La presentación de Cristina Kirchner, anoche, en el acto de lanzamiento de la nueva conducción del PJ Capital, constituye un primer paso, casi técnico, en la operación montada desde Olivos para postular a la primera dama como la candidata del oficialismo para las elecciones bonaerenses del 23 de octubre. De esta fase preliminar del proselitismo metropolitano depende una cadena de decisiones. Entre ellas, el tipo de configuración que tendrá la lista oficial en la Ciudad de Buenos Aires y su consecuencia inmediata, la nueva composición del gabinete nacional. A continuación, se ofrece un mapa de toda la maniobra.
Como se observó en este diario muy temprano,el gobierno llevará adelante su campaña-electoral de este año sobre un supuesto principal de la política argentina, que quedó instalado en 1997, cuando Graciela Fernández Meijide se impuso sobre Chiche Duhalde en las elecciones legislativas de aquel año. Esa premisa es que existe un electorado metropolitano que no tiene distinciones culturales ni políticas a uno y otro lado de la avenida General Paz. Es decir, hay un público en el primer cordón del conurbano bonaerense que forma su imagen del país según los criterios y modas que se divulgan desde la Capital Federal. Ese conjunto de votantes ya no responde a alineamientos partidarios, sino que se manifiesta en cada elección según preferencias que se modelan más en los medios de comunicación que en las instituciones tradicionales de la política. Para esos votantes bonaerenses son determinantes la agenda y el elenco de candidatos que predominen del otro lado del Riachuelo. La víctima principal de este juego es Eduardo Duhalde, cuyo sistema de poder resulta cada vez menos eficiente para seducir a ese electorado. El caudillo de Lomas suele confesar: «Ni yo entiendo a los porteños ni los porteños me entienden a mí». Pero en las dos últimas disputas por la gobernación bonaerense debió buscar a sus candidatos alrededor del Obelisco: ¿o Carlos Ruckauf y Felipe Solá fueron especímenes pensados para seducir al votante clásico del PJ bonaerense, radicado sobre todo en el segundo cordón del conurbano, el más marginal?
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• La postulación de Cristina Kirchner aparece como la solución más a mano que se le ofreció a su esposo, el Presidente, para enfrentar el desafío que le impone esta dinámica electoral y satisfacer, además, la necesidad política de «plebiscitarse» como líder ofreciendo a alguien con su propio apellido a un público decisivo para un gobierno con la orientación del actual. La presentación de anoche permitirá ahora que el laboratorio se ponga en funcionamiento. Los encuestadores de la corona deberán desentrañar varias incógnitas. La primera tiene que ver con el nivel de aceptación que tiene una decisión delicada como la de transferir de distrito a la senadora por Santa Cruz para ponerla al frente de un proyecto de poder. En efecto, las elecciones de este año son, en la imaginación presidencial, una fase más en la ocupación del aparato del Estado con fuerzas propias. Ese proceso comenzó por la Corte, siguió por la Procuración de la Nación y varios tribunales, se amplió hacia la conducción de las Fuerzas Armadas y de seguridad, se expandió hacia el Banco Central con un directorio dócil y se consolidó en la conducción de empresas estatales o estatizadas. La próxima etapa de este corrimiento de la frontera kirchnerista es la constitución de un subloque de diputados que se constituya en la primera minoría del peronismo parlamentario. Sólo así podrá -cree Kirchner-enfrentar 2007, ya sea para postularse nuevamente para la presidencia o para retirarse con las espaldas relativamente cubiertas. Esta metamorfosis del matrimonio presidencial-Eduardo L. Borocotó desde la condición de figuras mediáticas adversas a la «corporación política» hasta la de ambiciosos caciques de un gran movimiento de ocupación del aparato institucional es el principal desafío de los Kirchner ante un público tan veleidoso que sólo presta su consentimiento a los políticos si éstos están dispuestos a no exhibir voluntad de poder. Este riesgo fue analizado hasta el cansancio en la mesa nocturna del Presidente, donde los Kirchner suelen sentarse junto con Alberto Fernández y varios intelectuales orgánicos como José Nun, José Pablo Feinman y Carlos Chacho Alvarez, a quien la campaña de Cristina le ofrece el doble placer de frecuentar el poder sin asumir responsabilidades, más que las que le corresponden a un charlista. En ese cenáculo se preparan los lineamientos discursivos de una candidata que, este año, se siente amenazada por los desplantes académicos de Elisa «Hanna Arendt» Carrió.
