3 de julio 2008 - 00:00

Blindada, Cristina llamó a no pelear por "unos dólares"

Cristina de Kirchner, Florencio Randazzo, Daniel Scioli y Héctor Icazuriaga, ayer sonrientes en Chivilcoy, en el regreso presidencial a la pampa sojera.
Cristina de Kirchner, Florencio Randazzo, Daniel Scioli y Héctor Icazuriaga, ayer sonrientes en Chivilcoy, en el regreso presidencial a la pampa sojera.
El blindaje fue efectivo: un contrapiquete mantuvo a Cristina de Kirchner a salvo de los chacareros y, al atardecer, la Presidente suspiró con alivio. En su tardío regreso a tierra bonaerense, a pampa rural, logró evitar un escrache de productores.

Su presencia, luego de 100 días de conflicto con el campo -durante los que excluyó metódicamente los destinos rurales-, en un distrito ubicado en plena zona sojera, mantuvo en alerta al gobierno por temor a una ruidosa protesta que fue menos áspera que lo esperado.

En Chivilcoy, bien escoltada por Héctor Icazuriaga, jefe de la SIDE, y Florencio Randazzo, ministro del Interior -ambos oriundos de esa ciudad-, y por un sigiloso pero vasto operativo de seguridad que incluyó hasta a gendarmes, la mandataria superó el susto.

La Casa Rosada había seguido con atención el episodio porque lo entrevió, luego del ataque del martes a Daniel Scioli en Olavarría, como un ensayo de cómo se podrían comportar los productores ante la probable ratificación de la Resolución 125 en el Congreso.

Por la mañana, Juan José Ascheri, titular de la Sociedad Rural local, prometió «más de 1.500 personas» y no descartó posibles incidentes. «No puedo controlar a todos, y acá hay un clima de mucho malestar porque cada vez que la presidenta habla, nos agrede», avisó.

Ascheri denunció, además, que a la madrugada llegaron al distrito colectivos con unos «500 gendarmes» para montar un operativo de custodia en torno a Cristina de Kirchner. En el tumulto había algunos protagonistas conocidos: entre ellos, los ex intendentes, radicales ambos, Juan Manuel Cañone y Rodolfo Bardengo.

Los 250 productores se reunieron en las afueras del Parque Industrial donde la Presidente inauguró dos plantas y como quedaron lejos, decidieron marchar hacia la municipalidad a expresarle su malestar a Adrián Franetovich, alcalde de Chivilcoy.

La mandataria no pudo estar ajena a ese ruido. « Hombres como Ariel, que han sabido enfrentar la intolerancia, la falta de comprensión, el agravio, que tanto daño han hecho a los argentinos», elogió al intendente, que responde al ministro Randazzo.

  • Definición

    «Yo les pido -siguió- en nombre de tanta tragedia que se ha vivido en el pasado, en nombre de tanta gente que ya no está, que por favor no levanten más la mano contra otro hermano, ni insulten a un vecino o a un amigo, que no vale la pena que por un puñado más o menos de dólares nos enfrentemos.»

    Toda una definición: el «puñado de dólares» al que hizo referencia son, según datos del propio gobierno, 1.700 millones de dólares. El propio Randazzo mencionó esa cifra cuando acusó al campo de que su disputa con el gobierno tenía como eje «la plata».

    El llamado a terminar con los «enfrentamientos» se explicó por los incidentes de Olavarría, donde Scioli y un grupo de intendentes del FpV fueron agredidos por productores autoconvocados. Ese fantasma sobrevoló la visita de la Presidente a Chivilcoy.

    Scioli, allí presente, agradeció la gentileza que no habían tenido antes: el helicóptero del gobernador llegó tarde y el bonaerense tuvo que caminar unos 500 metros hasta el escenario porque la Presidente se había llevado la trafic.

    Con los productores portones afuera, el oficialismo permitió que más de 5.000 personas -la organización habló de 10.000- participen del acto. En apoyo al gobierno, claro. Eso debía garantizar Randazzo, cacique local ahora con despacho en Casa Rosada. El conciliador tono presidencial se apoyó, sin embargo, en un vocero inesperado: Marcelo Celentini, responsable en la Argentina de GKN, la autopartista que amplió su planta y justificó la presencia de la mandataria, que también inauguró una pyme láctea.

    «Cuando en los 90 las empresas cerraban, nosotros no fuimos en 4x4 a cortarle la ruta a nadie. Claro... -hizo el empresario una pausa teatralno teníamos 4x4». La Presidente sonrió con el comentario y luego lo elogió en su discurso.
  • Dejá tu comentario

    Te puede interesar