El ministro Martín Guzmán es como ese hijo que recibe los rebotes neuróticos de los padres sin razón, y soporta conductas injustificadas. Escucha frases y expresiones negativas típicas de un matrimonio inmaduro. Tratan de evitar los encuentros con el chico. Los insolentes del grado le hacen bullying, se ponen agresivos o, por interpósita persona aparecen insultos contra él. Escucha del “progenitor alienador” comentarios negativos y adjetivos que ridiculizan y afectan la imagen del otro progenitor. El niño ministro tiene padre y madre, además de un padrino afín a ambos ascendientes.
Martín Guzmán, la alienación parental y el fantasma de "Chacho Álvarez"
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Desocupación y recesión
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Evolución y causas de la inflación: medidas, impacto, sustentabilidad y perspectivas

Lo ideal es que tras una separación, los hijos se mantengan al margen y protegidos frente a posibles disputas de la pareja. Sin embargo, en muchas ocasiones, no es así, y una de las partes-o las dos-terminan utilizando a los hijos como moneda de cambio.
Alain Touraine en su libro “Después de la crisis” hablaba de la insuficiencia de las democracias representativas, debilitadas en las sociedades. Ya entonces Touraine expresaba que se fueron alejando de la esfera gubernamental con gran impacto social. […Quisimos que la democracia fuera representativa y estuvo bien que así fuera; sin embargo, actualmente es necesario identificar los intereses que son representables y asegurar que los dirigentes sean efectivamente representativos, más que de los intereses particulares o de su propio interés, del interés general...]
Una de cal y otra de arena para el Ministro
Si la austeridad a ultranza de 2001 y 2018 en la Argentina no fue la respuesta económica, la recuperación de la economía argentina desde el default 2001 y las dos pandemias tampoco se produjeron como consecuencia de esas políticas públicas; sino, justamente, porque se aliviaron o interrumpieron. Lo dice Stiglitz Martin.
Cabe pensar que si cada uno de los elementos de aquellas historias era erróneo, ni antes de la crisis se cayó en el derroche fiscal, ni el déficit era un problema inmanejable. Fue la crisis, un fenómeno generado por políticas públicas como la privatización de las jubilaciones que provocó un enorme descenso de ingresos públicos a favor de la creación de las AFJP. Es el hundimiento de la actividad económica que provoca siempre la austeridad y no las políticas discrecionales de gasto, lo que apremian los desequilibrios de las cuentas públicas (Stiglitz)
El gasto previsional
Acerca de la privatización del sistema jubilatorio se debe agregar que generó poca cobertura, mala seguridad social en la jubilación y valores mínimos de pensiones en promedio. Toda la sociedad en poco tiempo, producto del desfinanciamiento, pago ese enorme costo, el que ganó, o ciertamente se vio beneficiado fue el sector financiero, que elevó sus ingresos en Argentina, mientras provocó una enorme pérdida para la sociedad.
La letanía hipnótica
La narrativa de la dictadura, del gasto público extravagante que asfixia la actividad privada, se instaló e interiorizó como certeza en la ciudadanía y debilitó las políticas de oposición de los tradicionales partidos progresistas aun en los noventa. Hasta el punto, que en las elecciones de 1999, estuvo el acuerdo de una continuidad-de seguir con la Convertibilidad-prometida por la Alianza, fue el FREPASO que optó por no enfrentarse al relato neoliberal, no se sabe si porque se compartía parcialmente con o desde la UCR o porque, estaban convencidos que era una batalla política que no podían ganar.
Es que los tecnócratas neoliberales insertaron una ficción en el ámbito político que fue decisivo en condicionar sus posiciones políticas, a través de la conciencia fabricando consensos, hasta el punto de manipular el Congreso para delegarle poderes extraordinarios a un ministro de economía[1]. Esa capacidad de los tecnócratas-del elenco de De la Rúa-de establecer temores, una imperiosa necesidad de establecer la austeridad del gasto social como algo necesario para la vida en democracia, fue un instrumento decisivo en la arquitectura de lugares comunes desde las que se construyeron los relatos que articularon la hegemonía ideológica y cultural del poder.
