La historia económica lo ha demostrado y estoy convencido de que el desarrollo de industrias nacionales es fundamental para lograr un crecimiento económico sostenible y estratégico en nuestro país. En un mundo cada vez más globalizado, es fácil caer en la trampa de depender excesivamente de las importaciones, pero esto puede tener consecuencias negativas para nuestra economía y soberanía.
Presupuesto 2025 y un desaire a las pymes
En un mundo cada vez más globalizado, es fácil caer en la trampa de depender excesivamente de las importaciones, pero esto puede tener consecuencias negativas para nuestra economía y soberanía.
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En el contexto de los países en vías de desarrollo o emergentes, uno de los grandes desafíos ha sido lograr un equilibrio entre la apertura a mercados globales y la construcción de una industria nacional robusta. Una estrategia eficaz para lograr esto es la sustitución de importaciones, la cual no solo busca reducir la dependencia externa, sino también fomentar la producción local, promover el empleo y mejorar la competitividad.
El concepto de sustitución de importaciones ha sido debatido durante décadas, y aunque muchos lo han desestimado como obsoleto, su relevancia se mantiene si se aplica bajo un enfoque estratégico y adaptado a los tiempos actuales. La idea central detrás de esta política es que, en lugar de importar bienes y servicios, un país puede desarrollar su capacidad productiva interna, incentivando el crecimiento de industrias locales. Sin embargo, para que esto sea viable, se requiere una planificación cuidadosa y una serie de condiciones que deben estar presentes para que la estrategia sea sostenible.
La sustitución de importaciones debe buscar reducir la dependencia de productos y servicios importados, promoviendo la producción nacional y estimulando la innovación y la competitividad de nuestras pymes. Esto no solo nos permitirá ahorrar divisas y reducir la vulnerabilidad frente a shocks externos, sino que también generará empleo, aumentará la inversión y fortalecerá nuestra base industrial.
Las PYMES son el motor necesario de cualquier economía que aspire a ser autosuficiente. La creación de valor agregado a nivel local permite que los países desarrollen tecnologías, generen empleo de calidad y se integren más efectivamente en las cadenas de valor globales. Al fortalecer la capacidad productiva interna, se garantiza no solo la provisión de bienes esenciales, sino también el desarrollo de conocimientos y capacidades que pueden llevar a la innovación.
El desarrollo de industrias nacionales no solo responde a una necesidad económica, sino también a una cuestión de soberanía. La crisis económica global de 2008 y la pandemia de COVID-19 mostraron que una excesiva dependencia de las importaciones, especialmente en sectores estratégicos como la salud, puede ser extremadamente perjudicial. Los países que no cuentan con una base industrial sólida son más vulnerables a choques externos y a las fluctuaciones del mercado global.
Si bien históricamente se ha pensado en la sustitución de importaciones en términos de bienes manufacturados, también existe un enorme potencial en el sector de servicios. Hoy en día, muchos países dependen de la importación de servicios tecnológicos, financieros y educativos. Desarrollar una industria de servicios robusta es tan crucial como fomentar la producción de bienes.
El mundo está en una transición hacia economías más digitalizadas, y los países que logren desarrollar sus propias industrias de software, tecnología de la información y servicios de alta gama tendrán una ventaja competitiva significativa. Para ello, se requieren políticas que fomenten el emprendimiento, la innovación y la internacionalización de estos servicios.
La sustitución de importaciones, cuando se lleva a cabo de manera estratégica y con una visión a largo plazo, es una herramienta poderosa para desarrollar pymes y reducir la dependencia externa. Sin embargo, es un camino que exige compromiso y una coordinación eficiente entre el gobierno, el sector privado y la educación.
Nos genera preocupación el último discurso del presidente Javier Milei en la presentación del Presupuesto 2025. Entendemos que fue un discurso inocuo, vacío, y con poco contenido para el crecimiento del país. No se contempla ningún ítem para promover la producción, la creación de empleo, ni tampoco como impulsar la actividad económica. Para las pymes el escenario sigue siendo preocupante, entendiendo que la única salida es un proceso de sustitución de importantes y un impulso exportador.
En resumen, el desarrollo de industrias nacionales y la sustitución de importaciones son clave para un futuro próspero y estratégico para nuestro país. Es hora de que nos enfoquemos en fortalecer nuestra base industrial, generar empleo y estimular la innovación y competitividad. Solo así podremos asegurar la salida de esta crisis económica con un crecimiento económico sostenible y protegiendo nuestra soberanía económica.
Para lograr avanzar en este camino es indispensable:
- Establecer políticas de Estado que impulsen y desarrollen la sustitución de importaciones con objetivos claros y metas específicas.
- Invertir en infraestructura y formación profesional para apoyar el desarrollo y consolidación en el proceso productivo de las pymes.
- Crear mecanismos de financiamiento accesibles y asequibles para las empresas nacionales.
Es tiempo de tomar el verdadero control de nuestro destino económico, político y social, para trabajar juntos y construir un futuro próspero y soberano para todos los argentinos.
Presidente Confederación Federal Pyme Argentina. Empresario Pyme Textil
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