25 de junio 2008 - 00:00

Con paraguas K arman en Tucumán una cumbre paralela del Mercosur

Chacho Alvarez
Chacho Alvarez
Luego de tres ediciones opacas, en Asunción, Brasilia y Montevideo, con amparo y auspicio de la Casa Rosada, el encuentro de presidentes del Mercosur verá renacer, sin la furia de otros tiempos, las cumbres sociales paralelas a la cita oficial.

Por etapas, primero en Buenos Aires y luego en Tucumán, unos 450 delegados sureños se reunirán para revisar la agenda social del Mercosur. Fue una de las premisas que fijó la Cancillería para poner en marcha durante la presidencia pro témpore que ocupa Cristina de Kirchner.

El encuentro tendrá algunos datos curiosos: además de la bendición presidencial, habrá un espacio para enzalsar a Fernando Lugo, obispo paraguayo, recientemente electo presidente, festejado por la progresía continental como su última captura política.

De hecho, al final de la contracumbre -que se extenderá entre el 27 y el 29 de junio, antes de que comience el encuentro de presidentes-, se espera una cita con la mandataria argentina y otro con el paraguayo a pesar de que, todavía, no es presidente en funciones.

El otro elemento llamativo es que la mesa principal será una melange: junto a Chacho Alvarez, y a Oscar Laborde -coordinador de la cumbre- se sentará Gerardo Martínez, líder de la UOCRA, y coordinador del Foro Consultivo Económico y Social del Mercosur.

Milagros del kirchnerismo: un peronista librepensador, dos ex PC -también estará el subsecretario de Relaciones Económicas de la Cancillería, Eduardo Sigal- y un ortodoxo compartirán panel para discutir sobre un bloque regional social y productivo.

Para completar estarán José «Pepe» Pampuro, que preside el Parlasur, y el gobernador anfitrión, José Alperovich, que tiene como funcionario a José Vittar, un chachista que encontró cobijo en el gobierno de un radical peronizado por Eduardo Duhalde.

La ronda sumará otros actores: estará la cristinista Magdalena Faillace, representante especial para temas de la mujer y del ambiente internacional; el intendente Martín Sabbatella y, al cierre de la primera inicial, Jorge Taiana, patrocinante del encuentro.Del exterior, llegarán el diputado del Frente Amplio Roberto Conde; el paraguayo Víctor Hugo Peña Bareiro; Luiz Dulce, secretario general de la Presidencia de Brasil y, entre otros, Marcos Carámbula, intendente uruguayo a cargo de la Red de Mercociudades.

La contracumbre, con pretensiones de reinstalar el debate social luego de varias cumbres opacas y con encuentros de presidentes contaminados por problemas bilaterales será, además, un escenario oportuno para el regreso a escena de Chacho Alvarez.

El ex vicepresidente oscila, todo el tiempo, entre relanzarse en política y seguir, a la distancia, jugando al opinador ilustrado.

  • Costos

    Este rol le acarreó costos: un puñado de frases suyas en la Feria del Libro, sembraron tempestades en la Casa Rosada.

    Alvarez cuestionó que el kirchnerismo no puede apostar a «la mística» si sus aliados en el PJ son figuras desgastadas. Esas palabras, casi de analista ajeno, de librepensador, no cayeron nada bien en los Kirchner que le hicieron llegar el mensaje de malestar.

    Por eso, unos días después, Chacho armó un encuentro en el Nacional Buenos Aires e invitó a Roberto Feletti y Roberto Frenkel. Lo pensó como una vidriera para pronunciar algunos comentarios a favor de la Casa Rosada pero falló: Frenkel desgajó un menú de críticas tan duras que el inventor del Frepaso apenas si pudo matizar esas referencias.
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