El ex suboficial de la Policía Jorge Bacigalupo que tuvo en su poder los “cuadernos” del ex chofer del Ministerio de Planificación Oscar Centeno presentó un escrito ante el juez rechazando haber sido el autor de las inscripciones, en el marco de la causa que instruye Marcelo Martínez De Giorgi a instancias de la denuncia del empresario Armando Loson.
Bacigalupo dijo que si se hubieran enmendado los “cuadernos” igual no habría delito
En un descargo ante la justicia negó haber hecho inscripciones en las anotaciones de Centeno. Pero afirmó que si se hubieran insertado nombres y fechas no sería punible por ser simples “apuntes”.
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“Niego rotundamente”, aseguró el imputado que fue quien habría facilitado los cuadernos al periodista de La Nación Diego Cabot en relación a la acusación por la que fue llamado a indagatoria por haber “modificado” varios pasajes de los escritos, como fue corroborado con un peritaje oficial. “Supongamos -siempre en el campo de lo hipotético- que el suscripto es el que ha realizado las enmiendas y correcciones sobre los cuadernos en una fecha anterior ante la presentación a la justicia de los mismos”, indicó en un segundo apartado.
“La circunstancia de haber realizado enmiendas y correcciones sobre simples anotaciones llamadas hoy Cuadernos no hace a su autor pasible de reproche penal alguno por no encuadrar esa conducta en un tipo penal”, subrayó Bacigalupo en su corto escrito.
Justificó esa interpretación en que antes de que fueran dados a conocer, es decir antes de que el fiscal Carlos Stornelli los utilizara como impulso de su investigación, “no eran elemento probatorio”, sino que “se trataban de simples apuntes en cuadernos escolares” que no tenían correlato con ningún expediente.
Pero Bacigalupo fue más allá en su escrito y agregó que si incluso esas correcciones o anotaciones hubiesen sido hechas por instrucción de alguien para perjudicar a Loson (que no llevó adelante obra pública) -siempre en el terreno de conjeturas- no alcanzaría para explicar por qué se imputó, proceso y llevó a juicio al empresario. Agregó que esto fue no por sus eventuales modificaciones sino por “profusa y vehemente prueba” que obraría en el expediente.
Apeló así a que los cuadernos fueron un indicio más y que la intención de Loson era sepultar la causa pese a la “categórica” prueba de ilícitos de los que no se privó de opinar, al pedir el archivo de la denuncia en su contra por haberlos manipulado. Todavía está pendiente el peritaje sobre sus aparatos electrónicos y de comunicaciones pero Bacigalupo le exigió al juez que lo desvincule y que cierre la causa que busca investigar si alguien alteró los escritos en 1600 oportunidades según arrojó el peritaje.
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