23 de mayo 2008 - 00:00

Diputados K inician ya éxodo del bloque

Graciela Camaño
Graciela Camaño
La gran duda en el bloque de Diputados del Frente para la Victoria es si los legisladores que no concuerdan con la política agropecuaria de la Casa Rosada serán expulsados por su jefe Agustín Rossi o si se irán solos de la bancada oficialista.

Lo cierto es que al menos una decena de diputados kirchneristas díscolos de la región centro del país entre los que figuran los cordobeses Jorge Montoya y Beatriz Halak -ya ni siquiera asisten a las reuniones del bloque-, los bonaerenses Felipe Solá y Adriana Puiggrós, el fueguino Rubén Darío Sciutto, los salteños Zulma Daher y Susana Canela y los entrerrianos Gustavo Zavallo, la ex primera dama provincial María Cremer de Busti y María Petit ya están ultimando los detalles de su desvinculación del oficialismo en el Congreso.

Estos diputados, disconformes con la aplicación de las retenciones móviles que, según ellos, asfixian a los pequeños y medianos productores de sus distritos, evalúan la creación de un subloque PJ por fuera del Frente para la Victoria. El malestar dentro de la bancada ya fue anticipado por este diario y en la última reunión del bloque oficialista, integrada por unos 140 diputados, apenas asistieron 50. Casi todas las sillas de la sala de la presidencia kirchnerista en la Cámara baja quedaron esta semana vacías.

  • Colapso

  • «Esto es una cagada», fue otra de las expresiones, correspondiente a la peronista bonaerense Graciela Camaño, que refleja el colapso del kirchnerismo en Diputados. La presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales se refirió así al proyecto de ley que el oficialismo votó dividido para crear un sistema de corresponsabilidad gremial para evitar la evasión de aportes sociales a los trabajadores rurales. El malestar de la diputada, esposa del sindicalista opositor Luis Barrionuevo, se fundaba en el hecho de que el proyecto descentralizaba la caja sindical al autorizar a cualquier entidad de trabajadores o empresarios con representación gremial a actuar como agente de retención de los beneficios sociales de los trabajadores del campo. El proyecto golpea sobre todo al titular de Renatre, Gerónimo Venegas, titular de las 62 Organizaciones Peronistas y uno de los principales sostenes del kirchnerismo en el mundo sindical.

    Los diputados rebeldes del Frente para la Victoria rechazan sobre todo que se los tilde de oligarcas, golpistas o antiperonistas por querer abrir el debate y el diálogo dentro del kirchnerismo. Por eso, antes de ser expulsados por el santafesino Rossi -quien el miércoles en plena sesión recibió un llamado a su teléfono celular del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, para ordenar que se votara el proyecto de corresponsabilidad gremial con las modificaciones introducidas por el Senado- la semana que viene se reunirán para conformar un bloque aparte.

    La prioridad de los díscolos kirchneristas es apiñarse en una bancada con identidad peronista. Sin embargo ayer, en diálogo con este diario, no descartaban incluso sumarse a la bancada rural de legisladores radicales, socialistas, adolfistas y de la Coalición Cívica de la zona centro para rechazar la política agropecuaria del gobierno y la aplicación de retenciones móviles.

  • Identificación

    Los diputados kirchneristas no se identifican con la Sociedad Rural de Luciano Miguens ni con la Federación Agraria de Eduardo Buzzi sino con los pequeños productores autoconvocados de sus provincias que exigen una solución a la falta de rentabilidad de su actividad ante el aumento de los precios de los fertilizantes y los agroquímicos.

    Pero se quejan de que, con comisarios políticos de la Casa Rosada como Carlos Kunkel y Carlos «Cuto» Moreno» dentro del bloque, no existe la más mínima posibilidad de disenso sin ser tildados de antiperonistas y traidores al modelo.

    E.R.
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