La derrota legislativa, el control opositor de la agenda, el posible impacto fiscal, la movilización masiva que eludió los protocolos: el Gobierno nacional tiene motivos para inquietarse después de la última sesión en Diputados. Sin embargo, la principal advertencia se la dieron sus habituales aliados, que no ratificaron su apoyo para blindar los vetos a la ley de financiamiento universitario y la emergencia en salud pediátrica. El mensaje es claro: si quiere conservar un tercio del recinto, tiene que volver a negociar.
Los gestos de Javier Milei en la presentación del Presupuesto, en donde incorporó la agenda legislativa precisamente en materia educativa y sanitaria, y el reparto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) que Casa Rosada ejecutó esta semana a cuatro provincias no fueron suficiente para aplacar el malestar que provocó en las provincias el veto previo, precisamente, a la ley que habían impulsado para generar una distribución automática de fondos a los 24 distritos.
La iniciativa para revertir la decisión de Javier Milei será tratada este mismo jueves en el Senado, en donde la expectativa oficialista es tener otra derrota porque se encontrarán nuevamente con la confrontación de provincias y exaliados. Fueron esos votos los que terminaron por destrabar en Diputados las votaciones, que finalizaron con 181 votos a favor y 60 en contra en el caso de la emergencia en salud pediátrica; y 175 a favor y 67 en contra para los fondos universitarios.
Una expresión concreta del alejamiento de aliados fue el del bloque de Innovación Federal, que nuclea las voluntades de las gobernaciones de Salta, Misiones y Río Negro: sus ocho miembros, que habitualmente acompañan a La Libertad Avanza, votaron contra los vetos. Lo mismo ocurrió con las legisladoras sanjuaninas (Picón y Moreno) de Producción y Trabajo o la representante más cercana (Romero) al mandatario de Chubut, que forma parte del bloque del PRO. El apoyo del oficialismo correntino es algo con lo que Casa Rosada ya no cuenta y la Presidencia de la Cámara de Diputados sostiene que soltó las negociaciones para esta sesión.
Votación contra vetos Festejos Diputados
El peronismo apoyó un centenar de votos a revertir los vetos presidenciales.
Mariano Fuchila
Incluso aquellos diputados alineados con gobernadores que conformaron una alianza con La Libertad Avanza para las elecciones de octubre no se sumaron al blindaje del veto, que un sector del PRO acompañó en soledad. El entrerriano Morchio (ausente en las dos votaciones), el chaqueño Cipolini (misma posición) y los mendocinos Nieri y Verasay (que apoyaron el financiamiento universitario y se ausentaron a la hora de votar la emergencia en salud pediátrica) fueron expresiones concretas de la sensibilidad que provocaban ambos temas y cómo interpela el tema a los legisladores -algunos de ellos, docentes universitarios-.
Pero la sangría libertaria no se circunscribió a sus alineados provinciales, sino que también se trasladó a las terminales legislativas que sostuvo durante un año y medio desde el inicio de su gestión. Casos sorpresivos fueron los del MID, presidido por Oscar Zago, o el de los bullrichistas santafesinos de Futuro y Libertad. No llamó la atención la postura contra el veto de los libertarios exiliados en Coherencia por su enemistad con Martín Menem. Incluso tres miembros de La Libertad Avanza se ausentaron: Bonacci, Klipauka y Arancibia. Entre todos, suman 12 votos: demasiadas fugas para una votación con tanta paridad.
Aunque logró mantener cerca a la bancada de Por Santa Cruz, que responde al mandatario Vidal y le suele ofrecer un voto a favor y uno en contra a la postura libertaria, el oficialismo no sostuvo tampoco unanimidad de los respaldos de los radicales libertarios, que salieron de su bloque el año pasado para apostar por el proyecto de Javier Milei y en una sesión crucial se mostraron divididos: Arjol votó a favor del proyecto universitario, mientras que Tournier y Campero respaldaron la emergencia sanitaria.
Dentro del PRO, Silvia Lospennato -rival de Adorni en la elección porteña- se sumó a la oposición en las dos votaciones provocando un conflicto a cielo abierto en el bloque: su compañero Alejandro Finocchiaro la aludió al insinuar que "algunos colegas podrían sin pudor cruzar hacia las gradas de enfrente donde habita la alegre banda populista que quiere tumbar a este gobierno”. Por su parte, María Eugenia Vidal apoyó el presupuesto para el Garrahan y se abstuvo en el financiamiento académico, ley que respaldó Germana Figueroa Casas. ¿Se abre un nuevo período en la bancada amarilla desde diciembre?
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