23 de enero 2003 - 00:00

Duhalde lanzó ayer "saboreo Kirchner"

Duhalde lanzó ayer saboreo Kirchner
Eduardo Duhalde organizó algo que, con gran sentido del humor, uno de sus gerentes políticos denominó «degustación de 'Lupín'». «Lupín», casi nadie lo ignora, es el apelativo cariñoso que recibe Néstor Kirchner. Lo de «degustación» se refiere a que será presentado a distintos grupos del aparato duhaldista. Es comprensible, antes de apoyarlo en la carrera contra Carlos Menem muchos dirigentes que reportan a la Casa Rosada quieren conocerlo personal-mente. Los encargados de la exhibición serán José Pampuro y Juan Carlos Mazzón, responsables de la cocina presidencial. La idea es que al candidato oficial del gobierno comiencen por conocerlo los que deben ser sus predicadores en distintos rincones de la provincia de Buenos Aires y del resto del país. Una vez concluida esa gira «técnica» se lanzará una campaña mediática para verificar si Kirchner logra remontar en las encuestas.

Como la caridad empieza por casa, la primera gentileza de Duhalde estará dirigida a la dirigencia bonaerense. La cita se hizo anoche, en territorio del candidato, la casa de Santa Cruz en la Capital Federal. Hasta allí llegó un grupo de duhaldistas de paladar negro encabezados por Pampuro, José María Díaz Bancalari, Baldomero Alvarez, Hugo Curto y Oscar Rodríguez. Parte de la discusión venía anoche precocida. En la residencia del gobernador bonaerense, en La Plata, Felipe Solá recibió ayer a caudillejos del duhaldismo como Juan José Musi, Manuel Quindimil, Hugo Curto, Miguel Cariglino y Luis Descalzo.

Los capitanes del PJ bonaerense están desalentados con Kirchner. Sin ir más lejos, anoche lo primero que le escucharon como aporte es que hoy habría un pronunciamiento sorpresa en su favor. Todos pensaron en «Lole» Reutemann o alguien por el estilo. Pero en la casa de Santa Cruz se sorprendió a la audiencia con que el aval vendría del pianista Miguel Angel Estrella, a quien no se promueve por sus virtudes delante del teclado -discutidas por los críticos-sino por su condición de ex detenido-desaparecido. Curto, cuando escuchó la novedad, fingió emocionarse. Pero siguió comiendo.

La conversación en lo de Kirchner transitó por pasajes más inquietantes para los invitados. Comenzó a insinuarse el debate sobre la identidad del candidato a vice, que los bonaerenses quieren surgido de sus propias filas. Más allá de las mediciones que realizará Duhalde, a los Kirchner les sigue gustando más Alberto Ballestrini, intendente de La Matanza, proclive al izquierdismo, como ellos. Hubo danza de nombres, desde Alfredo Atanasof hasta Julio Alak, pasando por Juan José Alvarez.

• Peripecias

En la mesa servida anoche se comentaron algunas peripecias de la vida política del partido en la provincia. Los mejor informados ya sabían que Adolfo Rodríguez Saá estuvo reunido con sus propios bonaerenses en Mar del Plata. Y que, cuando advirtió que Aldo Rico estaba apurado por armar su Partido Laborista, comentó: «No se apuren tanto, ¿o ustedes creen que va a haber elecciones el 27 de abril?». Nadie le comentó estas sospechas a Kirchner; sólo se dijo que Rico habló de que ya tiene dos compromisos asumidos en la provincia. Uno con Osvaldo Mércuri, a quien le habría ofrecido la candidatura a vicegobernador. Otro con Raúl Othacehé, quien pretende competir por la senaduría nacional.

Todo el duhaldismo está recorrido hoy por la incertidumbre acerca del verdadero juego de Duhalde pero nadie lo confesó en la mesa. Sí se habló de una encuesta de Julio Aurelio que halagó ayer al Presidente, en la que se consigna que el gobierno nacional tiene aceptación en 30% de los consultados. Es un dato alentador para una gestión que no consiguió hasta ahora tener un proyecto electoral promisorio.

Kirchner se mostró participativo, ayer, con los bonaerenses. E intentó convencerlos de que él abrirá las puertas -y el organigrama-de su gestión si llega al poder. Sin embargo, la mayor parte de los duhaldistas confía en que su jefe los llevará en la lista de diputados al Congreso, como el propio Presidente pro-mete ya a los ministros (hasta a Jorge Matzkin lo convertirán en «bonaerense» para darle fueros).

La «degustación» que comenzó anoche en la casa de Santa Cruz seguirá hoy con una comida con los gobernadores que adhieren a la Casa Rosada. No son tantos. Eduardo Fellner (socio de Mazzón) y Gildo Insfrán, a regañadientes. Julio Miranda no quiere aproximarse, en parte porque teme el maltrato de los Kirchner, en parte porque sus principales seguidores en Tucumán juran lealtad a Menem. Finalmente, mañana, el turno será de los «Sin techo». Senadores que representan a provincias en las que no gobierna el PJ, encabezados por José Luis Gioja. Son el público más esquivo para «Lupín»: se trata de víctimas de las mortificaciones impuestas por su esposa Cristina a lo largo de la ya extensa carrera parlamentaria de la candidata a primera dama.

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