Que no nos comiencen a comparar a López Murphy, Sturzenegger y Cavallo con Martin Guzmán, porque “El monstruo no ha muerto” de Horacio Meyrialle con Narciso Ibáñez Menta puede volver en 2023. Y ya verán la diferencia los ingenuos.
El peso que han recuperado hasta hoy, los fracasados de 2019 y las nuevas versiones posfascistas, el nado sincronizado que homogeniza el discurso político que desnaturaliza y tergiversa sistemáticamente los hechos políticos y económicos se ve intensificado por “el desbordamiento de lo que la jefa llama “debate interno”.
La experiencia Argentina parecería mostrar que no alcanzan las instituciones cuando se deslegitima la representatividad política. Cuidado con tirar mucho de la soga porque si Alberto se resfría, a Cristina-los republicanos transparentes que respetan las instituciones-ni siquiera le van a permitir asumir, como prevé la Constitución.
Recordemos 2000-2001 y “La Banelco”
La renuncia del vicepresidente “Chacho Álvarez”, líder de una fracción de la coalición gobernante en octubre de 2000, la dimisión de varios ministros en protesta por los anuncios de ajuste fiscal del nuevo ministro de economía López Murphy en marzo de 2001, y la caída del gobierno de la Alianza en diciembre de ese año, tiene que abrir los ojos de los obsesivos compulsivos.
La cesión del poder político a la tecnocracia y/o las finanzas (BCRA independiente del poder político, “superministro de economía Cavallo” con poderes supremos votados por el Congreso de la Nación), tuvo una incidencia decisiva en el devenir de la crisis argentina de 2001. Fundamentalmente por seguir a pie juntillas la totalidad-no una parte-de las “recomendaciones” que establecían los organismos multilaterales de crédito y las “mejores prácticas” de mercado; entendiendo que los legítimos responsables políticos (el Poder Ejecutivo primero, y el Poder Legislativo más tarde, con la sanción de la Ley denominada “de poderes especiales”), como se mencionaba, delegaron en funcionarios del ministerio de economía las decisiones políticas, y a su vez estos últimos, aceptaron la totalidad de las condicionalidades del FMI[2], incluyendo las encomiendas del mismo organismo, como de la banca de inversión, consultoras internacionales y locales.
-¿De verdad alguien está advirtiendo que Alberto Fernandez y el Congreso están haciendo lo mismo con Martin Guzmán?-¿Alguien ve ese nivel de autonomía que Néstor Kirchner corto de cuajo y ni siquiera Macri le dio a Prat Gay?-
Podríamos agregar un epifenómeno que apoya la idea que los funcionarios argentinos del ministerio de economía-quienes en Marzo de 2001 llegaron a recibir “plenos poderes” del Congreso-, no hicieron lo suficiente para preservar los intereses locales, un Megacanje al 15% en dólares, renunciando a los derechos soberanos de establecer las propias políticas públicas, que incluyeron aspectos económicos, sociales e internacionales. Más bien podría ser que sus decisiones hayan coincidido con las imposiciones externas e internas de la biósfera ideológica y política internacional. -¿Eso es lo que están haciendo Fernandez y Guzmán?’ ó -¿Podría más bien ser el camino de los eventuales herederos de una derrota del oficialismo en 2023?-
¿Cómo funciona el sistema?
Ser un país que no acata las recomendaciones del FMI, tiene una serie de implicancias que afectan todas las esferas de garantías de derechos. En principio, el hecho de ser despojado del crédito internacional de todos los otros organismos internacionales (BM, BID, Club de Paris, etc.) de los cuales no puede prescindir totalmente ningún país políticamente organizado. De igual manera, implica la irrupción de la posesión intelectual, constituida por redes neoliberales, con una visión del mundo y de la vida muy lejanos a otros sistemas de interpretación de la realidad (Stiglitz).
