17 de septiembre 2007 - 00:00

Aunque disperso, sigue bipartidismo en el país

La dispersión de votos que provocará la moda de las «listas colectoras» en todo el país y el fenómeno de la aparición con más fuerza de los liderazgos locales no alcanzaron de todas formas a modificar completamente el panorama político argentino, con dos grandes partidos en el horizonte. Aunque los votos luego puedan demostrar lo contrario, si, por ejemplo, Elisa Carrió termina posicionándose por encima de Roberto Lavagna, hoy sólo dos fuerzas pudieron presentar lista en prácticamente todas las secciones electorales del país: el gobierno y la coalición lavagnista-radical. En este último caso, derrotada y licuada entre originales, kirchneristas y pro Lavagna, la UCR le aportó al ex ministro una representación y fiscalización en todo el país sólo comparable a la que tendrá Cristina de Kirchner.

Es precisamente ese entramado de intendentes en todas las provincias casi lo único útil que le queda a la UCR como partido, lo que no pudieron empatar otros, como el caso de la Coalición Cívica de Carrió, que no lleva candidato a gobernador en Misiones, Jujuy ni Santiago del Estero.

De hecho, en la provincia de Buenos Aires, de las 134 secciones electorales, el ARI cubrió candidatos en 70, mientras que la UCR lo hizo en 130, claro que eso no justifica resultados.

En el resto del país, sólo el gobierno y la UCR cubren todos los cargos, aunque sea con ayudas:

En Buenos Aires, la UCR va junto a SOJUS (la concertación para una Sociedad Justa, el peronismo ex duhaldista no oficial), en Catamarca armó con el Frente Cívico y Social, el MID y el Frente una Catamarca Avanzada.

Lo mismo sucede en la Capital Federal, donde el agónico radicalismo tuvo que compartir escenario con la lista de UNA, que lleva para senador a Abel Posse y diputado a Alberto Coto; y con el macrismo, que llegó enmascarado tras la candidatura a senador de Juan Alterini.

En Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Luis, San Juan, Santa fe, Santa Cruz, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y hasta Tucumán, se repiten alianzas similares, donde cambian los componentes de la ecuación (UCR, MID, SOJUS y hasta PRO), pero cubriendo la totalidad de los cargos.

De todas formas, hay algunas diferencias entre ese entramado y el que sostiene el kirchnerismo en todo el país. Por ejemplo, los problemas internos. Mientras el oficialismo realineó fuerzas en todos los distritos, a la alianza lavagnista-radical sigue costándole controlar las crisis provinciales.

Un caso típico es el de Corrientes. La UCR no participará finalmente de las elecciones provinciales que se realizarán el 30 de setiembre, después que el Superior Tribunal de Justicia resolvió rechazar el planteo formulado por el interventor del distrito, José Luis Bellia, de incorporar al radicalismo al Frente de los Correntinos.

Así, por primera vez, la UCR no participará de la elección a gobernador, una situación que se generó a partir de una división en dos en el seno de la UCR: la que lidera el actual gobernador, Arturo Colombi, y la que encabeza su primo, el ex gobernador y actual diputado nacional Ricardo Colombi.

Mientras el sector oficial pretendía mantenerse dentro del gobernante Frente de Todos, la línea de Ricardo Colombi apoyó la intervención y se alió con sectores liberales y fuerzas políticas minoritarias.

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