26 de marzo 2024 - 15:48

La firma del contrato por los cazas F-16 se realizará en Dinamarca a mediados de abril

El ministro de Defensa Luis Petri formalizará la compra de las aeronaves. El Gobierno deberá desembolsar u$s650 millones. Milei refuerza vínculo con Estados Unidos y pone freno a China.

Los cazas F-16 no tienen partes originarias del Reino Unido que aún mantiene un cepo inexplicable a la exportación de material y equipos militares a la Argentina. 

Los cazas F-16 no tienen partes originarias del Reino Unido que aún mantiene un cepo inexplicable a la exportación de material y equipos militares a la Argentina. 

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Los aviones caza supersónicos pertenecen a la Fuerza Aérea Real de Dinamarca, están en condición de vuelo y pasarán a integrar la dotación de la Fuerza Aérea Argentina que recupera una capacidad perdida en 2015, luego de la desprogramación del Mirage.

El trámite con formato sui generis de carta de intención con cierto rigor de expediente vinculado al contrato, se cumplió en el edificio Libertador, sede del ministerio de Defensa. Fuentes al tanto del acto administrativo dijeron que se habría inicialado el contrato. Es un paso firme y definitivo que sella el compromiso de compra de las aeronaves danesas por un monto de alrededor de 650 millones de dólares: 340 millones en aeronaves, repuestos, utilajes, bancos de prueba y herramientas y 310 millones para el armamento norteamericano.

El próximo pasoserá en Dinamarca a mediados de abril, allí Petri firmará el contrato, lo acompañará el jefe del Estado Mayor Conjunto brigadier general Xavier Isaac y el jefe de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier mayor Fernando Mengo. Antes el país tiene que desembolsar 30 millones de dólares de anticipo -decisión administrativa del jefe de gabinete Nicolás Posse- y con eso se pondrá en marcha el cronograma de entregas de las aeronaves y equipamiento complementario.

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El ministro de Defensa Luis Petri y su par de Dinamarca Troels Lund Poulsen firmaron la carta de intención por la compra de los 24 F-16.

El ministro de Defensa Luis Petri y su par de Dinamarca Troels Lund Poulsen firmaron la carta de intención por la compra de los 24 F-16.

El escenario optimista indica que este año se entregaría un aparato para entrenamiento en tierra, en 2025 arribarían al país dos monoplazas y cuatro biplazas, luego seis monoplazas en 2026, dos más en 2027 junto a los cuatro biplazas restantes y los seis monoplazas que completan el lote en 2028. El ritmo de las entregas lo marcará el cumplimiento fiel del plan de pagos por parte de Argentina.

La operación se financia a un 2%, una tasa beneficiosa otorgada por la intervención del Foreign Millitary Financing (FMF) un programa de asistencia de la Agencia de Seguridad y Cooperación para la Defensa del gobierno de los EE.UU., a través del cual determinados gobiernos extranjeros elegibles (aliados) adquieren equipamiento, servicios y entrenamiento al gobierno de EE.UU.

Washington tuvo un rol determinante, el Congreso y la administración de Joseph Biden dieron su aprobación a la transferencia de las aeronaves a la Fuerza Aérea Argentina. Un trámite formal que se cumple cada vez que un equipo militar sensible fabricado en los Estados Unidos pasa a manos de terceros usuarios. La decisión tiene implicancia geopolítica, confirma el interés de los Estados Unidos en mantener su base industrial de defensa vinculada a clientes del hemisferio y con ello la doctrina estratégica de uso de esos medios. Además cerró el paso a la influencia de China en el mismo andarivel.

Beijing era el competidor directo con el caza Thunder JF-17, una puerta de acceso era la oferta del aparato y la posibilidad de transferir tecnología además de armamento irrestricto. El contrato de armamento para los F-16 se hace con el proveedor, los Estados Unidos, incluye misiles AIM-9X Sidewinder (corto alcance), AIM-120D AMRAAM (alcance medio) y armamento aire-superficie, entre otros, aunque se sabe que hay más sistemas de armas no liberados a la divulgación pública. La otrora dependencia del veto inglés quedó sin efecto.

Los cazas F-16 no tienen partes originarias del Reino Unido que aún mantiene un cepo inexplicable a la exportación de material y equipos militares a la Argentina a 42 años de la finalización del conflicto del Atlántico sur. Contar con el caza F-16 además de los Orión, aviones de exploración marítima adquiridos a Noruega, ambos productos del grupo fabril Lockheed Martin brinda una oportunidad para el desarrollo tecnológico de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA).

La planta cordobesa, concesionada a Lockheed Martin en los 90 conserva la vinculación técnica, personal capacitado en servicios de modernización y mantenimiento a otro avión de Lockheed Martin, el C-130 Hércules y está habilitada para ofrecer upgrade de Hércules a otros clientes militares.

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