricos está altamente influida por los avances tecnológicos, la innovación en la comunicación, y por recientes eventos globales significativos. Entre dichos interesados se incluye un grupo muy heterogéneo y poco personalizable como son el medio ambiente en general, los actores no humanos, los actores ilegítimos y los actores “desinteresados”.

Una mala gestión de los interesados secundarios puede amenazar el desempeño e incluso la existencia de la organización. El Directorio debe velar por una relación efectiva con cada uno de estos interesados, mediante una gestión muy profesional por parte del equipo gerencial. Recomendamos que los Directorios sean quienes reflexionen, determinen o validen un proceso de gestión de interesados completo y adecuado. Además, sugerimos que el Directorio vigile que los procedimientos de la gestión de interesados se lleven a cabo adecuadamente y se mantenga informado sobre eventuales alarmas surgidas del monitoreo de interesados.

Profesor del IAE Business School, y Alejandro Carrera, director de la Cátedra PWC de Gobierno en las Organizaciones del IAE Business School, Universidad Austral.

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