• Si los augures y numerólogos regresan con buenas noticias respecto de estos interrogantes principales, entonces el oficialismo encarará otra etapa de su desembarco electoral metropolitano: deberá determinar la oferta electoral específica para la Capital Federal. Por primera vez durante su viaje a Roma, Kirchner habló con Rafael Bielsa sobre su postulación como diputado porteño. Fue una mala noticia para el canciller, quien, contra toda evidencia, insiste en buscar su gloria profesional en el Palacio San Martín. El Presidente fue cuidadoso con su ministro: «Vamos a ir lentamente para no perjudicar tu gestión ni darles pasto a las fieras... antes de tiempo». Mientras tanto, la Casa Rosada ensaya con otras postulaciones, por ahora, en el aparato de simulación que ofrecen los encuestadores.
Roberto Digón, por ejemplo, acercó al ex entrenadorde Boca Carlos Bianchi. «Midió mal», informaron los operadores electorales, sin el menor cuidado por el meticuloso trabajo de marketing que este ex futbolista realizó con su figura. Con más criterio político que proselitista, un dirigente de la nueva cúpula del PJ porteño razonó: «Es un disparate, si se quiere plebiscitar una gestión, ir a buscar a las estrellas de los clubes de fútbol. Salvo que se privilegie chicanear a Macri».
• Otro candidato en observación es, de nuevo, Daniel Filmus. El ministro de Educación no ofrece una imagen pública más atractiva que la de Bielsa. Pero sí promete, al parecer, mayor lealtad a sus mandantes en caso de una victoria. En Olivos conocen a la perfección las ambiciones del canciller. Tanto que los intelectuales que frecuentan la casa dicen que, además del hiperrealismo, el realismo mágico, el neorrealismo y el surrealismo, a la historia de la cultura se le debe agregar el « pavorrealismo», corriente que por ahora tiene como único cultor al canciller. Ellos están bien informados de las ensoñaciones del poeta rosarino: «Ya cumplí con el karma familiar y he sido ministro. Ahora tengo derecho a aspirar a la Presidencia de la Nación, que es el destino natural de todos los que ingresamos en la política y tenemos cierto talento». Llama la atención la distancia que existe entre esta noción del propio lugar en el cosmos y el que le asigna Kirchner al mismo personaje. «Por ahí, ahora lo dejo de ministro, si encuentro otro candidato. Total, ya está más domesticado que Pampuro», le dijo a uno de los integrantes de su más absoluta intimidad antes de viajar a visitar la tumba de Juan Pablo II. Contra esta última posibilidad cruza los dedos una caravana de aspirantes: Jorge Argüello, a quien para ser ministro le pidieron que hiciera ganar al PJ las elecciones en Santiago del Estero como interventor partidario, casi un chiste; Marcelo Fuentes, quien luce como antecedente para la política exterior el haber sido compañero de los Kirchner en la Universidad de La Plata; Jorge Taiana, vicecanciller, a quien la oportunidad lo toma en mal momento, justo cuando el Presidente pretende girar un poco hacia la derecha en sus relaciones con el mundo; Taiana cuenta, eso sí, con la tenaz colaboración del decisivo Horacio Verbitsky, quien lo ayuda de la mejor manera: por ejemplo, ubicando como eventual competidor a José Pampuro.
• Si la cabeza de la lista no está definida, el resto de la sábana se va transformando también en incógnita. El lugar previsto para la mujer muta de candidata hora tras hora. La última novedad es que podría ir allí Felisa Miceli, renovada en todos los aspectos de su vida. Pero en Olivos temen que quienes la promueven con encuestas fantasmagóricas estén buscando, más que ganar las elecciones, quedarse con la apetecible conducción del Banco Nación. Para estos «buitres», Patricia Vaca Narvaja debería encabezar la lista del PJ para la Legislatura porteña.
• Otro aspirante a cubrir un lugar en la nómina es Eduardo Lorenzo Borocotó. Se trata de una sugerencia de Duhalde a Alberto Fernández, dato que indica que el túnel entre Lomas de Zamora y la Jefatura de Gabinete mantiene la circulación habitual. Pero este prestigioso médico terminará, casi sin duda, integrando las listas de la provincia, en una ecuación de acuerdo entre Kirchner y el ex presidente.
• Héctor Capaccioli, mano derecha de Alberto-F. en el diseño del PJ Capital, es otro de los destinados a intervenir en la oferta electoral del distrito, sobre todo porque aparece cada vez más brumosa su chance de convertirse en titular del COMFER. A este peronista y al grupo de sindicalistas que lo rodean les han encomendado envolver a Bielsa en una capa de popularidad. No vaya a ser que termine sucediendo lo que en Lugano I y II, cuando -corría el año 2003- el actual canciller visitó el barrio en su calidad de candidato a alcalde porteño. Ante el estupor de quienes lo llevaron y la incomprensión de quienes lo recibieron, Bielsa terminó su discurso recitando a Cicerón en latín. Inflexibilidades del karma.
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