El resultado final o la situación emergente pos default 2001 y restructuración de la deuda, terminó con país en condición de “desacato” de Argentina, una disputa con los “holdouts” (tenedores de bonos que no aceptaron la restructuración de la deuda externa), pero más concretamente con una minoría denominada “voulture funds” (fondos buitres). El costo económico de la negociación con los buitres fue inconmensurable, no se puede volver a repetir. Si vuelven Prat Gay y Caputo (metafóricamente), “lo solucionan en 5 minutos”.
En conclusión, Chacho Álvarez produjo una crisis institucional que traería aparejadas consecuencias impensables, incluido para el mismo. Esto debe introducir una perspectiva. -¿En que estaba pensando Álvarez?-El comienzo del fin, correspondió a esa decision, y el posterior desplazamiento acelerado de las políticas públicas en el contexto neoliberal.
Desde el episodio Álvarez, hasta la dimisión del presidente Fernando De la Rúa, la implementación de medidas de ortodoxia fiscal y monetaria extremas, los cambios de 3 ministros de economía y la renuncia de 5 ministros del gabinete, dieron cuenta de la magnitud y velocidad que pueden tomar los acontecimientos, como para tener en cuenta “la dinámica de la insensatez”
El Congreso le otorgó facultades extraordinarias a Cavallo. Al ministro Guzmán ni siquiera le aprobaron el presupuesto. El Congreso le permitió a Cavallo instrumentar los principales aspectos de las normativas, leyes y las políticas públicas relacionadas con el otorgamiento de mayores poderes al ministro de economía y su equipo, el mismo incluyo la perspectiva del desplazamiento del poder, ya formalmente, planteado desde la política a nivel del Poder Legislativo, representado por el escenario acotado a las órdenes emanadas de los organismos multilaterales de crédito.
Fue en ese escenario que la estructura local del gobierno hizo énfasis en apurar las normativas locales, para responder a las exigencias de las instituciones que eventualmente otorgarían apoyo. Más tarde, en 2018 Macri haría lo mismo, con mayor impunidad, eludiendo todos los controles institucionales-lo subestimaron-, mientras la oposición-hoy el ala del oficialismo descortés-miraba a Caputo como despilfarraba todos los dólares hasta que Lagarde misma lo despidió. Esto último sucedió, y requiere una revisión pendiente. Nadie hizo nada para pararlos. -¿En que estaban pensando los diputados de la oposición-hoy oficialismo-?-¿Por qué no hubo una marcha o un abrazo al BCRA?-
La ofuscación de los disconformes podría acelerar el regreso de Macri para hacer “lo mismo pero más rápido”
Un trimestre antes del estallido social 2001 sucedía entre ortodoxo, lo mismo que hoy día sucede entre heterodoxos. Se daba un debate en el oficialismo sobre las políticas a implementar, desde diferentes puntos de vista ortodoxos-aquellos de orientación estrictamente monetaria, y los de materia fiscal y monetaria-. Mientras ellos discutían se produjo el desplome irremediable que producen estos conflictos.
En conclusión
Se trata de reconstruir e identificar los errores de un oficialismo que condujo a una crisis de magnitud. A esta altura podríamos formularnos dos preguntas: -¿Qué logró políticamente el ex vicepresidente “Chacho Álvarez”, donde está hoy el Frepaso?- y, -¿En qué medida su reacción (6 de octubre de 2000) tuvo incidencia y derivó en la masacre de Plaza de Mayo del 20 de diciembre de 2001?-
(*) Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani
[1] Carlos Gervasoni, Crisis política y crisis financiera en el Gobierno de la Alianza en la Argentina (1999-2001) Universidad Católica Argentina / Universidad Torcuato Di Tella / Universidad del CEMA. Visiting Resource Professor at LLILAS/UT-Austin. October, 2002, cuadro 5, Pag.26
[2] http://www.imf.org/external/np/exr/facts/spa/pdf/conditios.pdf
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