Alberto Fernández está empecinado en mostrar que su Gobierno trabaja en algo más que calmar las heridas que dejan la pandemia y la economía. De ahí que armó una agenda para esta semana con la que intenta mostrar que está pensando en el día después y no sólo en organizar el aislamiento.
Alberto muestra agenda extra cuarentena
El presidente busca mostrar el trabajo con el cual intentará calmar las heridas que dejan la pandemia. El día después incluye las 60 medidas que Matías Kulfas aún negocia sector por sector.
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La negociación de la deuda no es un punto más en esa estrategia, es central y determinante, como se sabe, de cualquier otra decisión que tome el Gobierno.
El ambiente ayer alrededor del Presidente era de un nivel de cautela que contrastaba con el optimismo que el mercado y los medios le daban a la posibilidad de un inminente cierre del acuerdo con bonistas, que finalmente se materializó esta madrugada.
Alberto F. sabía desde hace 24 horas que las chances de un acuerdo estaban más maduras que nunca y que el entendimiento, aun con un reconocimiento mayor del valor neto presente de los bonos, en 54,8 según confiaron los acreedores. No es cuestión de haber aumentado el monto a pagar, sino de adelantar los tiempos.
En ese escenario Olivos ayer dio la orden a todo el Gobierno de mantener cautela: “Esto es así: hasta que no se cierra, no se cierra”.
Mientras los ADR ayer subían 13%, el dólar daba un respiro y BlackRock avisaba que entraría al canje de deuda, el Gobierno pedía paciencia. Incluso en la Casa Rosada se pedía paciencia y hasta se acusaba a bonistas de operar con números una definición que aún tiene por delante algunos días de ajuste fino en cláusulas y condiciones.
Hoy, de todas formas, deberá haber movimiento por parte del Gobierno.
El anuncio por el canje no podrá estar revestido de una arquitectura humilde: el cierre de la negociación de la deuda es, de hecho, la noticia excluyente que le puede permitir a Alberto Fernández pensar en un relanzamiento de su Gobierno. Toda otra opción (aunque se mencionen caminos alternativos con el FMI) promete horizontes oscuros.
Mientras tanto, Alberto F. quiere sacarse de encima el traje de presidente de la crisis y comenzar a mostrar medidas de salida. Aun no está claro cómo funcionarán esas 60 medidas que Matías Kulfas aún negocia con cada sector (ver nota aparte); ni siquiera puede considerarse a ese paquete como un plan económico, que toda la economía le pide al Gobierno.
Sin definirse aún en esos temas Alberto F. se rodeó de una agenda que comenzará hoy con el anunciado relanzamiento del plan Procrear con unos $25.000 millones e inversión, seguirá con una foto junto al Consejo Agroindustrial y reservó para el jueves una reunión con la Unión Industrial.
Los hombres del Consejo Agroindustrial ya vieron a Cristina de Kirchner la semana pasada. La cara visible del grupo es José Martins, pero allí hay que seguir de cerca a dos integrantes: Gustavo Idígoras (por los aceiteros) y Roberto Domenech (por los polleros) histórico de confianza de la vicepresidenta.
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