13 de diciembre 2025 - 00:00

Reforma laboral: modernizar sin romper el contrato social del trabajo

El debate vuelve a encenderse en torno a cambios clave en las reglas del empleo. El eje no es solo la flexibilidad, sino cómo evitar que el ajuste recaiga sobre la confianza y el equilibrio del vínculo entre empresas y trabajadores.

El proyecto de “Ley de Modernización Laboral” vuelve a poner sobre la mesa temas sensibles: vacaciones, jornada, indemnización por despido y un esquema de fondos.

El proyecto de “Ley de Modernización Laboral” vuelve a poner sobre la mesa temas sensibles: vacaciones, jornada, indemnización por despido y un esquema de fondos.

La Argentina arrastra una verdad incómoda: el trabajo cambió y nuestras reglas corren atrás. En el último año lo repetí en distintos medios y entrevistas: necesitamos una reforma laboral, sí, pero seria, moderna y fuera de la grieta; porque si la reforma es sólo “ahorro de costos”, no crea empleo. A lo sumo redistribuye el miedo.

El proyecto de ley "Modernización Laboral” vuelve a poner sobre la mesa temas sensibles: vacaciones, jornada, indemnización por despido y un esquema de fondos. El desafío no es menor: hacer más formal el mercado sin convertir al trabajador en variable descartable.

Vacaciones: más flexibilidad, con un ancla tradicional

El texto mantiene el período clásico (1 de octubre al 30 de abril), pero habilita acuerdos para salir de esa ventana y, sobre todo, fraccionar las vacaciones en tramos no menores a 7 días. Además, incorpora una regla que me parece razonable: que el trabajador pueda gozar al menos una vez cada tres años vacaciones en temporada de verano.

Esto, bien instrumentado, puede ayudar a sectores con estacionalidad y a personas que prefieren acomodar su vida familiar. Pero ojo: si se convierte en “vacaciones a demanda del empleador”, perdimos el espíritu. La tradición del descanso anual no es un capricho: es salud, productividad y civilización.

Indemnización por despido: el corazón del debate

El proyecto reafirma el esquema de “un mes por año”, pero redefine la base de cálculo: excluye conceptos no mensuales (como SAC y vacaciones) y fija topes, con un piso de que el tope no puede bajar del 67% de la mejor remuneración mensual normal y habitual.

Hasta ahí, técnica. Lo verdaderamente disruptivo es el camino que habilita: por convenio, sustituir indemnización por un “fondo o sistema de cese laboral” y, además, que la indemnización sea “la única reparación” y cierre reclamos extra laborales (salvo ilícitos penales).

Acá es donde digo lo que vengo diciendo: la reforma laboral, por sí sola, no genera un solo puesto de trabajo si no viene con inversión, crédito, previsibilidad y un plan productivo.

Si el mensaje social es “despedir es más barato y además se cierra la puerta a otros reclamos”, el efecto inmediato puede ser desconfianza. Y la desconfianza es el impuesto más caro.

Fondos de Asistencia Laboral (FAL): la idea puede servir, la ejecución decide

El proyecto crea Fondos de Asistencia Laboral financiados con una contribución mensual obligatoria del 3% de la base SIPA, destinados a cubrir obligaciones por extinción, con exclusión expresa del no registrado y con reglas de uso, carencia y control.

A la vez, ofrece un “premio” fiscal: reducción de 3 puntos de contribuciones patronales SIPA para empleadores dentro del régimen, con penalidad si incumplen.

Esto tiene lógica financiera: convertir el “cisne negro” del despido en un costo previsible. Pero no nos engañemos: si se transforma en ingeniería para licuar derechos o para “financializar” el vínculo laboral sin gobernanza clara, termina mal. Tradición no es inmovilidad: es cambiar sin destruir la confianza básica.

Modernizar es inevitable. La pregunta es para qué: si es para formalizar, atraer inversión y ordenar litigiosidad con reglas claras, bienvenido. Si es para “ajustar” sobre el eslabón más débil, será pan para hoy y conflicto para mañana. El país ya conoce ese libreto.

En el fondo, el trabajo es un pacto moral antes que jurídico: si el sistema le promete futuro al que se esfuerza, la economía respira; si le promete incertidumbre, se apaga.

Abogado. Especialista en trabajo y Magister en empleo e innovación judicial. Diplomatura en IA aplicada a la gestión en entornos digitales.

Dejá tu comentario

Te puede interesar