Un fantasma del pasado K, acecha en el presente

Alejandro Vanoli

Alejandro Vanoli

Foto: Noticias Argentinas

Completar todos los cargos que implica la asunción de un gobierno no es tarea fácil. Esos mas de 6.000 puestos tardan normalmente en cubrirse, pero en este caso y en parte demorado por la pandemia, el retraso es importante al punto que muchos funcionarios macristas en empresas públicas aún seguían en sus cargos a fines de abril y cobrando interesantes salarios porque no les llegó el reemplazo.

Junto con ese comentario una anécdota oportuna y risueña circuló en algunos despachos oficiales la semana de la eyección de Alejandro Vanoli de la ANSES por desavenencias varias. Podría haber sido un motivo más para su cese, reflexionaban con sorna quienes se enteraron de que la ministra de Justicia, Marcela Losardo, recibió, hace pocos días, en el estudio que compartía con el presidente Alberto Fernández, una cédula de notificación por una demanda que le había entablado la CNV por su rol como directora del Estado en Papel Prensa. Los hechos databan de una década atrás, cuando en 2010 arreciaba la guerra entre el kirchnerismo y el monopolio Clarín, socio junto a La Nación en la única imprenta de papel para diarios.

Fernández era demandado junto a todos los directores del Estado en una acción impulsada nada menos que por el “antiguo” Vanoli desde la CNV, seguramente sin imaginarse que Fernández iba a retomar su relación con el kirchnerismo y mucho menos que iba a consagrarse primer mandatario.

La citación judicial -botón de muestra de la burocracia estatal- no solo llega con una década de retraso, sino que impone al mandatario la advertencia de que podría ser declarado en “rebeldía” si no concurre, algo que sería gracioso si no fuese ridículo.

Pareciera que el fantasma del pasado K más virulento logró sortear la barrera del tiempo para ser una metáfora del presente.

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