25 de febrero 2005 - 00:00

Formalizan rechazo de obispo

Una corta y fría reunión mantuvo ayer el Canciller Rafael Bielsa con el nuncio apostólico (embajador del Vaticano) en la Argentina, Adriano Bernardini. Durante el breve encuentro de 20 minutos Bielsa le entregó la carta del gobierno argentino en la que solicita el retiro del obispo castrense, monseñor Antonio Baseotto, por sus duras expresiones en contra del ministro de Salud, Ginés González García, debido a su defensa del aborto, un tema que encoleriza a la Iglesia, fundamentalmente a Roma, desde donde partieron los mayores apoyos al vicario de las Fuerzas Armadas. Del encuentro también participó el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, y Bernardini se limitó a «tomar nota» de la entrega y elevarla a la curia.

Una cita similar se produciráhoy en el Vaticano entre el embajador argentino ante la Santa Sede, Custer y uno de los secretarios de Monseñor Angelo Sodano, secretario de Estado del Papa, que no podrá estar presente en la reunión debido al delicado estado de salud del santo padre.

En sectores eclesiásticos argentinos se considera que el conflicto no tiene precedentes en la historia reciente en la Argentina y sólo se registra un antecedente en 1955, cuando el presidente Juan Perón expulsó y obligó a su exilio a los entonces monseñores Tato y Novoa. Pero el hecho ocurrió tres meses antes de que se produjera la Revolución Libertadora, y el nuevo gobierno militar, obviamente, revocó la medida normalizando las relaciones con la curia romana. Un episodio similar había ocurrido en 1884 durante el mandato del presidente Julio Argentino Roca, quien expulsó al nuncio apostólico, monseñor Mariano Matera.

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